La convocatoria de un verdadero líder
Por: Virginia González Melgarejo
Ser un verdadero líder es tener la capacidad de convocatoria para lograr que la gente escuche con atención un mensaje.
El pasado domingo se llevó a cabo la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador como candidato a la presidencia de la República por el Partido Movimiento Ciudadano, antes Convergencia, ante un auditorio de cerca de 4 mil personas. El Teatro Metropolitan, sede del acto, lucía repleto. Quienes seguimos el acto por la internet, nos dimos cuenta del entusiasmo que hubo en la reunión. A las afueras del teatro, las personas que no pudieron entrar se mantuvieron ahí para ver esperanzadas si, al terminar el acto, podían saludar a su candidato y tomarse la foto con él. Los ciudadanos ahí reunidos, siguieron con atención las palabras de López Obrador y, en varias ocasiones, vitorearon al ahora candidato, quien habló de la defensa del patrimonio nacional, de los derechos de las y los mexicanos, de la construcción de la cuarta República; habló también AMLO de la labor de convencimiento que se debe hacer, mediante una campaña de propuestas, entre aquellos ciudadanos que aún no definen su voto. El entusiasmo se desbordó cuando López Obrador evocó a Benito Juárez, refiriéndose al momento en el que el Benemérito dijo: “El triunfo de la reacción es moralmente imposible”, lo cual arrancó un prolongado aplauso.
Algo de gran relevancia ocurrió ese mismo día, cuando AMLO se reunió con académicos de diversas instituciones y con el doctor Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM, quien aceptó ser Secretario de Educación Pública de resultar ganador López Obrador el 1 de julio. La invitación aceptada por este distinguido universitario muestra la capacidad de convocatoria de un verdadero líder, y es que una personalidad como la del doctor De la Fuente, que se suma al pueblo de México para lograr el cambio verdadero, significa mucho. De la Fuente se ha ganado un merecido prestigio en la medida de su exitoso desempeño como rector de la máxima casa de estudios del país, logrando durante su gestión posicionarla como la mejor universidad de América Latina y una de las mejores del mundo. Su capacidad, honestidad y trayectoria es irrefutable, como innegable es que Andrés Manuel López Obrador convoca a los mejores hombres y mujeres especialistas en sus áreas para lograr la transformación de este país. El cambio verdadero se comienza a producir con decisiones como ésta, que permitirá el anhelado rescate de la educación pública nacional.
En contraste, de pena ajena resultó la toma de protesta de la señora Josefina Vázquez Mota como candidata presidencial del PAN. Los asistentes, después de una larga espera y de haber escuchado a un grupo musical y sufrido a varios oradores, comenzaron a desalojar el estadio Azul justo en el momento en el que “la nieta de una abuela” como ella misma se describió, empezó su perorata. El hecho mostró que doña Josefina no es capaz de mantener a una audiencia atenta a sus palabras. Gris, como siempre, doña Jose demostró el domingo que ni a los suyos convoca. Y no es un error de logística como lo han querido hacer pasar, llegar tarde a un acto es una falta de respeto a quienes la esperaban. ¿De dónde sacan las cuentas alegres de que la señora va subiendo en las encuestas, cuando ni siquiera los suyos quieren escucharla? Simplemente, lo visto no es juzgado.
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