EDITORIAL DEL DIARIO LA JORNADA DE ORIENTE
CONTRA LA HOMOFOBIA
Organizaciones no gubernamentales, activistas e integrantes de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero e Intersexual (LGBTTI) ofrecieron ayer un homenaje póstumo a la activista Anges Torres Hernández, asesinada el pasado fin de semana en un crimen que se presume de odio. En ese marco se dio a conocer que otros dos homicidios contra homosexuales se perpetraron en Puebla en menos de una semana.
La crueldad con que fueron cometidos estos asesinatos no deja lugar a duda de que estamos ante asuntos para nada menores, pues exhiben que prevalece un severo odio a personas que tienen derecho a la diversidad sexual, y por tanto no se puede descartar que todos los crímenes hayan tenido como móvil la homofobia o hasta sean resultado del crimen organizado.
El problema de fondo en estos asuntos es que las autoridades jamás actúan con la seriedad que deben, pues carecen de imparcialidad y se dejan llevar por prejuicios que los llevan a crear desde el principio de las indagatorias ministeriales hipótesis que se demuestran de manera inexplicable o salen con el garlito consabido de los crímenes con orígenes de tipo “pasional”.
Se debe exigir que el gobierno del estado tenga una política efectiva que garantice que la comunidad LGBTTI pueda ejercer a plenitud los derechos que la Constitución les confiere, así que no sólo se debe llegar al fondo en las investigaciones de estos homicidios sino promover efectivamente medidas que hagan de la equidad una realidad, en todos los sentidos.
En este contexto no se puede olvidar la intolerancia y homofobia exhibida por el diputado local del Panal, Héctor Alonso Granados, quien la semana pasada agredió al auxiliar de otro diputado con expresiones de odio. Este legislador debe ser sancionado de manera ejemplar, porque conductas como la suya no pueden ser admitidas en un servidor público.
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