jueves, diciembre 08, 2011
Los empresarios y la transformación de México : Jorge Canto Alcocer
Los empresarios y la transformación de México
Por Jorge Canto Alcocer
Dentro de su campaña a ras de tierra, Andrés Manuel López Obrador ha venido sosteniendo reuniones con varios grupos empresariales del país. En ellas, el líder del movimiento popular de resistencia ha externado puntualmente los ejes trascendentales de su apuesta política: honestidad, empleo, seguridad y justicia. De acuerdo con las crónicas de estos encuentros la respuesta empresarial ha sido positiva, manifestada inclusive con la adhesión de algunos de los empresarios más importantes del Norte del país, particularmente golpeado por los estúpidos manejos de los “gobiernos” panistas y el colapso del neoliberalismo a nivel mundial.
Es importante resaltar, sobre todo ante una coyuntura internacional en la que hemos visto cómo muchos políticos de izquierda se han arrastrado a los pies de las oligarquías financieras que explotan al resto de la humanidad –incluyendo a una muy buena cantidad de empresarios-, que el mensaje del Presidente Legítimo de México ha sido expreso y claro: la prioridad del nuevo gobierno serán los marginados, los excluidos, aquellos que lo han perdido todo en la catástrofe nacional que vivimos.
El discurso del líder popular pretende incorporar a los empresarios a la lucha por transformar a nuestro país y no, como generalmente expresan los políticos cuando se reúnen con grupos económicamente poderosos, prometer el mantenimiento de privilegios y estados de excepción como forma de propiciar las inversiones y la creación de empleos.
La positiva recepción que hasta ahora han tenido los planteamientos de Andrés Manuel, sobre todo en el Norte del país, no es casual. En estos trágicos momentos la economía de varios Estados se encuentra prácticamente paralizada, colapsada por la doble acción violenta y nefasta de los grupos criminales y de las fuerzas represivas del gobierno usurpador. Prácticamente todas las ciudades norteñas, antes boyantes y en crecimiento, quedan en estado de sitio apenas desaparecen los rayos del sol, lo mismo que las principales vías de comunicación, situaciones que evidentemente inhiben las diversas actividades económicas y, por tanto, ocasionan incontables pérdidas a los empresarios de la región.
En las circunstancias de nuestro país, la incorporación del sector empresarial golpeado por la debacle neoliberal y los errores de los gobiernos panistas es crucial y posible. Crucial en la medida en que este sector es aún dueño de cuantiosos recursos necesarios para la reconstrucción de México; posible porque también ellos han sido víctimas de dichos yerros, al grado de que hay espacios en la geografía nacional en los que ya no opera la lógica del mercado capitalista convencional, sino una situación de guerra y devastación.
Desde la perspectiva materialista de la historia no es posible olvidar que en el capitalismo la contradicción fundamental se realiza entre la burguesía –representada principalmente por los empresarios- y el proletariado, al que pertenecemos los distintos grupos de trabajadores de una sociedad; pero la coyuntura de nuestro país es de tal índole que las contradicciones internas entre la burguesía han llevado a la degradación del capitalismo, al privilegiar los intereses de una minúscula oligarquía financiera y seguir al pie de la letra los dictados de la política imperial de Estados Unidos, lo que posibilita la gestación de una alianza multiclasista para la transformación del país.
Las recientes adhesiones de empresarios poderosos a nuestro movimiento deben verse como un fortalecimiento, aunque también como una llamada de alerta. Este movimiento ha sido construido con el liderazgo de Andrés Manuel y un gran grupo de mexicanos, desde abajo. No debe haber claudicaciones ni retrocesos; las adhesiones deben sumar, pero no confundir. La victoria será del pueblo, o no será.
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