miércoles, septiembre 28, 2011

Gobiernos de coalición, ¿viable? : Guillermo Fabela Quiñones



Gobiernos de coalición, ¿viable?
Por Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes



Suponer que en los próximos años seguiremos por la misma ruta trazada hace tres décadas, es una equivocación y un desatino. El modelo está acabado tanto en materia económica como en lo tocante al régimen político. Ya no es viable desde cualquier ángulo que se le mire, como lo patentiza la realidad. El PAN en el poder vino a darle la puntilla, así que ahora deben buscarse salidas que permitan encauzar a la sociedad nacional por una senda de gobernabilidad. Bajo esta perspectiva, es oportuno el ejercicio llevado a cabo por un grupo de políticos y politólogos, entre los que participaron Marcelo Ebrard Casaubon y Manlio Fabio Beltrones.
Llama la atención que los dos hayan coincidido en la necesidad de formar gobiernos de coalición, que favorezcan acuerdos mediante instrumentos de orden parlamentario, ya que “el presidencialismo dejó de ser funcional”, según Ebrard. En el coloquio “Semipresidencialismo en México, ¿salida al estancamiento del régimen?”, ambos señalaron la necesidad de reformar la institución presidencial, “para que las cosas buenas pasen, discutamos menos y acordemos más”, como apuntó Beltrones.
Es obvio que la realización de este simposio se enmarca en el proceso preelectoral en marcha, revela que para Ebrard y Beltrones llegó la hora de lanzarse con propuestas imaginativas, porque de otro modo podrían quedar fuera de la contienda. Saben ambos que van rezagados, pues tanto Andrés Manuel López Obrador como Enrique Peña Nieto llevan amplia ventaja real, porque los dos están en campaña desde hace años, doce en el caso del tabasqueño, seis en el del ex gobernador mexiquense. Y como afirmó el dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira, el rival a vencer por parte del tricolor es López Obrador.


Así como Peña Nieto ha forjado su precandidatura a base de millones de pesos en la creación de una imagen, el tabasqueño lo ha hecho pero con miles de horas invertidas en largas y pesadas jornadas por todo el territorio nacional. Es el político más conocido del país, el más confiable para el pueblo, en tanto que el jefe del gobierno capitalino va muy a la zaga en lo que se refiere a penetración entre los electores. Por su parte, Beltrones sabe que la oligarquía no va a ceder en su determinación de llevar a Los Pinos al joven tecnócrata mexiquense, de ahí que no le quede más que luchar con lo que tiene, amplios recursos políticos y reconocida experiencia.
Está plenamente consciente de que Peña Nieto no tiene nada que hacer ante López Obrador, así que para evitar que el país siga retrocediendo aún más, propone los gobiernos de coalición. De otro modo, al seguir empecinados los oligarcas en hacerlo presidente de la República, al precio que sea, incluida la ingobernabilidad durante los próximos seis años, las cosas van a ir muy mal para todos y las consecuencias serán fatales. No quedará otra opción que instaurar un régimen dictatorial apuntalado por las fuerzas armadas, sin que ello signifique que se pudiera alcanzar la paz social perdida irremisiblemente.
La solución a la problemática que vive la sociedad nacional, está en dejar que sea la gente la que decida el rumbo del país. Sin embargo, esto no será posible, no sólo por el egoísmo y la cerrazón de la oligarquía, sino porque al gobierno estadounidense le interesa sobremanera que México siga atado a un régimen caduco que no ofrece salidas viables a la ciudadanía, ya que así tiene más facilidades para intervenir en los asuntos internos de los mexicanos e influir en nuestro destino, con la finalidad de que sigamos siendo “el traspatio del imperio”.
De hecho, el proceso electoral del 2012 está ya en marcha, con López Obrador como el abanderado del progreso, y Peña Nieto como el adalid de la derecha. El PAN dejó de ser contendiente desde que arribó a Los Pinos, debido a que mostró de inmediato su incapacidad para gobernar un país tan complejo como el nuestro. Para Felipe Calderón sería ideal que el PRD de “Los Chuchos” aceptara una alianza con los panistas, incluso con Ebrard como candidato, ante la imposibilidad de que cualquiera de los precandidatos del blanquiazul pueda ser un contendiente con peso y posibilidades de triunfar. Pero aceptar esta “solución” sería la muerte política para el jefe del gobierno del Distrito Federal.
A Beltrones no le queda otro camino que disciplinarse, renunciar a sus aspiraciones políticas y terminar su periodo como líder del Senado, luego retirarse a la vida privada. La otra opción sería indisciplinarse, luchar por la candidatura con base en su proyecto de gobierno de coalición y demostrar que tiene los tamaños suficientes para imponerse a los tecnócratas que pretenden mantenerse en el poder, por conducto de su marioneta, el joven ex gobernador mexiquense. Como es casi improbable que esto último suceda, el futuro del país se vislumbra negro: la oligarquía no aceptará su derrota, como no la aceptó en el 2006. Con todo, el pueblo organizado tiene en sus manos poner punto final a una amarga pesadilla.

(gmofavela2010@hotmail.com)

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