jueves, septiembre 08, 2011

Calderón y sus casinos : Manuel Bartlett


Calderón y sus casinos
Manuel Bartlett


Calderón aprovechó la tragedia del casino neoleonés para, doliente, promover su guerra, más soldados y la mustia condena de Televisa.
La desgracia descubrió el tema casinos, responsabilidad precisamente del Presidente. Independientemente de la corrupción municipal vinculada al narco, según el cónsul de EU, los permisos los otorga Gobernación, que reconoce balbuciente 700 casinos permitidos y muchos más ilegales.
Esta proliferación la inician Fox y su secretario Creel, pretextando controlar el juego propusieron al Congreso nueva Ley de Juegos y Sorteos que, rechazada, convirtieron en reglamento. Los diputados impugnaron vía controversia constitucional, la Suprema Corte lo declaró constitucional. Avalados inician la multiplicación de casinos expoliadores de miles de mexicanos. Afirma Creel que ya había 22, ojalá diga quién los permisionó, a quiénes y cómo los controló. Los primeros del reglamento licencioso fueron para Televisa.


La sentencia de la controversia no es contundente: anular cada artículo impugnado requiere ocho votos de 11, muchas impugnaciones quedaron firmes al no alcanzar mayoría, entre éstas las que abren los casinos: sorteos con apuestas y centros de apuestas remotas. La mayoría consideró que las apuestas realizadas en centros remotos por medios tecnológicos siguen siendo juegos con apuestas autorizados por la ley. Dos ministros, Góngora y Silva, difirieron, presentaron voto minoritario. Los centros de apuestas remotas por medios tecnológicos no previstas por el legislador deben ser reguladas por ley, no por reglamento; las apuestas telefónicas o por internet permiten lavado de dinero y enviciamiento masivo; los eventos en el extranjero quedan fuera del control de la autoridad; los juegos de azar fueron proscritos por el Constituyente, es inaceptable que su masificación la regule un reglamento: la teleología de la ley es restringir los juegos de azar y juegos con apuestas, desterrar los juegos con lucros exorbitantes y ruinas de jugadores; el reglamento desnaturaliza el carácter restrictivo de la ley y la regulación nacional a través de comunicaciones cibernéticas desborda la ley. Otra impugnación minoritaria fue que la ley establece la obligación de fijar una participación de las apuestas para establecimientos educativos del Estado, pero el reglamento lo deja a discreción de la Secretaría de Gobernación. ¿Negocio?
La aprobación dividida de artículos fundamentales para permitir la proliferación del juego advirtiendo —los ministros minoritarios— graves peligros sociales, previó lo que sucedió. Gobernación creó miles de casinos, grandes lavaderos de dinero, masificación del vicio del juego; enormes negocios de tahúres, habilitados como empresarios por Gobernación. Argumentos alarmantes desatendidos por Fox, Creel, Calderón y sus secretarios de Gobernación. La aplicación del reglamento ha sido irresponsable y corrupta, los resultados lo comprueban. Gobernación responsable del otorgamiento de permisos y su vigilancia, opera con una Dirección General adjunta y un Consejo Consultivo responsable de la transparencia y rendición de cuentas. Pero opera en la opacidad, un permiso autoriza múltiples casinos arbitrariamente, se adjudican enormes negocios a verdaderas organizaciones discrecionalmente; la vigilancia resultó inexistente. Este intríngulis de explotación del vicio es producto de Gobernación. Es imperativo exigir toda la información, los auténticos propietarios, los montos que deben entregar sujetos a la discrecionalidad de Gobernación. Deben restablecerse las restricciones que fija la ley, eliminar el enorme atraco diseminado en el país. Detener la ludopatía, enfermedad mental que afecta a miles de mexicanos, promovida oficialmente; aplicar las severas penas previstas en la ley a funcionarios responsables de violaciones. No esperemos a que un nuevo escándalo oculte esta aberración creada por las administraciones de Fox y Calderón.

mbartlett_diaz@hotmail.com

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