Mensajes desde el corazón del México devastado : Jorge Canto Alcocer

Mensajes desde el corazón del México devastado
Jorge Canto Alcocer
Desde Chihuahua, en el corazón del México devastado por la estúpida “guerra” que el imperialismo norteamericano y el entreguismo de Calderón le han impuesto a nuestra patria, Andrés Manuel López Obrador lanzó un nuevo llamado a la transformación urgente de la sociedad justo en el día en que los hipócritas gobiernos del PRIAN “celebraban” un aniversario más de una “independencia” que en los hechos ellos mismos han cancelado desde hace tres décadas.
No es casual que el presidente legítimo de México se encontrara en esas norteñas tierras para fecha tan memorable. La geografía de Chihuahua ha sido escenario de acontecimientos centrales y de enorme significado para la vida nacional desde hace más de un siglo. Último refugio de la heroica resistencia juarista frente al imperialismo francés y la reacción traidora en 1866; punta de lanza de la contraofensiva que posibilitó la restauración republicana en aquella coyuntura; hogar de la formidable tropa villista, que despedazara en 1911 al orgulloso porfirismo y en 1914 al temible huertismo; hoy es la región más destrozada por las consecuencias de la estúpida “guerra” y los irracionales golpes de una criminalidad desbocada e impune.

La heroica Chihuahua languidece en la actualidad desangrada por los enfrentamientos entre las militarizadas fuerzas del gobierno y la criminalidad, y, tristemente, parece mantenerse al margen del debate político por la transformación nacional. El movimiento popular no ha logrado, en esta tierra desilusionada y deshecha, un impacto significativo. Aunque su presencia es indudable, sobre todo en las áreas rurales, los ingentes sacrificios que se realizan día con día para continuar la vida aun en un entorno de total anormalidad debido a la desenfrenada violencia, la angustiosa preocupación cotidiana por la satisfacción de las más básicas necesidades, ha llevado a las mayorías a mantenerse al margen de los temas públicos, sin entender que participar, exigir, luchar por un cambio social es la única forma de resolver de manera estructural los horrores del día a día.
Aunque el eco de sus palabras aún suena algo débil por estos lares, Andrés Manuel sigue con valiosa terquedad la labor para la que la patria lo ha llamado. Su voz incansable y su mensaje de esperanza recorrerán durante estos días las sendas por las que normalmente deambula la droga, la muerte y la violación de los derechos humanos.
Entre tanto, hombres y mujeres del devastado Norte visitan a los mayas insurrectos del Sur, a la Chiapas Zapatista. La poética voz de Javier Sicilia, que muchas veces se ha extraviado en vericuetos y sutilezas, está departiendo con honestidad con ese sector de México que hace casi veinte años dijo ¡Ya basta! y se ha mantenido en heroica resistencia a pesar de la temible y perseverante ofensiva del Estado oligárquico. En Oventic, Sicilia se alejó de confusiones y clamó contra la represión gubernamental, la traición a la democracia del PRIAN y la política entreguista que está destrozando a nuestra juventud y sus posibilidades de futuro.
Acaso contagiado por los claros mensajes producidos en el Norte y en el Sur, un desconocido Jesús Zambrano empezó a deslindarse del traidor “chuchismo” y enderezó críticas intensas contra el modelo neoliberal y sus partidos, comprometiendo al PRD como cabeza de la verdadera lucha por la independencia nacional.
Cierto es que no hay nada que celebrar en este mes patrio, pero al menos saludemos con optimismo estos mensajes y compromisos. Por vez primera en mucho tiempo, el panorama parece despejarse y mostrar un cariz alentador.