miércoles, marzo 28, 2012
Vivimos con una bomba de tiempo : Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
Por Guillermo Fabela Quiñones
Vivimos con una bomba de tiempo
Es alentador que una parte del sector empresarial se dé cuenta de la importancia de atacar de raíz las causas del desempleo en México, que afecta a 30 millones aproximadamente de la población económicamente activa, que llega a 50 millones de mexicanos. Así lo reconoció Salomón Presburguer, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). Sentenció que tal realidad es “una bomba de tiempo”, pues esos millones que son desempleados o sobreviven en la informalidad, cuando estén en la edad del retiro, “no van a tener pensión, no van a tener de qué vivir”.
En efecto, tarde o temprano habrá de explotar un problema de esa magnitud, que para Felipe Calderón no existe. Él está convencido de que ha hecho muy bien su trabajo, y para engañar también a la población cuenta con el Inegi, para el que sólo existen 14 millones en la informalidad. La realidad es muy espeluznante, como lo advierte dicho organismo empresarial. México ha dejado de ser competitivo, sobre todo a partir de que se han firmado más de 40 tratados de libre comercio, cuyos resultados han sido nefastos para los exportadores nacionales.
Parece que por fin comienzan a darse cuenta empresarios importantes, que la derecha en el gobierno es un peligro real para México, tanto por su incapacidad para gobernar como por su proclividad a la corrupción más descarnada y vulgar. Qué bueno que así sea, pues en las elecciones que vienen se tendrá la última oportunidad para que la nación retome el camino del crecimiento y de la justicia social, el cual se perdió hace ya muchas décadas, cuando el PRI se olvidó de sus compromisos históricos con las clases mayoritarias y con el progreso del país.
El que tomen conciencia de ello es muy significativo, pues así no se opondrán a que el pueblo elija a quien más conviene, quien sea capaz de gobernar libre de ataduras con la oligarquía y con sectores ultraconservadores. Están conscientes, los empresarios que hace seis años apoyaron a Calderón, de que cometieron un gravísimo error que al parecer están dispuestos a reparar. Más vale tarde que nunca. Saben que urgen cambios estructurales que beneficien al país, no sólo a grupos trasnacionales. De ahí que no tenga empacho Presburguer en hacer el señalamiento antedicho, que contraviene enfáticamente el triunfalismo absurdo de Calderón, cuando afirma que en su “gobierno” se han creado más empleos que en el pasado. La realidad la conocen perfectamente los empresarios.
Lo fundamental es que también la conozca el pueblo, para que no se deje engañar más tiempo y actúe conforme a sus verdaderos intereses y en defensa de la nación. En este sentido, es muy positivo que el dirigente de la Concamin considere necesario incrementar el gasto del erario en ciencia y tecnología, pues con ello se abrirían amplias posibilidades de progreso al país. Continuar por el camino trazado por los tecnócratas, de una dependencia del exterior cada vez más directa, nos llevaría a la ruina como nación inviable para enfrentar los retos del futuro.
También sería muy conveniente que todos los organismos empresariales se manifestaran como lo hace la Concamin, para que los ciudadanos comunes sepan cuál es la realidad del país, cómo han sido engañados por un “mandatario” sin escrúpulos que sólo ha ocupado la Presidencia para apuntalar sus propios intereses y los de sus patrocinadores. Los resultados están a la vista, aun cuando el pueblo no los conozca. Somos el país número 150 de 170 en materia de crecimiento, con tasas de menos de 2 por ciento anual, el que tiene un mayor aumento de pobres, al sumar 15 millones más en los últimos seis años, el que presenta mayor deterioro de los salarios, pues en la actualidad están en los niveles de 1970.
Por eso, la crisis de violencia e inseguridad que hoy aqueja a la nación, tiene “un vínculo estrecho” con el deterioro económico que se vive en la nación, como señalaron los integrantes del grupo “Hacia un nuevo curso de desarrollo”, que encabeza Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Al presentar el documento de 103 propuestas, cuyo título es: “Por una política de crecimiento sustentable y protección social universal”, señalaron lo anterior y puntualizaron la urgencia de cambiar el modelo de desarrollo.
Ante la realidad que vive el país, luego de tres décadas de neoliberalismo y dos sexenios de desgobiernos panistas, es impostergable un cambio, pero no sólo de modelo económico, sino de paradigmas políticos. Qué bueno que así parecen entenderlo organismos empresariales importantes en la vida pública de México. Deben saber que buena parte de la culpa por lo que está ocurriendo en el país la tienen ellos, al prestarse hace seis años al fraude que tuvo costos muy trágicos a los mexicanos. Tienen la oportunidad de resarcir el daño si actúan con un mínimo patriotismo, con un poco de sensatez y una dosis elemental de sentido común. Hasta ellos saldrán ganando, si llega al poder la única corriente histórica capaz de emprender los cambios estructurales que requiere la nación en la actualidad.
(guillermo.favela@hotmail.com)
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