García Luna, corrupción e impunidad
Por: Virginia González Melgarejo
Hablar del secretario de Seguridad Publica Federal, Genaro García Luna, es hablar de cinismo, corrupción e impunidad. Lo que este siniestro personaje ha hecho en el ejercicio de sus funciones como servidor público, rebasa lo imaginable y no es explicable cómo después de ese pésimo desempeño se mantiene en funciones.
El caso de Florence Cassez no es el único caso de montaje para la televisión que armó García Luna; sin embargo, al haber quedado al descubierto lo mínimo que se hubiera esperado, de un actuar con sensatez, era que al señor se le hubiera cesado de inmediato en el cargo que entonces ostentaba como director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), pero para sorpresa de propios y extraños, después de la grotesca representación mediática, se le premia con la importante Secretaría de Seguridad Pública. Cosas así sólo pueden pasar, lamentablemente, en este México neoliberal.
Si ese señor hubiera actuado siguiendo los protocolos de detención a los que deben someterse los presuntos culpables, hoy no se debiera estar debatiendo en la Suprema Corte cuáles derechos son más importantes, si los de las victimas o de los victimarios. Pero su pésimo desempeño no para en lo inescrupuloso de su actuación como súper policía, no, en su secretaría se han detectado muchísimas irregularidades, las cuales fueron reportadas por la Auditoria Superior de la Federación.
En una mesa de análisis, celebrada en la Cámara de Diputados, sobre los resultados de la Auditoria a la Cuenta Pública del año 2010, se dio cuenta de algunas linduras que este señor sigue haciendo. Vea usted, a pesar de haber recibido un sustancioso aumento en su gasto, únicamente aplicó los once programas de prevención al delito en 16 por ciento de los municipios del país, donde se asienta apenas 0.7 por ciento de la población total del país; además, se supo que de cada 100 pesos del presupuesto asignado sólo cuatro se destinaron a dicha actividad y lo demás se transfirió a cuentas bancarias, cuyo destino se desconoce, sin documentación que compruebe el gasto; también se reportan pagos indebidos por percepciones extraordinarias y acciones que no estaban en la normatividad, y que no se vinculan con los objetivos propuestos; además, el avance en la certificación del personal es muy reducido y nulo en la profesionalización de la nueva policía y no existe la calidad necesaria en la gestión de fondo y los subejercicios y la aplicación de recursos para fines distintos a los establecidos son recurrentes. Existe también deficiencia en 55 por ciento del Sistema Operativo Plataforma México y la mayoría del personal policial fue considerado “no recomendable” en las pruebas de control de confianza, además de existir mucho de equipo sin utilizar por falta de capacitación y se detectaron 4 mil 138 millones de pesos no ejercidos y no reintegrados a la Tesorería. ¡Finísima persona García Luna, sin duda!
Esa es la Secretaria de Seguridad Pública con la que cuenta el país, todo un estuche de monerías.
¿No esta usted harto de esto? La solución esta en nuestras manos, tenemos la oportunidad de elegir un nueva forma de hacer gobierno, con hombres y mujeres capaces y de honestidad comprobada, como propone Andrés Manuel López Obrador, y no lo dude, el cambio verdadero está por venir.
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