miércoles, marzo 07, 2012

¡Ya paren de robar! : Gilberto Balam Pereira



Gilberto Balam Pereira
¡Esos partidos!
¡Ya paren de robar!



El año pasado, el 28 de marzo, en su mitin del Auditorio Nacional, AMLO fue contundente: “Limpiaremos al gobierno de corrupción. Lo haremos de arriba hacia abajo como se limpian las escaleras. No habrá influyentismo, amiguismo, nepotismo ni ninguna de esas lacras de la política. La corrupción será considerada como delito grave y se castigará sin derecho a fianza. (¿Incluyendo a los partidos? pregunto yo; ¿y los legisladores?). Por ejemplo –continuó AMLO–, en estos días se ha denunciado públicamente que el ISSSTE contrató servicios telefónicos pagando 43 por ciento más de su precio en el mercado, es decir, 419 millones de pesos por arriba de su costo. Por sólo mencionar una de las transas que a diario se llevan a cabo en todas las dependencias, poderes y niveles de gobierno, sin que pase nada, porque reina el cinismo, la corrupción y la impunidad”.
Más recientemente, el día de anteayer, dijo también:
“No se impondrá candidatos en la coalición del Movimiento Progresista, por lo que respetaré las decisiones tomadas por el PRD…”
Y aquí es donde saltan de gusto los perredos chuchistas y demás especímenes similares que tratan de monopolizar las plurinominales. No mis estimados, no hay porqué brincar de algarabía estando el suelo tan parejo… porque AMLO agregó inmediatamente: “se presentarían los mejores candidatos, de buena fama pública, de inobjetable honestidad y que se resolviera con la aplicación de encuestas, que se pregunte a la gente sus opiniones sobre los candidatos (¿los conoce la gente?, pregunto yo) y que no se presente imposiciones”. ¿Y los candidatos de los partidos izquierdosos yucatecos son de veras de inobjetable honestidad?, me pregunto otra vez.


Pues date una vueltecita a Mérida, Peje, para que constates cómo andan las cosas en ese sentido; no te hagas de la vista gorda.
A partir de los resultados del Índice Nacional de Corrupción de 2010, elaborado por Transparencia Mexicana, se tienen los ámbitos cuyas alarmantes maniobras de corrupción están condenando a la sociedad mexicana a permanecer sumida en un mar de opacidad, de impunidad y de costosa deshonestidad de funcionarios y ciudadanos públicos. Son manifestaciones de corrupción de todo tipo y magnitud, difíciles de medir pero que es necesario intentarlo para poder evaluarlas, enfrentarlas y mejorarlas en una actitud social, frente a este enorme cáncer que corroe a la sociedad.
El más reciente Análisis corresponde al período 2001, 2003, 2005, 2007 y 2010.
La gente corrupta no tiene principios morales, ni autodisciplina, es egocéntrica –digo– y se desenvuelve en los medios de más baja educación política y social. Desestima la transparencia que es todo aquello que tiene la condición de transparente y significa en la administración pública la inobjetable accesibilidad de la información en las áreas que competen a la opinión pública. Vamos, es sólo la rendición clara y justa de cuentas a la población. Pedimos ser ciertos a los políticos, en la información sobre los costos de su actuación y de su desempeño.
Desde la Ley promulgada el 11 de junio de 2002, cualquier persona en todo momento tiene el derecho de solicitar la información en posesión de las dependencias e instancias, información considerada como un bien público.
A iniciativa del Grupo Oaxaca, integrado por profesionales, maestros, académicos e investigadores, se ha formada una instancia que exige plena información de gastos a las dependencias públicas y afines. Aunque los resultados han sido contradictorios, limitados y confusos, esto se ha debido a los niveles de corrupción e impunidad que nos ahogan.
La democracia mexicana ha sido secuestrada por los intereses mezquinos de los partidos políticos. Se retrasó más de un año el nombramiento de tres consejeros del IFE y no se aprobaron las reformas fiscal, laboral, electoral, política y de seguridad por los intereses egoístas y miopes de dichos partidos, mientras gastan anárquicamente a manos llenas partidos y legisladores los dineros del pueblo, sin rendir cuentas a nadie. Los partidos políticos sólo practican la política del agandalle personal. ¡Ya paren de robar! por fa.
Las fracciones parlamentarias de los partidos políticos en las Cámaras de Diputados y Senadores son de los grupos que mayor opacidad muestran en el ejercicio de los recursos públicos. No son transparentes, no rinden cuentas públicamente, no permiten su fiscalización. Ahora respóndanse ustedes, lectores, ¿por qué hay tantos precandidatos apóstoles sacrificados que se desesperan por tener la oportunidad de servir ¿o servirse? No pueden ser auditados porque sus gastos se “comprueban” con un recibo universal. No entregan facturas o bien las entregan “hechizas”. Los informes y gastos no se pueden subir a internet.
Y se mantienen congeladas dos iniciativas para transparentar los gastos. ¡Qué tal! , lo cual es vergonzoso. La discrecionalidad y opacidad existentes propician que se distribuyan recursos presupuestales no ejercidos con base en decisiones unipersonales y arbitrarias de los coordinadores parlamentarios. En 2010 el monto de esas asignaciones fue cercana a los mil 180 mdp.
Para variar, México tiene en América Latina el período legislativo más corto: 195 días (¡qué hueva!). Réstenles vacaciones y días de comisión. ¡Fíjate qué suave!, decía Schilinski.
De esta manera se tiene continuidad de las corruptelas de Fobaproa, Pemex, Amigos de Patricio y de Fox, la Estela de la Luz, etc., etc.
Y por sabido… no callamos. Las transas, los agandalles, las corruptelas de los jefes del Centro se expanden como plaga hematófaga, chupasangres, a los estados, municipios y partidos. De éstos, los de la derecha más retrógrada –PRI, PAN– justifican su deleznable conducta por su propia esencia de “conservadores”. Ahora, los perredos no se quedan atrás y como buenos alumnos se modernizan y actualizan en sus concepciones de corrupción y de latrocinio. ¡YA PAREN TODOS DE ROBAR! ¡Ya nos tienen hartos!

No hay comentarios.: