miércoles, septiembre 14, 2011

Impuestos, mentiras, tomaduras de pelo... : María Teresa Jardí



Impuestos, mentiras, tomaduras de pelo...
María Teresa Jardí



El usurpador de derecha a modo del imperio que a México ha convertido en un cementerio, acaba con el pago de la tenencia de los coches nuevos. Y pasa, de cara a las elecciones en puerta, que es lo único que interesa a la clase política, el cobro a los gobiernos estatales, con la esperanza de que lo cobren y con eso bajen la intención de voto a un partido diferente al que al país ha ensangrentado.
La derecha panista no quiere perder el poder para continuar lucrando con la miseria. Pasa la estafeta a los gobernadores de los estados en el entendido de que los que la cobren serán mal vistos como partido de cara a las elecciones. Ni siquiera se ha enterado el usurpador del poco o nulo interés que las elecciones ya despiertan. La discusión, entre los pocos se da, es en términos de asistir y anular o de plano no asistir.
La tenencia, efectivamente, no tendría que cobrarse más allá del impuesto que se paga cuando se compra un vehículo nuevo. La tenencia es un impuesto o al menos así la llaman en la Internet, donde busco para ver si se le considera un derecho o un aprovechamiento y donde, por cierto, no encuentro en las pocas páginas que abro, hay muchas más, nada que la defina y sólo me salen formatos para pagarla.


La tenencia es un impuesto, digamos, que nació de manera temporal y se quedó de manera definitiva. Pero igual es el único impuesto que pagan de manera un poco más justa los ricos. Su pago es decreciente de acuerdo a los años del vehículo, dejando de pagarse por completo cuando el carro completa los diez años de vida y en cambio los que cambian el coche cada año o con la frecuencia, conveniente para los ricos.
El consumismo que el imperio produce y con el que también al mundo enajena, de manera sencilla en el caso nuestro, porque se suma a la conveniente baja en la educación, que por los poros ya se evidencia que le sale incluso a la clase política. El usurpador, proveniente de la derecha asesina, que no quiere soltar el poder, ante la evidencia de que con la limpia que llama guerra no se legitimó y además se convirtió en un genocida, a los que compren coches nuevos, es decir, a los ricos, les perdona la tenencia y a los otros, a los que pagan por los viejos, traslada el cobro a los gobiernos estatales para que, si priístas o perredistas la cobran, se hagan, frente a los electores, más mala fama...
Escucho al alcalde de Monterrey explicar que su salida se pide justamente porque él ha estado desde siempre en contra de los casinos. Más allá del inaceptable regreso, por la vía de los hechos, de las penas trascendentes que la Constitución, cuando era avanzada, no permitía, hay información sobre el malestar del usurpador en contra de ese alcalde y si algo queda claro de los videos filtrados del hermano incómodo es que no se pueden meter cuatrocientos mil pesos en una envoltura del tamaño de las que sirven para guardar el móvil. Debe ser realmente honorable el alcalde de Monterrey cuando el PAN, tan tolerante, exige su salida. El PAN, protector de Molinar Horcasitas y todo delincuente a modo de la mafia política, pidiendo la salida, que ni ante la monstruosidad que significa la quema de infantes, pidió del responsable de haber convertido a las guarderías de niños en negocios particulares de los familiares de la mafiosa clase política, que hoy desgobierna el país, ahogándolo, impunemente, en la sangre de mexicanos que ni el derecho han conservado a que se levante un acta como constancia de que pasaron por la vida...

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