CARPETA
La proveedora
SERGIO CORTÉS SÁNCHEZ
Como todos los años, la oferta educativa de la Universidad Autónoma de Puebla fue inferior a la demanda: de 40 mil aspirantes que pagan y presentan el examen de admisión para ingresar a ella, 16 mil fueron aceptados en primera opción; 14 mil fueron rechazados, aunque su calificación es igual o superior al mínimo requerido para estudiar en esa institución, y otros 10 mil fueron rechazados porque no pasaron el examen de admisión. El total de rechazados en este año fue de 24 mil; la mayoría (82 por ciento) corresponde al nivel licenciatura.
La proveedora
SERGIO CORTÉS SÁNCHEZ
Como todos los años, la oferta educativa de la Universidad Autónoma de Puebla fue inferior a la demanda: de 40 mil aspirantes que pagan y presentan el examen de admisión para ingresar a ella, 16 mil fueron aceptados en primera opción; 14 mil fueron rechazados, aunque su calificación es igual o superior al mínimo requerido para estudiar en esa institución, y otros 10 mil fueron rechazados porque no pasaron el examen de admisión. El total de rechazados en este año fue de 24 mil; la mayoría (82 por ciento) corresponde al nivel licenciatura.
De los rechazados de licenciatura que pasaron el examen, casi 2 mil pueden ser reubicados en otras licenciaturas o campus que tienen plazas disponibles; de ser así, los aceptados en licenciatura serán 13 mil, y 18 mil el total de rechazados; la mitad de éstos últimos no tendrá cabida en las instituciones de educación superior incorporadas a la UAP, ya que han reprobado el examen; la otra mitad podrá ingresar a esas IES si tienen los recursos monetarios para ello o son favorecidos con una beca. La UAP los rechaza por rigidez de la oferta, y los colegios privados los aceptan con todo y beca gubernamental.
La oferta de educación pública del nivel superior se ha contraído a pesar del compromiso gubernamental suscrito en la ONU de aumentar la participación de los jóvenes de 20 a 24 años en ese nivel de enseñanza. La UAP aumentó su oferta a una tasa anual de 4.3 por ciento entre los años 2000 y 2010, y la demanda lo hizo a una tasa de 5.9 por ciento para esos mismos años; el resultado es que de cada tres aspirantes, dos se rechazan y uno se acepta. Las desigualdades sociales se multiplican y acentúan la exclusión social; nuevos agravios se suman a la precariedad del empleo y la pérdida del ingreso real, los ninis se multiplican por la insensibilidad de las autoridades gubernamentales de cumplir un compromiso constitucional: proporcionar educación gratuita en los tres niveles. El derecho a la educación superior se restringe por la oferta, no por el talento, la vocación o el interés profesional de los solicitantes.
La mitad de la matrícula de nuevo ingreso se concentra en dos áreas; la de Ciencias Sociales y Humanidades y el área de Ciencias Naturales y Exactas. Las áreas que más crecieron su matrícula de nuevo ingreso fueron las de Ciencias de la Salud y el área de Educación y Humanidades. Las que disminuyeron su oferta fueron las de Ciencias Sociales y Administrativas y las de Ingeniería y Tecnología. Las disciplinas profesionales que ofrecieron el mayor número de plazas fueron las de Medicina, Contaduría Pública, Ciencias de la Computación, Derecho, Administración de Empresas, Psicología, Arquitectura y Enseñanza del Inglés.
La enseñanza superior en la UAP se imparte en 35 unidades académicas ubicadas en 13 campus. En total, este año se ofrecieron 65 diferentes licenciaturas, cuatro de ellas de nueva creación (Nutrición Clínica, Criminología. Actuaría y Procesos Educativos). El campus de Puebla concentra 90 por ciento del nuevo ingreso y los campus de Tlatlauquitepec (sin ingreso este año) y el de Chiautla son los de menor matrícula escolar. La calificación promedio de ingreso a la UAP varía en sentido inverso a la demanda, al aumentar ésta última baja el promedio: este año, la media fue de 691 en escala del uno al mil; los mayores puntajes se registraron en el área de medicina, los menores, en ciencias agropecuarias.
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