La violencia como mal de muchos, consuelo de Calderón
Alvaro Cepeda Neri
Prólogo Político
Entrevistan al señor Calderón (quien en cuatro años ha tenido miedo de ejercer el poder constitucional presidencial o de plano no ha sabido, por falta de estatura política, ejercerlo) y se congratula de que haber contratado una deuda a 100 años por mil millones de dólares e ignorando que si los prestamistas internacionales se arriesgan a tan largo plazo es porque ahora el filón del capitalismo es a través de las finanzas. Obviamente, como se la vive metido en su computadora para mirar virtualmente la realidad, incluyendo la económica, no ha tenido tiempo de pedirles a sus asesores que, al menos, le hagan una síntesis del texto sobre la llamada financiarización o crisis financiera, que al alimón escribieron John Bellamy y Fred Magdoff: La gran crisis financiera, causas y consecuencias, editado por la paraestatal Fondo de Cultura Económica.
Alvaro Cepeda Neri
Prólogo Político
Entrevistan al señor Calderón (quien en cuatro años ha tenido miedo de ejercer el poder constitucional presidencial o de plano no ha sabido, por falta de estatura política, ejercerlo) y se congratula de que haber contratado una deuda a 100 años por mil millones de dólares e ignorando que si los prestamistas internacionales se arriesgan a tan largo plazo es porque ahora el filón del capitalismo es a través de las finanzas. Obviamente, como se la vive metido en su computadora para mirar virtualmente la realidad, incluyendo la económica, no ha tenido tiempo de pedirles a sus asesores que, al menos, le hagan una síntesis del texto sobre la llamada financiarización o crisis financiera, que al alimón escribieron John Bellamy y Fred Magdoff: La gran crisis financiera, causas y consecuencias, editado por la paraestatal Fondo de Cultura Económica.
Echa, pues, las campanas a vuelo (cuando deberían ser a duelo por la pavorosa pobreza que ha generado su incapacidad a la par del cuantioso desempleo, que han generado ya miseria colectiva y desesperación social), por haber contraído esa deuda que pagaremos los mexicanos en varias generaciones, como es la deuda multimillonaria que nos heredó Zedillo con el tristemente célebre Fobaproa que lleva actualmente otro nombre para disfrazarla. Sobre la marcha, a la analista que para todo dice “¡guau!”, porque todas las decisiones oficiales y privadas le parecen una maravilla económica, cuyo programa nocturno es a través de la radio, sobre la marcha de la entrevista a Calderón, éste asegura que ese crédito multimillonario fue otorgado por la alta confianza de los inversores internacionales.
Y minimiza, como es ya su estilo, la violencia sangrienta que aumenta por todo el país, de Norte a Sur (y principalmente en Nuevo León, Chihuahua, Tamaulipas, Durango, Sinaloa, Jalisco, el Estado de México, Michoacán… ya la mitad del país y del territorio en manos de la violencia del narcotráfico). Dijo que en otras partes: Brasil, Washington, España, por ejemplo, la violencia es mucho mayor y en cambio los mexicanos, por mala percepción, exageramos la violencia nativa. Pero, que los inversionistas de dentro y de fuera siguen con sus operaciones financieras y empresariales, porque la violencia es menor.
Es lo que se llama “mal de muchos, consuelo de… tontos” y que Calderón esgrime como justificación de los ya más de 40 mil homicidios, según las otras cuentas alegres del calderonismo, cuando es sabido que otros miles de asesinatos, que se dan en el país o no se denuncian o el gobierno federal se hace de la vista gorda. No sabe Calderón o se hace, que los capitalistas, desde hace más de tres mil años (¡oh, Max Weber!, en sus investigaciones económicas del capitalismo) nada los detiene para en la paz y en la violencia, saben “pescar en el río revuelto”. La voracidad de los prestamistas, ahora llamados financieros, van con su dinero a donde quiera que haya oportunidad de llevarse las ganancias e invierten porque de muchas maneras (dice Fernand Braudel en sus libros, verbigracia: La dinámica del capitalismo) saben que cobrarán con creces. De aquí a cien años, los mil millones de dólares, los mexicanos habremos pagado dos mil millones de dólares. Y así la violencia siga devastando a la Nación, en la que mueren mexicanos, aparte de soldados y policías con delincuentes, inocentes que por pocos que sean (¡y ya son cientos de miles!), solamente a Calderón se le hacen nada comparada la violencia con la de otras partes.
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