EDITORIAL DEL DIARIO LA JORNADA DE ORIENTE
LA LEY PARA REPRIMIR
El auto de formal prisión dictado a Miguel Márquez Ríos, prosecretario de Divisiones del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), este fin de semana, ha sido interpretado por ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC) como parte de una estrategia represora del gobierno federal para desarticular al movimiento de electricistas y desactivar la lucha de la organización gremial, según expresó ayer el líder Martín Esparza Flores.
Las interpretaciones del SME son acertadas si se considera que a la irracional decisión de extinguir a LFC se ha sumado una campaña de hostilidades políticas y mediáticas, pero que en algunos momentos se manifiesta por la vía judicial, como si hubiera la intención de intentar vulnerar a los electricistas que han permanecido en pie de lucha desde hace poco más de un año, a pesar de la ofensiva oficial.
LA LEY PARA REPRIMIR
El auto de formal prisión dictado a Miguel Márquez Ríos, prosecretario de Divisiones del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), este fin de semana, ha sido interpretado por ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LFC) como parte de una estrategia represora del gobierno federal para desarticular al movimiento de electricistas y desactivar la lucha de la organización gremial, según expresó ayer el líder Martín Esparza Flores.
Las interpretaciones del SME son acertadas si se considera que a la irracional decisión de extinguir a LFC se ha sumado una campaña de hostilidades políticas y mediáticas, pero que en algunos momentos se manifiesta por la vía judicial, como si hubiera la intención de intentar vulnerar a los electricistas que han permanecido en pie de lucha desde hace poco más de un año, a pesar de la ofensiva oficial.
El gobierno que encabeza el panista Felipe Calderón Hinojosa no ha tenido aciertos en materia económica, tampoco en seguridad pública –el principal tema de su agenda– y mucho menos en la generación de empleos. Pero si en algo se ha distinguido esta administración es en la absoluta torpeza, cuando no mala fe, para poder establecer diálogos certeros y efectivos con los grupos sociales y ciudadanos que le demandan respuestas o critican sus políticas.
Es un hecho que el encierro de Miguel Márquez Ríos, lejos de amedrentar los ánimos del Sindicato Mexicano de Electricistas, alentará su brega y, sobre todo, expone claramente ante la nación el estilo que Calderón y su grupo tienen para resolver los conflictos que ellos mismos generan.
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