jueves, marzo 08, 2012

De mujeres a mujeres : María Teresa Jardí




De mujeres a mujeres
María Teresa Jardí


Mientras las notas informan sobre la presencia otra vez de “Las Juanitas”. Impresentables mujeres que ya se aprestan a fingir que se llenan cuotas de género, absurdas, por cierto, desde mi particular punto de vista, ya que el mismo Poder Legislativo que las emitió es quien las viola. Mujeres indignas que se prestan a renunciar para dejar a los más impresentables como legisladores a modo de la inconcebible estupidez que impera. Estupidez, la de la clase política mexicana, que ya casi iguala a la corrupción convertida en regla del sistema que de cara al 8 de marzo, luego de diez años de impunidad y mediando una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, da una disculpa light a una mujer tlapaneca que se alza con valentía ante los que incluso ese día la discriminan.
“... Instantes antes de recibir una disculpa por parte del Estado mexicano, Inés Fernández volvió a sentir el latigazo de la discriminación racial. ¿Cómo pretendía esta mujer morena, con la cola de caballo despeinada y sandalias de hule, subir al estrado donde se estrechaban ya las manos el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré; la procuradora general, Marisela Morales, y el gobernador, Angel Aguirre? Los militares de guayabera blanca y armas mal disimuladas le cerraron el paso. Nadie les advirtió que ella era la pieza central en el acto público que se celebraba en los portales del Palacio Municipal...”, testifica Blanche Petrich, quien cubre el acto, de obligado desagravio, para el diario La Jornada.


Hace diez años Inés Fernández Ortega fue violada por militares, y de cara al día de hoy, es decir al 8 de marzo en que se celebra el Día Internacional de la Mujer cada año, hacen la finta diversos funcionarios panistas de que dan cumplimiento a una de las muchas condenas que ya colecciona el Estado mexicano de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La única denuncia la hace la propia afectada. La que es posible que no tarde demasiado, a la luz de la impunidad que impera, en ser ejecutada. Ojalá y no. Pero al igual que ella sabe y denuncia con nombre y apellido a los que llama narcoparmilitares, agregando que “tienen todo el respaldo, desde antes, de todo el poder”. Los conocen sus creadores y el resto de los permisivos presentes. Y no me refiero por supuesto a Abel Barrera ni a Blanche Pietrich. Me refiero a los funcionarios del desgobierno que Calderón encabeza usurpando el Ejecutivo federal mexicano. Alejandro Poiré, que como secretario de Gobernación es mandado en representación del usurpador, la procuradora general, Marisela Morales; el gobernador, Angel Aguirre y “los militares de guayabera blanca y armas mal disimuladas le cerraron el paso a la indígena” protagonista de la recepción, de la falsa y obligada, repito, disculpa.
Inés Fernández Ortega tenía 24 años cuando tres soldados del 48 Batallón de Infantería con sede en Cruz Grande, Guerrero, la agredieron sexualmente en la cocina de su casa, en la comunidad de Barranca Tecuani, en el municipio de Ayutla, en el estado de Guerrero.
Disculpa, amén de oportunista por la fecha tardíamente obligada, light como la califica correctamente Blanche.
“A usted, a su esposo Prisciliano Sierra y a sus hijos Noemí, Ana Luz, Colosio y Nélida, les ofrezco las más sentidas y sinceras disculpas por los hechos ocurridos hace casi una década en los que resultaron gravemente lesionados sus derechos. Fue la única frase en el discurso de Poiré en la que no la tuteó. Nunca mencionó a los militares. Jamás aludió que el lamentable hecho fue un ataque sexual...”. Un narcoestado represor que se niega a reconocer el valor de las mujeres indígenas.

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