Y año solamente ya nos resta
María Teresa Jardí
Se acaba el año. Los días transcurren inexorables uno tras otro de manera veloz y debemos congratularnos. Hoy inicia diciembre, el primer mes del último año de la pesadilla recurrente que en el infierno ha sepultado a millones de mexicanos. Ya sólo resta uno, literalmente hablando, para que se vaya el usurpador genocida.
Deberían callarse los que aspiran incluso a que, comprando, alguien vote por ellos. Peña Nieto en lugar de defender lo indefendible, debiera ofrecer justicia aunque fuera de dientes para fuera. Pero queda claro que la inteligencia tampoco es la divisa del PRI. Y que debiera alertar a los militantes de buena fe, si alguno queda a ese partido, de que la pesadilla seguiría, por lo visto, de ser el PRI, el partido elegido.
Un año solamente ya nos resta. No para poner fin a la pesadilla, que no por la salida del usurpador se va para los mexicanos que tienen la vida deshecha. Los impunemente asesinados no van a recuperar la vida con su salida. Los “daños colaterales” no van a propiciar la pronta reconstrucción del tejido social ni siquiera ganando AMLO y sumándonos todos a la construcción de una República, donde el amor entre seres humanos vuelva a ser la medida civilizada de las relaciones sociales.
La pesadilla se queda. Los seis años de usurpación panista popiciaron los niveles vergonzosos de pobreza en que se encuentra el país. La nota del día es que solamente México y Honduras han bajado sus cifras respecto a bienestar en América Latina. ¿Por qué será? Porque en uno dio un golpe de Estado, avalado por los yanquis, un Goriletti para deshacerse del Presidente legítimo que los hondureños querían. Y en el otro porque la clase política toleró la llegada “haiga sido como haiga sido” de un usurpador entreguista que desató una falsa guerra contra el crimen organizado, en gran medida, como ya queda claro para cualquiera, desde las instituciones gubernamentales. Convertida, la falsa “guerra”, en una real masacre de mexicanos pobres y de luchadores sociales que por cientos cuenta a los desaparecidos por las fuerzas “del orden”.
IMPUNE por ahora, como todo bajo el mando del usurpador, que a Huerta le ha ganado la mano. La cancelación de los trabajos de jefes de familia en el caso del certero golpe al SME y en el de Mexicana de Aviación, por intereses bastardos de “cuates” a modo, le auguran al usurpador también la compañía a futuro de otros criminales en su mismo patético futuro. Javier Lozano tampoco puede salvarse. Como no va a dejar de ser demandado, exigiendo justicia, Molinar Horcasitas, mientras quede vivo un solo familiar de los niños achicharrados debido a la conversión de las guarderías del IMSS en negocio de familiares de la mafia política apoderada del país, que hoy, muy probablemente, hay que hacer votos a todas horas, todos los días, entra en el último año de su desperdiciado ejercicio de lo que eligieron que no fuera la prestación de un servicio. Ni qué decir de García Luna con sus secuaces paramilitares hombres de negro también criminales.
Deberían leer más y ver menos telebasura incluso para verse reflejados de manera patética en la historia de otros que también se soñaron eternos cuando no eran menos mortales que el resto de los integrantes del pueblo que los juzga ya de manera implacable como son juzgados por la historia los gorilettis cuando se les acaban sus años de lo que ellos en el fondo deben considerar “de gloria”, aunque en el fondo sepan que sólo fue un tiempo en los que exhibieron su personalidad enferma que los convirtiera en burdos asesinos. De otra manera no se entienden los errores continuados a lo largo de seis largos años a pesar de las recomendaciones de personas sabias llamándolos a rectificar incluso para que puedan salvarse con el prestigio necesario para no llegar a La Haya denunciados y exhibidos como criminales, que no de guerra, sino GENOCIDAS.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario