LA SITUACION DE LA CLASE OBRERA EN MEXICO: 1976-1980.
Por: Armando Reyes Toscano.
INTRODUCCION.
LA CRISIS DE 1976-1977.
La definición o caracterización de la crisis en México durante estos años, ha sido el tópico de decenas de estudiosos de la materia, quienes, la han definido como una crisis comercial, financiera y otros como estructural.
“La crisis puso al descubierto todos los desequilibrios internos y externos de la economía acumulados durante el periodo de la sustitución de importaciones y del llamado desarrollo estabilizador a partir de los años cincuenta” (1).
Efectivamente, esta premisa nos indica dos cosas: una, la de estudiar las causas internas de la crisis, en lo particular, el modelo de crecimiento y la otra, la política gubernamental para superarla.
El gobierno en turno ha intentado una y otra vez la industrialización del país, apoyándose básicamente en el sector agropecuario. Este sector había observado durante los años sesenta una descapitalización por sostener una producción que cubriera las necesidades de las clases sociales más altas y medias: “El modelo de industrialización seguido se basó originalmente en la premisa de que el déficit comercial e industrial que generaría en sus inicios, sería financiado por el superávit comercial externo generado por actividades productivas más tradicionales –especialmente el sector agropecuario- hasta que, una vez superada su infancia, el sector industrial fuese capaz de generar por sí mismo las exportaciones necesarias para financiar su rápido crecimiento” (2)
“Mientras que en el periodo 1961-1965 el superávit agropecuario financiaba prácticamente la mitad del déficit comercial industrial, para 1974 esta fuente de financiamiento había dejado de ser significativa” (3)
Por: Armando Reyes Toscano.
INTRODUCCION.
LA CRISIS DE 1976-1977.
La definición o caracterización de la crisis en México durante estos años, ha sido el tópico de decenas de estudiosos de la materia, quienes, la han definido como una crisis comercial, financiera y otros como estructural.
“La crisis puso al descubierto todos los desequilibrios internos y externos de la economía acumulados durante el periodo de la sustitución de importaciones y del llamado desarrollo estabilizador a partir de los años cincuenta” (1).
Efectivamente, esta premisa nos indica dos cosas: una, la de estudiar las causas internas de la crisis, en lo particular, el modelo de crecimiento y la otra, la política gubernamental para superarla.
El gobierno en turno ha intentado una y otra vez la industrialización del país, apoyándose básicamente en el sector agropecuario. Este sector había observado durante los años sesenta una descapitalización por sostener una producción que cubriera las necesidades de las clases sociales más altas y medias: “El modelo de industrialización seguido se basó originalmente en la premisa de que el déficit comercial e industrial que generaría en sus inicios, sería financiado por el superávit comercial externo generado por actividades productivas más tradicionales –especialmente el sector agropecuario- hasta que, una vez superada su infancia, el sector industrial fuese capaz de generar por sí mismo las exportaciones necesarias para financiar su rápido crecimiento” (2)
“Mientras que en el periodo 1961-1965 el superávit agropecuario financiaba prácticamente la mitad del déficit comercial industrial, para 1974 esta fuente de financiamiento había dejado de ser significativa” (3)
Se puede decir que la industrialización o la capacidad de la industria instalada, al presentarse la crisis de 1976-1977, no respondía a los requerimientos del mercado interno, sino, sólo a las capas más altas de la población. Por otro lado, este modelo basado en la exportación de materias primas para obtener recursos financieros, reflejaba en parte, la carencia de una política de inversión de capital sobre todo nacional.
Para aplicar la política de industrialización, el gobierno mexicano utilizó las divisas generadas por el sector agropecuario.
Al final de la década de los setentas y por descapitalización, el sector agropecuario entró en crisis y con un crecimiento negativo.
El cambio de un modelo por otro, cabe mencionarlo, no logró alcanzar el despegue suficiente e imposibilitó la fuente de divisas.
“De una economía predominantemente agrícola y rural, se había transformado en buena medida, en una urbana e industrial, (habiendo disminuido) la importancia relativa de las actividades primarias, lo mismo como fuente de ocupación de la mano de obra que en su participación en el producto” (4)
¿Hacia dónde se dirigió o canalizó los recursos obtenidos a través de las divisas agropecuarias? … “lo más relevante de dicha transformación tuvo que ver con el surgimiento y ulterior predominio de industrias productoras de bienes de consumo duradero (automotriz, hulero, comunicaciones, electrodoméstico), evidentemente producidos en su mayor parte por filiales de las corporaciones transnacionales –bajo esta línea supuestamente se instauró el nuevo patrón o modelo de industrialización, cuya característica era precisamente la de no estar orientado hacia un mercado de masas, sino, a un estrato de la población: principalmente la burguesía, los cuadros de la alta burocracia del Estado y, a lo sumo, los profesionales y técnicos de alta calificación” (5).
Miguel Ángel Rivera Ríos menciona la contradicción de las nuevas fuerzas productivas, en donde se forma una nueva masa de obreros, y una continua y paulatina transformación de las relaciones de producción.
Predominantemente los años 50s y 60s obedecían a relaciones de producción apegadas a una mano de obra agraria, que poco a poco, se fue transformando en clase obrera, desposeída, pero que no encontraba por lo rápido de su formación y lo lento de la absorción en la industria instalada, una forma de conseguir trabajo para poder vivir. Es claro, que la industrialización se impuso a la producción agrícola, requiriendo mano de obra barata, aunque, este cambio, formó una nueva fuerza proletaria, ésta se constituyó en sindicatos oficiales, corporativizados a las centrales, bajo el control del Estado.
Estas nuevas ramas de la industria: -automotriz, huleros, electricistas, sector de servicios- necesitaron de una mano de obra más preparada, mínimamente con estudios secundarios y de preparatoria, abogados, economistas, contadores, ingenieros, etc., que asumen su nueva realidad al desarrollo industrial.
Lenín dice: que los obreros alcanzan una mayor conciencia allí donde la industria está más desarrollada. La incorporación de mano de obra preparada a las nuevas ramas industriales, trae consigo, nuevas formas de lucha en sus sindicatos para democratizarlos, cuestionará el papel del Estado e incluso, impulsará la independencia sindical respecto a los partidos políticos, se acercarán al sindicalismo independiente y crearan frentes solidarios para enfrentar la represión del gobierno y de los empresarios.
México empezó a transitar una crisis de recambio por el nuevo modelo industrial, que se suma al agotamiento y descapitalización del modelo de crecimiento agro-exportador.
El nuevo modelo se ve afectado por las fluctuaciones de los precios de las materias primas del sector agropecuario. “Las sucesivas fluctuaciones de la tasa de inflación aparecen en primer lugar, vinculadas estrechamente a la evolución de los precios internacionales tanto de alimentos y materias primas en un inicio, como del petróleo y sus derivados posteriormente. Así, la reducción de las tasas de inflación entre 1971 y 1972 parece atribuible a la caída en ese periodo de los precios internacionales de alimentos de importación y los precios, y, a sus efectos sobre los costos de importación y los precios de las materias primas producidas internamente”. (6)
La industria instalada durante los años 50s y 60s fue incapaz de sustituir o de jugar el mismo papel que el sector agropecuario, México, tuvo que encontrar un sustituto a la fuente de divisas, para seguir financiando el déficit comercial de la industrialización.
Los años 70s son clave para esta orientación: el nuevo crecimiento o el nuevo modelo de industrialización se basaría en que el déficit industrial y agropecuario seria absorbido por las ganancias que generaría el sector petrolero durante los años de 1978 a 1988.
Sin embargo, por desgracia, esta orientación ha sido o se ha convertido en un drama para la economía mexicana. “Para los años de crisis en el Medio Oriente en 1973-1974 en que el precio del petróleo se cuadruplico, coincidieron con el periodo en que por primera vez en muchos años la economía mexicana conocía amplios déficits en su balanza comercial petrolera”. (7).
El gobierno mexicano insiste más tarde y en los años de 1976 en adelante, invierte sumas millonarias para la prospección de petróleo, localizando en 1977 grandes yacimientos en la zona sur de nuestro país. Esto lo coloca como un seguro pagador y convierte en despilfarro las grandes ganancias que generaría el petróleo, creciendo el PIB al 7.5 % promedio los siguientes 4 años.
La crisis de 1973-1974 obliga a los países industrializados a buscar nuevas formas de energía o de optimizar sus recursos, entrando a la era de la electrónica, de la computarización y de la automatización para obligar a los países productores de petróleo a bajar los precios, situación que más tarde, en junio de 1981 lo logran, es decir, cambian las reglas, ahora son los compradores quienes imponen los precios a los países productores de petróleo, observándose una caída en el precio.
El gobierno mexicano se ha distinguido por incorporar y convencer a los obreros de la necesidad de cooperar al engrandecimiento de nuestro país, para ello, se vale algunas veces de la represión y otras de la concesión.
Si bien el movimiento estudiantil de 1968 fue un fenómeno que mostró la tendencia hacia la represión del régimen diazordacista, la represión que sufre la Tendencia Democrática en 1976 a manos del Estado, es un muestra más del método violento que rechaza formas independientes de organización de la clase obrera.
Sin embargo, a partir de 1977 y más concretamente a partir de 1978, el Estado combina los dos métodos que se entremezclan: represión-concesión, provocando en algunos sectores de obreros un acercamiento con el Estado, y, en otros, un rechazo profundo al Plan de Austeridad, que se expresa en movimientos huelguísticos.
Las huelgas de este periodo adquieren un especial contenido de clase. Son huelgas planteadas por reivindicaciones económicas y contra el charrismo sindical, son obreros que trabajan en las ramas más desarrolladas de la industria, que por lo mismo, asimilan rápidamente las experiencias y diseñan nuevas formas de lucha y resistencia para ayudarse entre sí.
Este proyecto intentará demostrar que el Estado mexicano no aplica siempre la misma táctica y que, con la reforma política intenta modernizar la democracia burguesa que contemple los intereses culturales, ideológicos, económicos y políticos de todos los sectores, para lograr el buen funcionamiento y desarrollo del sistema capitalista.
Capitulo 1. Huelgas en las ramas más importantes de la economía 1977-1980.
Las causas de las Huelgas.
Como consecuencia de la crisis sufrida en nuestro país los años 1976-77, el gobierno lopezportillista inicia su periodo presidencial aplicando una Política de Austeridad a los trabajadores y de beneficio para los banqueros, industriales y comerciantes.
La razón más inmediata de esta etapa tiene su respuesta en el aumento de los precios de los artículos de primera necesidad: gasolina, gas doméstico, energía eléctrica, renta, etc.
Pero si queremos encontrar otro tipo de respuesta que no quede en lo puramente espontáneo, podemos decir que algo que indignó a la clase obrera fue el pacto que celebró el gobierno con la clase patronal para imponerle a los trabajadores el tope salarial.
¿Acaso esta respuesta obedecía a un reto de la clase obrera contra el gobierno? ¿Esta toma de conciencia fue por la carestía?, ¿fue por el velo que se desprendió de los ojos de los obreros por el pacto entre gobierno-patrones?, ¿fue porque ya estaban cansados de llevar el peso de la crisis sobre sus espaldas?, ¿fue también una respuesta por la represión, despidos y encarcelamiento a los principales dirigentes obreros surgidos de las bases?.
Sin ir muy lejos creemos que efectivamente las condiciones objetivas provocaron el brote del descontento, pero también, creemos firmemente que la respuesta de este grupo de obreros no fue espontánea.
Lenin, en su artículo Las divergencias en el movimiento obrero dice que: El desarrollo del capitalismo no es igual de rápido en los diversos países y en las distintas ramas de la economía nacional. La clase obrera y sus ideólogos asimilan el marxismo con mayores facilidades, prontitud, extensión y solidez, allí donde más desarrollada está la gran industria.
Precisamente son los obreros de las ramas más desarrolladas de la industria de México, quienes encabezan los movimientos más importantes de esta etapa. No es por supuesto, la toma del poder su objetivo, lo que se plantean, es una jornada por mejores salarios, contra la carestía, por prestaciones económicas, que se va convirtiendo en formas superiores de organización para luchar por la democratización de sus sindicatos.
La preocupación de Fidel Velázquez ante el empuje de los obreros, lo lleva a plantear que: “de continuar la carestía puede provocar manifestaciones masivas que escapen al control de la CTM “(p. critico No. 96). Pero lo más importante es que el líder máximo del Congreso del Trabajo haya manifestado que: “en algunos sectores obreros se extiende el impulso y la conciencia de lograr una mayor organización, una mayor solidaridad y lograr precisar objetivos más claros y definidos para la actividad conjunta del sindicalismo independiente y clasista.(p. critico No. 96).
Respuesta a la política de austeridad.
El gobierno de López Portillo nunca se imaginó la respuesta que le darían los obreros por favorecer al capital. La política de austeridad significaba para el obrero la aceptación del tope salarial. Por eso, la situación de la clase obrera no era nada fácil.
Por un lado, se enfrentaba a la clase capitalista más organizada, mejor preparada, la más comprometida con las empresas transnacionales, y por otro al aparato de Estado.
Estos grupos que se desarrollaron desde los años sesenta en las ramas productoras de bienes de consumo durable, bienes intermedios y algunos bienes de capital como automóviles, aparatos eléctricos, petroquímicos, etc. (J. Aguilar, T.III), estaban acostumbrados a recibir la protección del gobierno y la complicidad de los líderes charros para imponer a los trabajadores ritmos intensivos de trabajo y salarios que rebasaban ligeramente el salario mínimo.
De modo que cuando los obreros inician el cuestionamiento de los topes salariales, se enfrentan inmediatamente a la intransigencia de los empresarios y sus defensores los líderes charros. La oposición de los charros es vencida con la participación mayoritaria en algunos de los sindicatos de las diversas ramas, dándose una lucha interna que enseña a los obreros nuevas formas de poder.
Allí donde los charros deciden encabezar los paros o huelgas, los obreros nombran Comités de Huelga o comisiones negociadoras paralelas de trabajadores de base, sujetando las negociaciones a los acuerdos de Asamblea General; en algunos sindicatos deciden destituir a líderes enquistados durante muchos años en el poder y también se unen a la lucha contra el tope salarial.
La respuesta de la clase obrera a la incontrolable carestía empieza a tomar cuerpo: los emplazamientos, las huelgas estalladas, los paros laborales, muestran el camino.
Los aumentos salariales obtenidos revelan que a pesar de la resistencia patronal, de la complicidad de los organismos gubernamentales y del control de la burocracia sindical, la clase obrera ha comenzado por botar el tope salarial.
La acción que ejerció el Estado contra los sindicatos de las paraestatales para imponer el tope salarial, fue mucho mayor al ejercido contra los sindicatos de empresas privadas. Aún así, algunos sindicatos decidieron estallar sus huelgas para unirse también a la jornada contra el tope salarial.
Si bien es cierto que durante el sexenio lopezportillista no logran romper el tope salarial, si fueron un factor de unidad que coadyuvó solidariamente para que otros sindicatos de empresas privadas pudieran lograrlo. Cabe decir también que a los sindicatos de las paraestatales les impusieron el tope salarial, pero consiguieron otras prestaciones económicas importantes.
La situación interna de los obreros en su sindicato.
Se podría decir que la situación interna es diferente para cada una de las organizaciones sindicales. Las dificultades que existen para ejercer la democracia interna es producto fundamentalmente de la represión. Las movilizaciones para romper el tope salarial van unidas a la línea política de la representación de los trabajadores, que abarca:
- Bombardeos ideológicos a los obreros para hacerles comprender la crisis del momento que estamos viviendo, que hay que cooperar con el gobierno y apretarse el cinturón.
- La alianza con el gobierno no significa claudicar. Se puede desde las instituciones, fortaleciéndolas, dar la lucha contra el capital.
- Otros grupos de obreros que se han librado de sus representantes sindicales son los que van a darle el contenido clasista a sus luchas. (J: Aguilar T.III) dice respecto a los obreros automotrices que: -sus prácticas incluyen desde amplias conquistas económicas hasta la independencia respecto de la CTM y el Congreso del Trabajo, desde implantar procedimientos democráticos en sus organizaciones, hasta promover la solidaridad obrera y sindical, así como participar en la creación de Frentes Populares a nivel regional.
- Se observa también gruesos contingentes de obreros que, durante décadas, había dejado en manos de los charros la revisión contractual, y, en su lucha por mejorar sus condiciones de trabajo y salario, logran un ligero avance al interior de sus sindicatos.
Tomando en cuenta estos rasgos generales, nos proponemos realizar una descripción de los principales sindicatos que se destacaron en esta confrontación contra los grupos monopólicos, el Estado y el charrismo sindical.
Rama Hulera.
En el caso de la rama hulera compuesta por los obreros de Euzkadi, General Popo, Uniroyal, Firestone, Michelin y 46 empresas más, fue de las más avanzadas en la lucha contra el tope salarial.
No cuenta con un sindicato nacional, las fechas de su revisión salarial son diferentes, por lo que la coincidencia para enfrentar comúnmente a las transnacionales es mediante el emplazamiento a huelga por violaciones al Contrato Ley, o bien, adoptando una sola posición y huelga de rama. Apoyándose fundamentalmente en la participación combativa de los trabajadores y sosteniendo la lucha aún contra la voluntad de sus líderes sindicales.
La situación interna de estos sindicatos, cambió a raíz de su experiencia en la lucha contra el tope salarial.
Los trabajadores de Euzkadi al finalizar la década de los cincuenta se independizaron de la CTM. En 1965 deponen al dirigente entreguista y desde entonces hay un continuo desplazamiento de líderes sindicales. Para 1978 cuentan con un Comité Ejecutivo democrático y otros cuerpos de representación de los trabajadores.
En Uniroyal derrocan en 1979 a su dirigente, quien constituía uno de los pilares de la CTM y de la empresa.
En Firestone los trabajadores empiezan a cuestionar a la dirección sindical que cuenta fácilmente con más de diez años en el poder y, para agosto de 1979 logran sacudirse al líder sindical.
Mientras los obreros de Euzkadi tienen más experiencia en la construcción de un sindicato democrático, los obreros de Uniroyal y Firestone logran liberarse de los líderes que impedían el desarrollo de la democracia y, por supuesto, del mejoramiento de sus condiciones de vida y de salario. Creemos que la fuerza interna que se venía desarrollando en Uniroyal y Firestone, no fue casual, sino producto de la interrelación con los trabajadores de Euzkadi, que también están comprometidos en la lucha por la democracia sindical. Pero no queda la menor duda, que el mayor desarrollo del nivel de conciencia proletaria se dio en este sector de punta.
Rama Automotriz.
La rama automotriz se encuentra dividida geográfica y sindicalmente, sus luchas son aisladas, por lo que cuando alcanzan a tener fuerza se organizan regionalmente, creando frentes populares que les permiten sostener luchas prolongadas, así como algunas conquistas populares.
Esto último es realmente lo novedoso, el intentar por medio de alianzas populares y grandes manifestaciones, un mejoramiento en los servicios municipales, además de una lucha sostenida contra el alza de precios en los artículos de primera necesidad.
La división geográfica y sindical en la rama automotriz, propicia una permanente influencia y control del Estado, aún, cuando las organizaciones sindicales están fuera de la CTM o del Congreso del Trabajo.
Los sindicatos más importantes se encuentran afiliados hasta 1980 de la siguiente forma:
UOI Volkswagen, Dina y Nissan
CTM Chrysler, Ford y Van
CROC General Motors y Trailers de Monterrey
FSINL Trailers del Norte
G.T. Internacional Harvester, Kenworth Mexicana,
Mexicana de Autobuses, Autocar y Victor Patrón.
La característica de los sindicatos de esta rama automotriz, fue la unidad y solidaridad de los sindicatos independientes y oficiales. En el caso de los sindicatos oficiales como General Motors y Ford, ambos logran romper el tope salarial como se demuestra en el cuadro No. 1 de análisis durante los años de 1979 y 1980, sosteniendo huelgas largas como la del sindicato de General Motors, que en 1980 su huelga dura 106 días, aguantando toda la presión para que abandonen sus principios sindicales, dejando en manos de la CTM la planta de Ramos Arizpe.
Hay que destacar el papel tan importante que jugaron los trabajadores del sindicato de Trailmobile durante las huelgas que sostuvieron contra la clase patronal los años de 1979 y 1980.
La empresa Trailmobile se encuentra inmersa en la zona industrial del Valle de México. Los trabajadores sindicalizados, así como otros más, se dieron a la tarea de impulsar un frente obrero, cuyo principio fundamental era la solidaridad. Por esa razón, se explica que durante su huelga en el año de 1979 pudieran sostenerse 217 días aguantando desde los despidos de su Comité Ejecutivo, hasta, la alianza eterna entre las autoridades de trabajo y los empresarios.
Sector Minero Metalúrgico.
En las páginas 22-28 de marzo de 1979, ed. 277 del periódico Oposición, se deja entrever la preocupación que priva en la rama minero-metalúrgica ante la crisis y la embestida de la burocracia sindical. “ El despertar en la mayoría de los obreros ha provocado, como lo sostenemos en páginas anteriores, la decisión de luchar por aumentos salariales justos y por la democracia sindical”.
La crisis trae como consecuencia que los obreros de algunas secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores Minero-Metalúrgicos de la República Mexicana, cobren conciencia de que es posible democratizar sus secciones, para que, de esa manera, puedan avanzar a niveles superiores de organización que, esencialmente, les sirva para desplegar acciones cuyo objetivo sea el mejoramiento en sus condiciones de trabajo y salario.
Es indudable, que en el interior de estas secciones, van adquiriendo fuerza corrientes clasistas y democráticas, así lo demuestra la naciente inquietud que expresa su descontento en contra de las direcciones sindicales locales y de los dirigentes nacionales.
Se observa, que las corrientes al interior de los sindicatos, han iniciado un trabajo por la conquista de la dirección local y nacional, diferenciándose cualitativamente de otros sindicatos, que, cuando alcanzan determinado nivel de lucha tratan de independizarse, desprendiendo sus secciones de los sindicatos nacionales, esto nos demuestra la voluntad y su nivel de conciencia de clase para rescatar de manos de líderes espurios, sus direcciones sindicales, dándoles otra vez el contenido democrático.
Para muestra, bastaría con analizar las acciones que los patrones y el Estado realizan contra los obreros minero-metalúrgicos.
En el caso de las Truchas sección 271 del Sindicato Nacional de Trabajadores Minero-Metalúrgicos de la República Mexicana, desarrollan nuevas formas de lucha, implementadas por los obreros para el logro de sus demandas económicas.
La huelga de la sección 271 estallada por los 5200 trabajadores en 1979 por revisión de su contrato Colectivo de Trabajo, expresa una serie de contradicciones que son resueltas con mucha imaginación por los trabajadores. Esta huelga une un conflicto interno con sus demandas del contrato colectivo, los obreros ya había logrado por voluntad mayoritaria un Comité Ejecutivo local democrático, que fue destituido en 1979 para imponer un comité al servicio del charrismo sindical. Por esa razón, decimos que los obreros tienen mucha imaginación, pues ellos sabían que ante la huelga estallada era difícil destituir a ese comité espurio, por lo que crearon un órgano representativo que se llamó el Consejo de Lucha. Este Consejo fortaleció a los trabajadores, a la vez que sirvió como instrumento en contra de la imposición de los charros, quienes administran el contrato colectivo cuidando los intereses de la empresa, favoreciendo a una minoría de incondicionales llamados estatutarios. Los obreros conscientes de que el enfrentamiento era contra los charros del nacional, evitaron al máximo la lucha estéril, por ello, decidieron nombrar democráticamente los dos órganos sindicales de mayor peso para las negociaciones de revisión contractual y de huelga: La Comisión revisora del Contrato Colectivo y el Comité de Huelga. Estos instrumentos funcionaron siguiendo las directrices del conjunto de los trabajadores, pese a las sucias maniobras y presiones que los charros locales y nacionales hicieron para evitar que se expusieran las demandas sentidas por la base. (p. critico No. 102 pag. 13 se.p. 1979).
En las Truchas hoy es claro, que ni el primer recurso (la razón), ni el último de los obreros (la huelga), logran romper la barrera de la intransigencia patronal, apuntalada desde hace años por los charros. La flexibilidad de los obreros, capitalizada por la maniobra de los empresarios y los charros, no debe verse como signo de claudicación. Su inteligente lucha los hace, hoy, retroceder sólo un paso y acumular fuerzas para dar los pasos más adelante contra los charros. La unidad se conserva, la claridad sobre el enemigo se ha incrementado, su lucha es larga.
En suma a los trabajadores de las Truchas les aplican el 13.5 %, tope salarial que corresponde a 1979 y otras prestaciones, se despide a más de 50 trabajadores destacados en la huelga y suspenden de sus derechos sindicales a más de 80. Se mantiene al Comité Ejecutivo espurio, pero seguramente que la capacidad de lucha, las nuevas formas de poder creadas por los trabajadores, les permitirá a largo plazo diseñar una línea política que contribuya al avance del Sindicato Nacional y del movimiento obrero en general.
Sector Comunicaciones.
En este sector, son los telefonistas y los trabajadores de las líneas aéreas, los principales protagonistas, que enfrenta la política de austeridad del gobierno.
El 22 de abril de 1976 los trabajadores telefonistas se lanzan a un paro nacional en contra del Comité Ejecutivo Nacional por haber firmado el contrato colectivo de trabajo sin consulta y consentimiento de los trabajadores.
El 11 de mayo del mismo año, se lleva a cabo un referéndum negociado con las autoridades del trabajo con la finalidad de demostrar quien tiene mayoría. Si el Comité Ejecutivo Nacional (Salustio Salgado Guzmán) o el nuevo Comité Surgido del movimiento encarnado en Francisco Hernández Juárez. Ese día, miles de telefonistas se manifiestan mayoritariamente por el Comité Democrático y contra el charrismo sindical, cuya permanencia en los puestos sindicales tenía más de 14 años.
No sólo fue expulsado el Comité Ejecutivo Nacional, también fueron depuestos de sus cargos la mayoría de los comités ejecutivos de las 93 secciones que conforman el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana. Este caso es único en la historia del movimiento obrero.
En julio de 1976 se celebra la primera Convención Nacional Democrática de telefonistas, en la cual, se enfrentaron por vez primera, una creciente corriente cuyo objetivo era la de construir un sindicato democrático y la otra corriente la del Secretario General Francisco Hernández Juárez.
En esta Convención se aprobaron los siguientes puntos:
1. Acuerdan mayoritariamente abandonar las filas del Partido Revolucionario Institucional, dejando en completa libertad a sus miembros para que militen en el partido de su preferencia.
2. Acuerdan tácticamente seguir perteneciendo al Congreso del Trabajo. Este punto fue el más debatido y el que marcó la ruptura entre la corriente democrática y la del Secretario General Francisco Hernández Juárez.
3. Se acuerda entregar a las secciones sindicales foráneas el 85 % de la aportación de sus cuotas.
4. Se crea la casa de Cultura del Trabajador Telefonista.
5. Se aprueba un órgano de información interna, donde tengan cabida las corrientes políticas.
El movimiento espontáneo de 1976 demostró un brote de descontento contra el charrismo sindical y la formación de una corriente capaz de dirigir al sindicato de telefonistas.
Francisco Hernández Juárez pactó una alianza con el Congreso del Trabajo, y emprendió una lucha interna contra los representantes de los trabajadores, que se iban incorporando de manera natural en la construcción de un sindicato democrático y al servicio de los trabajadores.
La recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores telefonistas, enfrentó a Hernández Juárez, con la corriente política llamada línea dura (LD). La discusión en torno de la crisis económica de 1976, tomó dos caminos en nuestro sindicato: Hernández Juárez veía como necesidad política una alianza con el Estado, aceptando el tope salarial, que entre otras cosas, de fondo, significaba un fortalecimiento económico al Estado y por tanto también al sector empresarial.
Ante esta situación, los trabajadores telefonistas obligan a Hernández Juárez a luchar por aumentos salariales y condiciones de trabajo que los beneficien realmente.
La crisis 76-77 representó para los telefonistas un reto, pues la imposición del tope salarial y la lucha que se dio contra el patrón-Estado, nos llevó a paros y huelgas nacionales, a contar y dar solidaridad con otros gremios, en particular con el Sindicato Mexicano de Electricistas.
Las corrientes democráticas estaban representadas por miembros sindicalizados del PCM, PRT, maoístas y sindicalistas, que, conforme avanzaban en la democratización del sindicato, dificultaban este proceso sus diferencias políticas y de método, y que por lo mismo era difícil ejecutar tareas unitarias, sin embargo, las reivindicaciones económicas y la mejora en las condiciones de trabajo, no se podían hacer a un lado, porque la realidad forzaba a los telefonistas y a las corrientes para luchar por ellas.
CUADRO No. 1
1977 1978 1979 1980
Tope Salarial 10.0% 12.0% 13.5% 20.0%
HULEROS:
Goodrich Euzkadi 15.0% 23.0%
Good Year Oxo (CTM) 15.0% 23.0%
Firestone (CTM) 15.0% 23.0%
General Popo (CTM) 15.0% 23.0%
Uni Royal (CTM) 15.0% 23.0%
Michelin (CTM) 15.0% 23.0%
AUTOMOTRIZ:
Dina 15.0%
Trail Mobile 10.0% 13.5%
General Motors 17.0% 20.0%
Ford 27.0%
Ind.Aut.de Cuernavaca 20.0%
MINERO METALURGICOS:
Las Truchas (CTM) 14.0%
Fundidora Monterrey 13.5% 25.0%
Altos Hornos Sec.288 13.5% 20.0%
San Francisco el Oro 15.5% 20.0%
Acermex 15.0%
Cía. Real del Monte 24.0% 20.0%
Mimosas Sec. 289 27.0%
ELECTRICO:
Industrias Erikson 15.0% 13.5%
Hoover 20.0%
Telefunken 19.5%
Iemy Friem 14.0%
Ind.Elec.Automotriz 20.5%
1977 1978 1979 1980
Tope Salarial 10.0% 12.0% 13.5% 20.0%
General Electric 24.0%
COMUNICACIONES:
Sindicato Telefonistas 10.0% 12.0% 13.5% 20.0%
Mexicana de Aviación 18.9%
Air France 15.0% 25.0%
Panamerican 17.0%
Eastern Airlines 25.0%
TEXTIL:
Celanese de Ocotlan,Jal. 18.0% 18.0%
ENERGIA:
Petróles Mexicanos 10.0% 12.0% 13.5% 20.0%
Electricistas 10.0% 12.0% 13.5% 20.0%
HUELGAS: 1977-1980:
Como se menciona en renglones anteriores, que las huelgas afectan a las ramas más dinámicas de la economía, conviene señalar en cuales de ellas sucede:
1977
Equipo eléctrico, calzado y vestido, papel, cemento y vidrio, hule, madera, editorial, bebidas y textiles, química, siderurgia, productos metálicos y automotriz.
1978
Minero-metalúrgica, automotriz, química, petroquímica, comunicaciones y transportes, textil y calzado, alimentos, nucleoeléctrica, construcción, electrónica y vestido.
1979
Minero-metalúrgica, automotriz, comunicaciones y transportes, textil y calzado, alimentos, nucleoeléctrica, llantera, cervecera, aérea y construcción.
1980Automotriz, minero-metalúrgica, siderúrgica, eléctrica, textil, alimentos y servicios, telecomunicaciones y aéreas, universitarios, magisterio, embotelladoras, hulera, cervecera y papelera.
HUELGAS ESTALLADAS EN 1979-1980:
SINDICATOS QUE ESTALLARON HUELGA EN:
1979 1980
NOMBRE No.OBRERO % OBTENIDO No.OBRERO %OBTENIDO
MINEROMETALURGICO
LAS TRUCHAS 5200 13.5 20
FUNDIDORA MONTERREY 5700 13.5 20
SEC.288 ALTOS HORNOS 14000 13.5 20
SECCION 14 STMM 2000 15
SAN FRANCISCO EL ORO 3155 15
METALURGICA PEÑOLES DE TORREON 2000 15
SEC.1 Y 2 DE PACHUCA,R.del Monte 3500 24 20
SECCION 289 MIMOSA 560 27
RAMA HULERA 8000 15 9000 23
COMUNICACIONES:
SINDICATO DE TELEFONISTAS 25000 13.5 20
MEXICANA DE AVIACION 6000 18.9 20
AIR FRANCE 20 20
AVIANCA 17 20
PANAMERICAN 17 20
AUTOMOTRIZ:
DINA 6000 13.5 20
TRAILMOBILE 217 DIAS HUELGA 17
GENERAL MOTORS 3500 17 20
FORD 27
RAMA TEXTIL:
FIBRAS 36000 19 22
LANA 8657 17
CELANESE; JAL. 40 DIAS H. 3500 18
CERVECERAS:
MODELO 4000 20 22
MOCTEZUMA 954 17
PEMEX: S/ESTALLAR H. 100000 13.5 20
BIMBO 2450 18
NESTLE 2393 20
ENERGIA ELECTRICA
CHICOASEN SUTERM 12000 18
INDUSTRIA REFRESQUERA 17000 24
REPRESION DEL ESTADO Y EMPRESARIAL:
La represión ejercida contra gran cantidad de movimientos huelguísticos, paros y manifestaciones, cobra diferentes matices.
“Las huelgas se arrastran durante semanas, ante el endurecimiento de los empresarios, cada año mejor preparados y organizados para enfrentar a los trabajadores y el apoyo absoluto que les brinda el Estado a través de la Secretaría del Trabajo, los tiene envalentonados y dispuestos a mezquinar como pepenadores de oficio toda migaja de aumento salarial”. (P. Crítico No. 92, pag.2).
“El despido ya masivo o selectivo, se ha convertido en arma preferida de los empresarios” Op.cit. pág.3.
Solo por mencionar alguno de los despidos, citamos el caso de los trabajadores de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas Las Truchas: despidieron decenas de trabajadores, encontrándose entre ellos los dirigentes sindicales y miembros destacados.
En 1979 el Secretario General de Telefonistas Francisco Hernández Juárez, suspende sus derechos sindicales a cerca de ochenta trabajadores, también de los más combativos y comprometidos con la lucha.
En Hoover, después que levantaron la huelga de 60 días, han sido despedidos varios miembros del Comité Ejecutivo y otros obreros sumando once los compañeros rescindidos” Op. No. 267 pág. 11-17 de Ene-1979. En su huelga la CTM los ayudó con $ 1000 pesos desde su inicio y después de eso el dirigente Rubelio Esqueda ayuda descaradamente a la empresa y hasta intentó romper la huelga”. Op. 260 Nov.-1978.
“A los huelguistas de D.M.Nacional, la familia Ruíz Galindo contrató un grupo de esquiroles para dar el charrazo , conviniendo con la policía privada de la zona industrial en detener, golpear y atemorizar a los trabajadores, aunado a esto, la empresa envía cartas y visita a sus familiares para atemorizarlos y, en su papel de cómplice la Secretaria del Trabajo, califica la huelga hasta que se levanta”. Op. 267 ibid.
“300 costureras de manufacturas YEDID fueron despedidas sin indemnización desde el mes de septiembre por protestar por las malas condiciones de trabajo. Aquí como en otros casos, los despidos han sido respaldados por las autoridades laborales y dirigentes de la CTM y lo más grave es que se han empezado a perseguir policialmente a algunos trabajadores a los que se les acusa de subversión”. Op. No. 264 pág.14-20 de Dic.-1978.
“24 hrs. Pararon 5700 siderúrgicos de la sección 67 en demanda de reinstalación de 15 despedidos y plantas de base para 500 trabajadores”. Op. Feb. 17-1979.
“En Trailmobile hay varios despedidos por su actividad sindical. La huelga estalló a las 12.00 horas del 15 de Enero, bajo una severa vigilancia policíaca”. Op. 268 pág.5.
“Boicot patronal en la huelga de Moctezuma, a pesar de la huelga estallada, la empresa sigue distribuyendo el producto ilegalmente” Op. 268.
MANIFIESTO A LA NACION.
El 30 de Octubre de 1979 los legisladores del sector obrero, miembros del Partido Revolucionario Institucional, presentan el Manifiesto a la Nación ante la LX legislatura al Congreso de la Unión.
El Manifiesto es elaborado por los miembros del Congreso del Trabajo y fundamentalmente por su sector mayoritario que es la CTM.
El empuje de la clase obrera contra el tope salarial originó un resquebrajamiento en lo político, económico y social.
La burocracia sindical, principal sostén político del gobierno, retomó las demandas de los obreros y ejerció una persecución contra la oposición, dentro y fuera de las centrales pertenecientes al Congreso del Trabajo.
El manifiesto significó entre otras cosas impedir un deterioro profundo de la estructura del poder, con alcances meramente coyunturales.
El Congreso del Trabajo no está acostumbrado a movilizar a sus agremiados, más que para rendir un tributo a las autoridades presidenciales en turno.
El impulso del proyecto del sector obrero, encuentra como puntal para salir de la crisis, una mayor intervención del Estado, lo que comprobamos en cada uno de los puntos que a continuación se mencionan:
REFORMA AGRARIA:
- Se reforme la legislatura que se oponga a los principios contenidos en el artículo 127 constitucional, a fin de que el Estado ejerza definitivamente, las más amplias atribuciones para imponer a la propiedad las modalidades que dicte el
interés público.
Que el Estado garantice la suficiencia económica, productiva y la equidad social de la explotación de la propiedad privada, la ejidal y la comunal, sujetándolas a un mismo régimen de funcionalidad social e interés público.
El reparto de las tierras que forman latifundios reales o simulados.
La redistribución de todos los recursos productivos, ahora concentrados en manos de caciques, intermediarios y agronegociantes.
SISTEMAS DE COMERCIALIZACION:
- El cambio estructural de los sistemas de distribución y consumo y, con el fin de profundizar la intervención del Estado en esta materia por un Plan Nacional de abasto de productos básicos, que contemple:
- El estímulo a la organización social de la distribución, basada en las tiendas sindicales y las cooperativas de consumo urbanas y del campo.
- La racionalización del sistema nacional de transporte y almacenaje de mercancías.
- El respeto a los precios de garantía para los productos del campo y su movilidad de acuerdo con las necesidades materiales de los campesinos y las condiciones de la economía nacional.
REFORMA ECONOMICA:
Entre los puntos más importantes, los siguientes:
- Impulsar la lucha del proletariado por los principios y demandas, acordados en sus distintas y sucesivas reuniones en que se abordó la necesidad de un cambio social, de una profunda reforma económica y de una transformación acelerada de la sociedad mexicana.
- Subordinar el desarrollo del país a un sistema de planeación democrática, que armonice los intereses del Estado, de los trabajadores y de los empresarios nacionalistas, para desembocar en el cambio social e iniciar la construcción de la nueva sociedad.
REFORMAS AL ARTÍCULO 123 DE LA CARTA MAGNA:
- El régimen constitucional del salario mínimo
- La jornada máxima semanaria de 40 hrs., con pago de 56 y 5 días de trabajo y 2 de descanso continuo.
- El sistema de vacaciones escalonadas para la clase obrera.
- La federalización de los tribunales sociales de trabajo.
- Reformar la Ley del Impuesto sobre la Renta, a fin de imponer gravámenes más altos a las ganancias del capital y no seguir desalentando al trabajo con los impuestos excesivos que se le cargan.
- Establecer el seguro de desempleo, seguro de vida y un mecanismo de jubilación a escala nacional modificando la ley del Seguro Social.
REFORMA POLITICA:
- Fortalecer el régimen de partidos políticos y aumentar decisivamente la participación de las masas populares en las luchas políticas y en la conducción de la vida nacional.
- Dignificar plenamente el poder político, con el propósito de darle un contenido y una proyección más auténticamente nacionales y revolucionarias, para que haga avanzar la gran Reforma Social a través de una profunda modificación de las estructuras económicas y sociales.
LA ALTERNATIVA DE LA IZQUIERDA MEXICANA:
Es indiscutible que la izquierda ha intervenido en los diferentes movimientos huelguísticos, objeto del estudio y que sus militantes obreros y campesinos, han sufrido persecuciones y represión, pero, a pesar de todo ello el movimiento obrero y campesino se ha enfrentado una y otra vez al gobierno mexicano por sus reivindicaciones económicas y políticas.
Lo que también queda claro, es que no todos los sindicatos, tienen un proyecto político, sin embargo, sus esfuerzos integraron paquetes de demandas económicas y políticas que empujaron al gobierno a una apertura e incipiente pluralidad democrática.
Algunas reivindicaciones de los obreros y los campesinos y del pueblo, se plasman en el manifiesto del Partido Comunista Mexicano del 14 de Febrero de 1980, que intentará cambiar el rumbo económico y político de México.
- Aumento general de salarios, sueldos y pensiones.
- Escala móvil de salarios, con ajustes trimestrales y sin menoscabo de las revisiones anuales.
- Control de precios de los artículos de primera necesidad sobre la base de una estricta vigilancia.
- Seguro del desempleo, financiado con cuotas de los capitalistas y del gobierno.
- Nacionalización inmediata de las principales empresas de la industria de alimentos y de la química farmacéutica, estableciendo el régimen de fiscalización obrera democrática.
- Aumento efectivo y considerable de los recursos financieros destinados a los ejidos, los auténticos minifundios y las tierras comunales.
- Ampliación de los recursos y de las actividades de la CONASUPO con la vigilancia de los trabajadores.
- Nacionalización de las grandes cadenas comerciales.
- Municipalización del transporte urbano de pasajeros de todo el país.
- Revisión del régimen de subsidios y deducciones fiscales, y establecimiento de tasas verdaderamente progresivas para los más altos ingresos. Supresión del anonimato de las acciones, fijación de gravámenes al gran patrimonio productivo.
- Utilización de los recursos provenientes del petróleo para los renglones prioritarios señalados en los puntos anteriores.
- Moderación de la exportación petrolera para evitar convertir a México en un apéndice energético de Estados Unidos.
- Nuevos regímenes de protección a los inquilinos de bajos ingresos.
C O N C L U S I O N E S:
Esta investigación trazó desde sus inicios, encontrar los motivos de la jornada huelguística que estalló durante los años de 1977 a 1980. Fue de vital importancia obtener y demostrar algunas preguntas y respuestas, como fue la resistencia obrera contra el tope salarial.
Precisamente la primera hipótesis que se plantea en este trabajo, era la de demostrar que los obreros se organizan más fácilmente contra una disminución del salario nominal, que, contra la disminución en los salarios reales.
El potencial huelguístico originado en los años 1977 a 1980 provocó que el gobierno mexicano cambiara o hiciera un ajuste en su política salarial.
El gobierno aplicó el tope salarial a los sindicatos de las empresas para-estatales, amenazando con la requisa, con esquirolaje y la participación de paracaidistas, a pesar de esto, sus huelgas coadyuvan para que otros sindicatos logren superar el tope salarial.
En el caso de los sindicatos oficiales e independientes, algunos de ellos, lograron superar los topes salariales, aún y a pesar de las trabas a los trabajadores por parte de la Secretaría del Trabajo y de una constante represión de los empresarios.
Los grupos monopólicos industriales y comerciales, encontraron la fórmula para recuperarse de los aumentos otorgados, vía elevación de los precios de sus mercancías, dañando los salarios pagados a los trabajadores; Keynes tuvo certeza al escribir que “ la resistencia de los trabajadores es mayor a una disminución de salarios nominales que a una disminución de los salarios reales”. P. 16, Marx y Keynes en los Límites de la Economía mixta de Paul Mattick.
La lucha contra el tope salarial se abandona a partir de 1982, período que será objeto de otro estudio, iniciándose un período de desmovilizaciones del movimiento obrero y campesino.
La segunda hipótesis demuestra que durante los años de 1978-1980, cuando la economía mexicana se recupera, tienen lugar las movilizaciones y manifestaciones huelguísticas de los obreros y no precisamente como lo venía manejando la izquierda, que, con la crisis, tendría lugar el auge del movimiento obrero.
Esta hipótesis no pretende generalizar, sino demostrar, que ante la crisis que hemos vivido, el movimiento obrero tiende hacia el reflujo, pero se trata de este tipo de crisis y no de otras, donde quizás, las condiciones se presten para un movimiento revolucionario.
La tercera hipótesis se coloca en el plano de la democracia sindical. Los obreros inventan nuevas formas de lucha para enfrentar al charrismo y al gobierno. En el período de 1977-1980 algunos sindicatos, años antes, emprenden una lucha por sus demandas económicas y el mejoramiento de sus condiciones de trabajo, dentro de sus propios sindicatos. Allí donde los comités ejecutivos charros siguen manteniendo la representatividad del contrato colectivo de trabajo, los obreros deciden nombrar comisiones negociadoras paralelas, mandatando cualquier acuerdo a la decisión de la asamblea general de los trabajadores.
La cuarta y última hipótesis tiene que ver con el desenlace político y el viraje de las corrientes políticas existentes en los sindicatos.
Como primer elemento queda perfectamente claro que la falta de un partido político u organización, que responda al movimiento obrero, ante la necesidad de enfrentar al gobierno en este periodo huelguístico, los obreros, crean Frentes Populares, que sostienen los distintos movimientos, sobre todo en la rama automotriz. El sistema de control de la burocracia sindical no se tambalea, pero si sufren estragos al derrocar a líderes charros que defendían los intereses de las empresas y gobierno.
Como segundo elemento, este proceso mínimo de organización popular, encontró desde lo interno de los sindicatos, una oposición patronal que se reflejó en despidos selectivos de aquéllos obreros que impulsaron la independencia y democracia sindical.
El gobierno apoyó sin duda a la clase patronal para aplastar, alargar y desgastar las huelgas estalladas.
De modo, que este periodo huelguístico enseña que para poder avanzar en la construcción de una organización política que arrebate el poder a los charros y al gobierno, debe pensarse en otras formas de lucha, que desboque nuevas formas revolucionarias.
Dar continuidad a las corrientes con tendencias democráticas que vinculen y estrechen los lazos de solidaridad entre los miembros de los sindicatos independientes y oficiales.
El movimiento obrero ha vivido crueles experiencias, de las cuales tiene que sacar enseñanzas. Está claro que hoy, son otras formas de organización interna y externa las que deben desarrollar, porque la Reforma Política, ha encapsulado a la izquierda en el marco institucional, lo que presumiblemente, conllevará a la desmovilización de la clase obrera.
Raúl Trejo Delarbre en su artículo del movimiento obrero escribe que: “A partir de 1978 se ha abierto una etapa diferente en la que, previsiblemente, las acciones de la insurgencia obrera se concentrarán en los organismos sindicales existentes, trabajando dentro de los canales institucionales, en lugar de recurrir a las movilizaciones públicas. Esta modificación táctica no implica cambio de banderas, sino ampliación de perspectivas a largo plazo”.
Esta afirmación ha influido en los partidos de izquierda, sin embargo, la práctica y experiencia que los obreros obtuvieron en las huelgas de 1979-1980, los llevará a la conformación de un gran frente obrero y campesino, que unido con el pueblo, marcarán un rumbo revolucionario, distinto a los partidos que se dicen de izquierda.
“La experiencia que no se teoriza, se disuelve y se pierde de vista, incluso cuando pertenece a la relativamente reciente memoria colectiva de un momento vivido. Podemos retener actitudes y respuestas hacia formas de organización que preferimos pero es difícil transmitirlas o darles una validez más general”. Pag. 50 El Topo No. 11.
B I B L I O G R A F I A:
LA CRISIS 76-77:
1. VALENZUELA, Feijoo, José. El capitalismo mexicano en los ochenta.p.13.
2. CIDE No. 2, 1979, pag.8
3. CIDE No. 2, 1979, p. 8
4. Rivera Ríos, Miguel Angel. Crisis y Reog.del Cap.en Mex.p.25
5. Idem. Pag. 29
6. CIDE No. 2 p. 10
7. CIDE No. 2 p. 10
8. CASANOVA, González Pablo y CANO, Flores Enrique, México, Hoy. Ed. Siglo XXI, Cap. VI
9. MATTICK, Paul, Marx y Keynes, los límites de la economía mixta. Ed. Fra. Cap. 1
10. Memorias del Encuentro sobre Historia del Movimiento Obrero. Ed. UAP., Tomo III, Cap. Organizaciones obreras en el sector automotriz, Francisco J. Aguilar.
11. Periódico Oposición:
248,255,260,261,262,263,264,265 de 1978.
267,268,270,271,275,277,279,280,287,299,308,310,
313 de 1979.
324,325,329,334,339,347 de 1980.
12. El Socialista. Periódico.
1,2,3,4,6,8,9,12,13,14 de 1980.
13. Tribuna Proletaria. Periódico.
17,18.25.26,27 de 1979.
14. Bandera Socialista
82,83 de 1978; 115,116,117,118,127 de 1979.
15. Manifiesto a la Nación, 30 Oct.1979. CROM
16. Telefonistas. Por una Alternativa Democrática para el Movimiento Obrero Mexicano. Enero 1980.
17. Punto Critico
95,96,102 de 1979; 105 de 1980.
18. LENIN. V.
Divergencia en el movimiento obrero. Obras Escogidas. 12 tomos, Tomo III págs. 402-405.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario