Editorial de La Jornada de Oriente
UN PRD DE DERECHA
La dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) manifestó ayer su aprobación a la incorporación del priista Ardelio Vargas Fosado en la comisión de transición del mandatario electo Rafael Moreno Valle Rosas, así como la inclusión del ex presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde Ramírez, al grupo de asesores del nuevo gobierno.
La crisis de identidad a la que ha llegado el instituto del sol azteca por su talante aliancista le ha impelido una suerte de amnesia o de franco abandono a las causas que en el pasado reciente eran algunas de sus principales banderas públicas: el PRD condenó con la severidad esperada la represión a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), alzó la voz para dar a conocer en el Poder Legislativo federal las violaciones imperdonables contra campesinos de San Salvador Atenco y fustigó los ataques oficiales contra los mineros de Lázaro Cárdenas, Michoacán; actos todos dirigidos por Vargas Fosado.
De la misma manera, hace apenas unos años, los perredistas señalaban a Luis Carlos Ugalde como uno de los artífices principales del fraude de 2006, y repudiaban la intervención de Elba Esther Gordillo Morales en la elección de ese año para favorecer a Felipe Calderón Hinojosa.
Hoy, embriagados por el espejismo del poder, en el PRD quieren que esas luchas de dignidad se consideren meras anécdotas o “accidentes” propios de una contienda electoral.
A este paso, no se antoja difícil sospechar que estos perredistas terminen justificando la matanza de Tlatelolco, los asesinatos de universitarios poblanos o lleguen a afirmar que la guerra sucia es un mito genial.
La dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) manifestó ayer su aprobación a la incorporación del priista Ardelio Vargas Fosado en la comisión de transición del mandatario electo Rafael Moreno Valle Rosas, así como la inclusión del ex presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde Ramírez, al grupo de asesores del nuevo gobierno.
La crisis de identidad a la que ha llegado el instituto del sol azteca por su talante aliancista le ha impelido una suerte de amnesia o de franco abandono a las causas que en el pasado reciente eran algunas de sus principales banderas públicas: el PRD condenó con la severidad esperada la represión a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), alzó la voz para dar a conocer en el Poder Legislativo federal las violaciones imperdonables contra campesinos de San Salvador Atenco y fustigó los ataques oficiales contra los mineros de Lázaro Cárdenas, Michoacán; actos todos dirigidos por Vargas Fosado.
De la misma manera, hace apenas unos años, los perredistas señalaban a Luis Carlos Ugalde como uno de los artífices principales del fraude de 2006, y repudiaban la intervención de Elba Esther Gordillo Morales en la elección de ese año para favorecer a Felipe Calderón Hinojosa.
Hoy, embriagados por el espejismo del poder, en el PRD quieren que esas luchas de dignidad se consideren meras anécdotas o “accidentes” propios de una contienda electoral.
A este paso, no se antoja difícil sospechar que estos perredistas terminen justificando la matanza de Tlatelolco, los asesinatos de universitarios poblanos o lleguen a afirmar que la guerra sucia es un mito genial.
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