Estado policiaco previo a la dictadura en forma
María Teresa Jardí
El citatorio penal del IFE, en su nueva recién adquirida función policiaca, a Andrés Manuel López Obrador a comparecer ante un Instituto que calla cuando el usurpador que lo manda llama a AMLO peligro, es otra forma clara del viraje al Estado policiaco que en México ha avanzado como la humedad desde la legalización del fraude para propiciar la llegada, “haiga sido como haiga sido”, del usurpador panista que baña a la nación con la sangre de sus hijos destruyendo el tejido social al punto de que ya hoy es difícil pensar en que el mismo, a lo largo del siglo, vaya a poder ser ni siquiera mínimamente zurcido.
Actitudes policiacas a las que se suma el porro del fecalismo, por boca de uno de sus empleados, corrigiéndole la plana a un senador del mismo partido que el espurio, pero uno senador y el otro tan sólo empleado golpeador a modo del panismo usurpador, por haberse atrevido a señalar, haciendo un perfecto uso de su derecho a manifestar sus ideas sin ninguna cortapisa, en el caso vergonzoso de Pasta de Conchos, donde el mismo partido de derecha obrando al alimón como funcionarios y empleados de los Larrea condenaron a muerte a los mineros, que habían sido condenados antes por la empresa al no propiciar las condiciones mínimas de seguridad para evitar la muerte de quienes trabajaban para ellos.
María Teresa Jardí
El citatorio penal del IFE, en su nueva recién adquirida función policiaca, a Andrés Manuel López Obrador a comparecer ante un Instituto que calla cuando el usurpador que lo manda llama a AMLO peligro, es otra forma clara del viraje al Estado policiaco que en México ha avanzado como la humedad desde la legalización del fraude para propiciar la llegada, “haiga sido como haiga sido”, del usurpador panista que baña a la nación con la sangre de sus hijos destruyendo el tejido social al punto de que ya hoy es difícil pensar en que el mismo, a lo largo del siglo, vaya a poder ser ni siquiera mínimamente zurcido.
Actitudes policiacas a las que se suma el porro del fecalismo, por boca de uno de sus empleados, corrigiéndole la plana a un senador del mismo partido que el espurio, pero uno senador y el otro tan sólo empleado golpeador a modo del panismo usurpador, por haberse atrevido a señalar, haciendo un perfecto uso de su derecho a manifestar sus ideas sin ninguna cortapisa, en el caso vergonzoso de Pasta de Conchos, donde el mismo partido de derecha obrando al alimón como funcionarios y empleados de los Larrea condenaron a muerte a los mineros, que habían sido condenados antes por la empresa al no propiciar las condiciones mínimas de seguridad para evitar la muerte de quienes trabajaban para ellos.
Esto es México hoy. Este es el país irreconocible donde el fuero va perdiendo el sentido al punto de que ya no sirve para lo que debe servir y en cambio es usado para cubrir a mafiosos a modo de todos los partidos. Y no me refiero sólo a Godoy Toscazo, quien por estos días renuncia a su militancia partidaria pero no al fuero, cuando la lógica manda lo contrario en quien se sabe inocente de las acusaciones. Todos los partidos han usado el fuero para esconder a sus impresentables compañeros de militancia.
Calderón busca hacer estallar al país y la milicia se prepara a reprimir el estallido que ya está aquí aunque, mintiendo, finjan que no se dan cuenta. Con los paramilitares basta para hundir a un país y a éstos, creados a modo, es a los que se tiene que perseguir como alimañas.
Desesperado, sí, está el usurpador Felipillo buscando que se dé, por donde sea, un estallido no paramilitar que le permita tapar los crímenes imperdonables que él y sus a modo contra México han cometido.
Ya se han de haber robado todo y de ahí la desesperación, que salta a la vista, ante un hecho que no acaba de darse como el usurpador fecalismo quisiera que se diera, a pesar de los llamados anónimos y de clara procedencia policiaca que incluso circulan por la red de la Internet.
Calderón Hinojosa está desesperado, y el citatorio del IFE a AMLO se ubica en ese contexto. Millonadas impunemente gastadas en promociones vergonzantes no merecen ni un suspiro del mismo Instituto a modo del desastre mexicano tinto en sangre. Pero que AMLO señale, haciendo uso de su derecho a informar, lo mal que van las cosas, merece la misma respuesta que el porrismo le da al senador que osa llamar a rescatar los cadáveres, que como fantasmas se levantan en desacuerdo con la condena a que la mina Pasta de Conchos se convirtiera en su tumba por decisión del panismo foxista.
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