miércoles, julio 06, 2011

Rogelio Ramírez de la O : Grecia en espiral deflacionaria


Rogelio Ramírez de la O
Grecia en espiral deflacionaria


 La Unión Europea (UE), con la presión de problemas en Grecia, llegó al final de su encrucijada y definió su camino entre dos alternativas: o se fortalecía como unión monetaria o delimitaba su apoyo a los países miembros que sufren graves problemas.
Al optar por este último camino en el caso de Grecia, le exige un programa draconiano de ajuste cuando ya tiene más de un año en recesión y alto desempleo, condiciones que no permiten el ajuste. La señal que dio la UE es que la integración entre los miembros de la zona euro tiene límites.
Estos límites han sido impuestos por los electores. Por lo menos los de Alemania, Holanda y Finlandia están renuentes a que sus tesoros nacionales rescaten a otros países. Eso limita el grado en que los líderes nacionales pueden comprometer recursos para el fin supuestamente común de unión monetaria.
Los detalles son secundarios a esta realidad fundamental, pero hay que repetirlos, tan sólo para ilustrar lo imposible del ajuste. Grecia se obliga a reducir gasto público y aumentar impuestos por 28 mil millones de euros o el 12% de su Producto Interno Bruto (PIB). Entidades expertas, como la UE y el Banco Central Europeo saben lo que este “ajuste” implica en condiciones de recesión y alto desempleo.


Pero por el tiempo que Grecia persista en el intento, pues su Parlamento lo aprobó, implica sumir a su economía en una espiral de deflación. Esto quiere decir reducir el ingreso disponible de familias y otros agentes económicos. Al hacerlo, familias y agentes se van tornando insolventes y no pueden responder por sus deudas y otras obligaciones. Las carteras vencidas de los bancos aumentarán. Y la recaudación de impuestos se va a desplomar.
Las condiciones también obligan a Grecia a privatizar entidades públicas por 50 mil millones de euros, precisamente en un mercado que sufre toda la incertidumbre posible. O sea, malbaratar activos nacionales.
Sería realmente sorprendente que el programa con esas metas se aplique tan sólo un año antes de que haya una implosión económica, financiera y fiscal. Si esto es así, la sola razón por la cual la UE insiste en esas condiciones es porque los países solventes han pintado su raya para rescates.
Quienes hayan pensado que la unión monetaria europea era como California y Texas compartiendo la misma moneda y con todo el apoyo de Washington y de la Reserva Federal, siempre sufrieron optimismo desbordado. La zona euro es muy diferente y muy inferior a una unión monetaria y por las condiciones draconianas a Grecia.
Así, los políticos descubren el límite de lo que sus electorados nacionales están dispuestos a permitirles y reemplazan a la tecnocracia de Bruselas en la toma de decisiones. Más que preocuparse por mantener el acceso de sus miembros al mercado de crédito, los gobiernos nacionales y sus bancos centrales deben estarse preparando para usar sus recursos en apoyo de sus propios sistemas bancarios una vez que sus bancos tomen pérdidas en sus créditos a Grecia y a otros países.
Aun con una realidad tan cruda, hacer pasar a un país miembro y a su gobierno por el baño de sangre que representa un programa tan doloroso tendrá fuertes repercusiones, incluyendo el contagio a Irlanda, Portugal y España. Es sólo cuestión de tiempo. Los grandes cambios de marea siempre tienen impactos mucho más allá de sus centros de origen, y en este caso el cambio implica un tremendo revés a sueños de integración económica internacional y de globalización. La realidad de los próximos tiempos seguirá apartándose de esos sueños.
rograo@gmail.com
Analista económico

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