Conjeturar
Jorge Lara Rivera
De poco sirve negar lo evidente. Verdades aplastantes no pueden ser detenidas largo tiempo. Así, pese al triunfalismo del régimen, a tanto alarde sobre el “buen manejo” y la “fortaleza” gracias al “blindaje” de la economía mexicana que el jefe del Ejecutivo y sus ujieres en el Banco de México y las Secretarías de Hacienda y de Economía han propalado, finalmente lo aceptan: sí, la crisis económica por deuda soberana europea con repercusión global afectó a nuestro país en 2011.
La noticia contrasta con la confianza de Jim O’Neill, director de Fondos de Inversión de Goldman Sachs, en la exacción que considera, conseguirá de México el gran capital de aquí al 2020 cuando, vía el despojo de los derechos laborales al pueblo, se convierta –a su juicio– en la 7ª economía por su crecimiento, estimando que aportará el 7.8% del Producto Interno Bruto Global. Ni se corresponde con el autismo que exhibe el ocupante de Los Pinos queriendo convencer de que más de 180 mil empleos fueron creados en lo que va del año, 130 mil de los cuales se generaron sólo en febrero; “algo histórico en cualquier otro febrero de que se tenga memoria” añade, paroxista, al borde de la histeria, cuando hay 8 millones de jóvenes “ninis”, 12 millones más de nuevos “pobres muy pobres”, casi 20 millones de compatriotas enfrentan hambre y 80 del total de los 112 .5 millones de mexicanos que somos se ha depauperado.
Pero falaz, mendaz y fementido, quien encabeza el gabinete de cuates aseguró en la inauguración del entronque Tabasco, en la carretera Villahermosa-Escárcega que su administración “es la presidencia de la infraestructura” pues ha destinado casi 280 mil millones de pesos a las carreteras de México (casi el doble de lo invertido en el foxiato y aproximadamente el triple de lo destinado al rubro por Zedillo). Desde luego que valdría la pena deslindar de los cálculos el índice de encarecimiento de los materiales y maquinaria, pero sobre todo verificar que los presupuestos no estén inflados, no vaya a ser que se descubran otras irregularidades en SCT además de aquéllas en que sobreabunda el sexenio de “las manos limpias”, “la Presidencia del Empleo” como la Estela de Luz, la mega refinería de Veracruz, el mega túnel subfluvial en Coatzacoalcos, las amañadas licitaciones del IMSS, el pago por sobreprecio de medicamentos en el ISSSTE, etc.
Entre tanto las cifras fatales prosiguen, crecientes: 60 mil muertos, 20 mil desapariciones forzadas, 250 mil desplazados,… Mientras la impunidad se documenta con el esclarecimiento de sólo 3% de los casos denunciados, frente a un 97% en que los culpables quedan sin resolver y es claro que “el gobierno ha sido incapaz de proteger a las familias mexicanas” tal apunta Enrique Peña Nieto. Algo así como si se reeditara la vieja y atroz figura legal romana de la “personae sacra” –persona “sagrada”, pero con un sentido totalmente opuesto a lo que entendemos hoy por “sacralidad”–, aquella a quien mediante una declaratoria el Estado romano le retiraba a algunos sujetos su protección dejándoles en indefensión, de suerte que cualquiera –cualquiera– podía matarlo sin consecuencias, sin ser perseguido por tal acto, ya que la víctima en ese caso no estaba protegida por el Estado (Javier Sicilia dixit). Casi eso está ocurriendo a los mexicanos en la presente administración federal panista donde cualquiera –cualquiera– puede ser secuestrado, asaltado, asesinado incluso, sin que la justicia castigue al delincuente. ¿Embustes, conjeturas?
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