martes, marzo 13, 2012

Guadalupe Loaeza : Las televisoras



Guadalupe Loaeza
Las televisoras

Me permito poner a consideración las siguientes preguntas que conciernen al duopolio televisivo por todos conocido.

¿Usted cree en las televisoras mexicanas? ¿Considera que tienen sentido ético? ¿Piensa que son respetuosas de su audiencia y que le hablan con la verdad? ¿Qué opina de los montajes que hacen respecto a presuntos culpables? Cuando usted mira las noticias en las televisoras mexicanas, ¿Cree todo lo que dicen los conductores de los noticiarios? ¿Qué tan objetivas son especialmente durante los procesos electorales? ¿Recuerda usted aquella portada de la revista “Proceso” en donde aparece uno de los altos directivos de la televisora más importante del país, dándole un beso en la mano a Martita? ¿Con quiénes quieren quedar bien las televisoras mexicanas, con el público o con las autoridades, incluyendo las policiacas? ¿Qué tanto cuestionan las televisoras mexicanas a las autoridades cuando éstas incurren en evidentes injusticias? ¿Se ha imaginado alguna vez cuánto dinero y poder tienen los dueños de estas televisoras? ¿Qué tan transparentes son las televisoras? ¿Cuántas injusticias habrán cometido las televisoras respecto a sus empleados, cuando sienten que éstos ya no les sirven para sus propios intereses? ¿Qué tanto les importará, realmente, el país? ¿Qué tanto mienten a la opinión pública? ¿Qué tanto manipulan su información con el único objeto de anteponer sus propios intereses sobre la verdad?

Lo anterior tiene que ver con el ridículo montaje que fabricó la televisión de la mano de García Luna relacionado con el caso de Florence Cassez. ¿Por qué la televisión mexicana nos toma por imbéciles? ¿Quién les da esas atribuciones? ¿Por qué nos mienten tan impunemente? ¿Por qué desde el primer momento de la aprehensión del supuesto culpable las televisoras mexicanas dan el caso por juzgado y sentenciado? ¿Qué le espera a cualquier ciudadano si tiene la mala suerte de echarse de enemigo a las televisoras? ¿Por qué quieren imponernos una justicia mediática? Sin haber sido juzgado o juzgada, en un dos por tres y porque así lo deciden las televisoras mexicanas, pueden acabar con el prestigio, con la familia y con la dignidad del presunto culpable. Como le dijo el periodista Pablo Reinah a Carmen Aristegui, palabras palabras menos: si la ciudadana francesa Florence Cassez no hubiera denunciado lo que ahora todos sabemos del montaje, tendría que resignarse a pasar 60 años en la prisión. En su país la escucharon. Su presidente tomó su caso como parte de su agenda cuando vino a México. Si la francesa hubiera sido una mexicana, qué le pasaría en una situación semejante...”.



¿Qué tanta confianza le inspira García Luna? ¿Conoce a fondo su trayectoria? En cuanto al caso de la ciudadana francesa, permítame refrescarle un poco la memoria. He aquí algunos fragmentos del espléndido reportaje del periodista Héctor De Mauleón, publicado en la revista Nexos, a raíz de la entrevista de Denise Maerker a García Luna. “Aunque la versión de García Luna no explicaba el engaño a los televidentes, parecía explicar el desfase entre la hora de la transmisión y los datos asentados en el parte policial. Entonces ocurrió algo imprevisto: antes de que la entrevista concluyera, Maerker recibió una llamada desde el centro de arraigo de la PGR. Era la detenida Florence Cassez, rechazando los cargos que le imputaban y diciendo que el funcionario mentía: ella no había sido detenida el 9 de diciembre, sino un día antes: la habían mantenido encerrada en una camioneta durante 20 horas, en tanto se preparaba el montaje.

“En cuanto terminó la entrevista con Denise Maerker, la AFI intentó reacomodar las cosas. Cuando los agentes que habían tomado parte en la investigación fueron llamados a ratificar su informe, aseguraron que éste contenía ‘la verdad de los hechos’. Hicieron, sin embargo, un pequeño cambio: ‘La hora en que se implementó el operativo no fue a las cinco de la mañana sino a las cuatro’. Según dijeron, no se habían percatado de la hora ‘por el cansancio’, y porque el agente Germán Zavaleta ‘era el único que llevaba reloj’”.

Como dice el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Arturo Zaldívar, el caso de Florence está viciado desde su origen, ya que “generó en el caso concreto un efecto corruptor en todo el proceso penal y viciaron toda la evidencia incriminatoria en contra de Florence Cassez”.

Respecto a los derechos de Cassez nos preguntamos, ¿por qué las autoridades se tardaron 35 horas en notificar al consulado francés, a partir del momento en que fue aprehendida? ¿Por qué en las declaraciones de los testigos existen tantas contradicciones? Bien dice De Mauleón que el expediente de 13 tomos y millares de páginas de la ciudadana francesa, no es la crónica de un caso sino la metáfora perfecta de un pobre sistema de acusación judicial: un laberinto de fabricaciones.

gloaeza@yahoo.com

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