jueves, septiembre 01, 2011
Ricardo Rocha : Entre el terror y la náusea
Ricardo Rocha
Entre el terror y la náusea
El crimen múltiple da escalofrío. Lo que hay detrás da asco. Primero,
horroriza no sólo la estadística de los 52 muertos, sino su infierno de
llamas y humo. Pero, sobre todo, llena de rabia el saber que una
tragedia así era absolutamente evitable. Y no hablo sólo de las cerradas
salidas de emergencia. No. Lo que hay que discutir son las que, en estos
años recientes, generaron un escenario tan violento y maloliente:
“Señoras y señores, con ustedes ¡el terror!”
Ya el propio presidente Calderón calificó de “verdaderos terroristas” al
grupo de criminales que estremeció Monterrey, sacudió a la nación y
escandalizó al mundo. Así que se reconoce ya una etapa de
colombianización a la mexicana en la que el terror puede estallarnos en
la cara en cualquier lugar y en cualquier instante. Con la diferencia de
que allá el gobierno estaba consciente de librar una durísima batalla y
el de aquí insiste en que vamos ganando la guerra. Aunque a ese
optimismo oficial se opongan las cifras y datos incontrovertibles: 50
mil muertos, 30 mil desaparecidos, más de 100 mil desplazados y un
México secuestrado por el miedo.
Pero lo que provoca no sólo indignación sino náuseas extremas es la
cadena de corrupción y complicidades que se inició con Vicente Fox como
presidente y Santiago Creel en Gobernación. Ambos repartieron 450
concesiones de casinos a diestra y siniestra, siempre buscando una
complicidad con los poderes fácticos y sin importarles el terreno minado
que estaban sembrando.
¿O de verdad nadie le dijo a Felipe Calderón que los casinos, además de
esquilmar a los jugadores —sobre todo mujeres—, son las grandes
lavanderías de los cárteles de la droga, que llegan con maletas de
billetes sucios y salen con cheques limpísimos luego de un moche de 15%?
¿Qué son, por eso, territorios disputables a sangre y —como se vio— fuego?
Hay, además, gravísimos daños colaterales que se añaden a la violencia
nuestra de cada día. El más alarmante es un México dividido y hasta
confrontado: de un lado los “patriotas” que se suman sistemáticamente a
todas las decisiones oficiales y ahora piden que se intensifique la
guerra y se aprueben las reformas a la Ley de Seguridad Nacional tal
cual la envió el Presidente; del otro los “apátridas” que hemos
cuestionado el método oficial —que nunca ha llegado a estrategia— y esa
propuesta de ley que lo único que pretende es legitimar la
militarización del país.
Yo, la verdad, no creo que la espiral de violencia se vaya a detener con
el envío de otros tres mil federales a Nuevo León ni con la aprobación
fast track de una ley más que cuestionable, ni siquiera con la
desconexión efectista de miles de maquinitas esquilmadoras. En cambio,
sí ayudaría que el gobierno nos diga quiénes y en qué proporción se
benefician con los casinos de este país, con toda su cauda de
corruptelas. Y luego tener el valor —como lo tuvo Lázaro Cárdenas en su
tiempo— de cerrarlos y convertirlos en escuelas. No sobraría tampoco
anteponer la inteligencia a la violencia no sólo para desarticular
financieramente a los grandes capos, sino para limpiar la casa
detectando, expulsando y juzgando a quienes en nuestros órganos
castrenses, policiacos y de justicia están en la nómina del narco.
En cualquier caso, y como acaba de exhortar el rector de nuestra UNAM,
es urgente un acuerdo nacional contra el crimen organizado en el que
participen todos los poderes y los grupos ciudadanos. Y yo añadiría que
el único eje convocante posible en estos momentos es el propio documento
emanado de nuestra UNAM: una Propuesta sobre Seguridad y Justicia en
Democracia que es la única alternativa realmente integral, que ha sido
muy bien recibida por legisladores de diversos partidos y que no merece
el menosprecio interesado de algunos, por el hecho de provenir de una
escuela pública, aunque se trate de la más alta del país.
Ojalá no sea el caso del presidente Calderón, quien argumenta el
seguimiento puntual del crimen múltiple de Monterrey para posponer la
anunciada reunión con el rector Narro. Y yo que había pensado que ese
encuentro era más necesario que nunca.
ddn_rocha@hotmail.com @RicardoRocha_MX
Periodista
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