miércoles, septiembre 28, 2011
Nada es lo que debiera... : María Teresa Jardí
Nada es lo que debiera...
Por María Teresa Jardí
La historia ha demostrado que el apoyo de los pueblos a los gobiernos legítimamente elegidos por los ciudadanos sirve para enfrentar incluso a los imperios. Y la historia mexicana en particular es clara demostración de que las protestas del pueblo sirvieron a presidentes como Lázaro Cárdenas, de aquellos o quizá el único de cuando la política era un arte en México, para enfrentar al imperio vecino y para no entregarlo todo de manera tan indigna como desde la llegada de los neoliberales se ha venido haciendo, al punto de encontrarnos convertidos hoy en un Estado fallido.
Me dice un analista político que Rodríguez Zapatero tuvo que dar marcha atrás en lo que ciertamente tenía la razón como política en beneficio del pueblo español, porque se quedó sin dinero. Le reviro que debió hacerlo saber así al pueblo que lo había elegido, a pesar de la mala experiencia anterior con el PSOE, debido a actos de corrupción imputables a miembros de ese partido y a erróneas decisiones ilegalmente represivas.
José Luis Rodríguez Zapatero pudo y debió llamar al pueblo español que lo eligió como relevo de la derecha encabezada por Aznar, para que juntos, el pueblo y el PSOE y los partidos que se le hubieran querido sumar, que habrían sido casi todos, con excepción del de la derecha que de nuevo se prepara, con Rajoy a la cabeza, para ganar la elección adelantada.
Pudo y debió Rodríguez Zapatero llamar al pueblo español a buscar, con el gobierno español encabezado por el PSOE, soluciones conjuntas.
Debió pedir el apoyo que los mismos indignados que lo echan, con él a la cabeza, le habrían dado para enfrentar de una buena vez el ¡ya basta!, de tanto dolor para los pueblos, que con las recetas del BM y del FMI al mundo se mata a base de convertirlo en un lugar donde no tienen cabida, para que unos cuantos mafiosos lo tengan todo, millones de personas. Lo que además era lo que declaraba Zapatero. No se cansó una y otra vez de decir que con las mismas recetas productoras de la crisis el enfermo no se salvaba. Lo que además habría sido la punta de lanza de la construcción, desde un gobierno, de otra historia, de entrada, para Europa. Se apanicó con la llamada del impresentable Obama. Cuando a lo que debió tenerle miedo es a la toma de la decisión errada. Decisión a la que hoy, irreconocible de tan envejecido, lo lleva a anunciar la elección adelantada para el próximo 20 de noviembre en la que sabe que Ruvalcaba no tiene nada a hacer porque el PSOE ya fue para España.
Efectivamente AMLO sería el enemigo a enfrentar en una elección no arreglada. Es más ni siquiera tendría, como están las cosas en el país, que ser el enemigo. Tendría que ser el candidato de unidad de todos los partidos. Moreira tendría que ocuparse de gobernadores impresentables de su partido, como el que por estos días pone a Veracruz en la primera nota de todos los diarios, cuando no por los cadáveres regados en céntricas avenidas, por los twitteros encarcelados, o por los ejecutados negados, por el recuerdo del antecesor veracruzano conocido como “Zeta uno”. Moreira sabe que el PRIAN cuenta con Ebrard para atajarlo, dejando el campo abierto al encumbramiento de la Vázquez Mota que es la que va a imponer el PAN, con el apoyo de la telebasura, si es que no logra Calderón imponer a otro impresentable como Cordero, en cuanto hayan logrado acabar con toda posibilidad de que llegue, desde el PRI, un priísta.
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