sábado, septiembre 24, 2011

La contraexpropiación petrolera de Calderón y el PAN : Alvaro Cepeda Neri




Prólogo Político
Por Alvaro Cepeda Neri
La contraexpropiación petrolera de Calderón y el PAN

Saqueada sexenalmente a partir del alemanismo (1940-2011), la empresa pública Pemex, es empujada a un proceso de privatización para establecer su contraexpropiación. Patrimonio de la Nación, nunca ésta fue beneficiada. Sus multimillonarias utilidades son utilizadas por el poder presidencial, en complicidad con el Legislativo y el silencio del Judicial, para satisfacer a las cúpulas sindicales (ahora con el nefasto Romero Deschamps y sus secuaces) y para cubrir el gasto corriente de la alta burocracia donde cada “señor presidente” ordena pagarles fabulosos salarios, bonos y prestaciones.
Ha sufrido el robo de siete presidentes priístas, dos antipriístas (Salinas y Zedillo) y dos panistas. Y sobrevive en la quiebra por tanto ratero, negocios turbios de la mayoría de sus directores y subalternos, deudas por supuestos préstamos para inversiones petroleras. Y ahora Calderón, con el apoyo de la Suprema Corte, cuyos integrantes no entraron al fondo del asunto, estableció contratos con particulares para perforaciones y comercialización encubierta.
No satisfecho con este sitio, sin autorización del Congreso ordenó, para beneficio de funcionarios ladrones, comprar acciones en la empresa española Repsol, para que ella sobreexplote los yacimientos y Pemex siga yéndose a pique con exportaciones sin que sepamos el importe multimillonario, seguramente depositado en los bolsillos del calderonismo con sus empresarios preferidos, entre ellos los españoles (ver la investigación de Oriol Malló Vilaplana, en su libro: El cártel español, historia crítica de la reconquista económica de México y América Latina: 1898-2008; en ediciones Akal. 2011).
Salvo aisladas protestas sociales, los mexicanos estamos como narcotizados y desde 1968 no hay protestas masivas como en los países árabes; en España; en Chile o Grecia (aquí esperamos el movimiento de los encabronados). Es para que protestáramos contra esos actos de autoridad. Pero no pasa de simples declaraciones, cada 18 de marzo y en el recordatorio de la muerte de Lázaro Cárdenas, que tibiamente censuran la contraexpropiacion petrolera. Y muy de vez en cuando críticas que se lleva el viento. Sobrevivimos sepultados en el desempleo, hambre, salarios bajísimos (con excepción de los petroleros y qué bueno que son beneficiados con eso) y una pobreza terrible.


Hay causas de sobra para oponernos a los funcionarios que interrumpen la observancia constitucional, porque no desempeñan sus funciones, facultades y obligaciones en beneficio de una Nación que lleva adormecida 40 años y nadie salimos a exigir nuestros derechos. Permitimos a los narcotraficantes su rebelión contra la Constitución; y dejamos solas a las minorías que protestan y que el calderonismo tira al desprecio. Al menos diez millones en todo el país deberíamos salir a la calle, ante el mayor saqueo de un bien no renovable. Y la privatización de la empresa que el calderonismo y el PAN están rematando, sin el menor beneficio directo o indirecto para el pueblo. Las cúpulas en el poder público se reparten el botín, en que convirtieron a Pemex.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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