miércoles, abril 06, 2011
Julio Hernández López : Zambrano pregunta
Marchar contra la violencia
Factores de peligro
Despechos y Supervía
Zambrano pregunta
VISTO Y OÍDO. El ex presidente Carlos Salinas de Gortari asistió este martes en Chetumal a la asunción de Roberto Borge Angulo a la gubernatura de Quintana Roo. El ex mandatario se congratuló por la nueva generación de políticos priístas que están recibiendo la confianza del electoradoFoto Notimex
El ingrediente verde olivo ha aparecido en el caso Sicilia un día antes de que se produzcan manifestaciones múltiples de protesta en el país. Según revelaciones hechas por asistentes a una reunión con el procurador de justicia del estado de Morelos, Pedro Luis Benítez Vélez, entre los principales sospechosos del asesinato de siete personas en Temixco están militares, unos en activo y otros que lo fueron. Una de las personas que escucharon al procurador morelense fue la diputada Tania Valentina Rodríguez, del PT, quien atribuyó al funcionario la mención de que el asunto estaba peligroso” porque habría funcionarios involucrados, y que había temor de sacar a la luz pública la participación de presuntos militares porque sería tanto como “contradecir” la “guerra” de Calderón contra el narco.
El probable involucramiento de ciertos segmentos de las fuerzas armadas en los negocios que oficialmente deben combatir no es una novedad ni debería tomarse como un agravio a esas mismas fuerzas, sino como corregible consecuencia de la indebida exposición de esos cuerpos castrenses al poder corruptor del narcotráfico que permea y controla amplias franjas de servidores públicos y, desde luego, se extiende también a los ámbitos militares. En diversas ocasiones se ha documentado la participación de ellos en el otorgamiento de protección a bandos del narcotráfico e incluso en la prestación de servicios logísticos varios, entre otros la custodia y traslado de cargamentos delictivos. Por ejemplo: el mismo día en que Felipe Calderón fue citado a la Casa Blanca, el comandante de la segunda región militar, con sede en Tijuana, Alfonso Duarte Mujica, reconocía que la Policía Judicial Militar había detenido en un retén a ocho soldados, “algunos de rango”, que ocultos en mochilas largas trasladaban 800 kilogramos de cocaína de la ciudad de México a esa ciudad fronteriza.
Con ese dato aún impreciso, respecto a nombres y adscripciones de los responsables de los siete asesinatos encontrados en Temixco, hoy a las 5 de la tarde se realizarán manifestaciones de protesta en varias ciudades del país, no solamente en solidaridad con el poeta en receso, Javier Sicilia, cuyo hijo Juan Francisco fue encontrado muerto con seis personas más en Temixco, municipio de Morelos conurbado con Cuernavaca, sino, en una visión más general, en rechazo a la violencia criminal desatada contra la población tanto por bandas de narcotraficantes como por las instancias gubernamentales presuntamente encargadas de dar seguridad, procurar justicia y garantizar soberanía.
A diferencia de otras movilizaciones parecidas, la de hoy tiene claridad y profundidad respecto a las causas reales de la desgracia nacional, sin quedarse en la superficie ni prestarse a escenografías montadas por los propios poderes denunciados. No será una marcha de blanco que se agote en sí misma y se desmovilice cuando las pantallas de televisión se desentiendan del asunto. Tampoco será una vía individual para que familiares de las víctimas o “líderes” especializados en la materia se engarcen a las maquinarias oficiales o se vuelvan promotores “legitimados” de las reformas o arreglos que las autoridades desean implantar. Las decenas de marchas y actos que habrá hoy en el país (y mañana, por razones de horario, en varios lugares del extranjero donde hay comunidades activas de mexicanos) son un intento de expresión del enorme malestar acumulado en la sociedad y, al mismo tiempo, un esbozo de organización colectiva en demanda de las correcciones de fondo que a la nación urgen. Es probable que el éxito de estas movilizaciones no sea en razón numérica sino de resonancia geográfica múltiple y de un enfoque altamente crítico del papel de los gobiernos y otros factores de poder en la descomposición nacional. (Por lo pronto, en el Distrito Federal, un tecleador astillado estará a las 5 de la tarde en Bellas Artes, en ejercicio ciudadano.)
Astillas
Pareciera que la luna de miel entre Los Pinos y el gobierno capitalino ha entrado en fases difíciles, luego de los replanteamientos de alianzas de conveniencia que en el estado de México se han hecho por Marcelo Ebrard (ayer impulsor de arrejuntamientos con el PAN, casi poniendo casita aparte, y ahora enfebrecido promotor converso del encinismo antialianza). Así es que, de pronto, la procuraduría federal encargada de asuntos del medio ambiente se topó con que en un tramo de su incumbencia le faltaban sellitos, copias, justificaciones y otros requisitos burocráticos a la controvertida Supervía Poniente y le impuso una suspensión provisional, como para recordar al carnal esquivo que no hay nada peor que los amores (políticos) tentativamente despechados...
El presidente de la república no se anduvo por las ramas: declaró non grato a quien representa los intereses de Estados Unidos y le encaminó a dejar la embajada y el país, después que esa representación diplomática había reportado a Washington de asuntos de corrupción policial, lo que se conoció a través de Wikileaks. El presidente es Rafael Correa y el gobierno indignado es el de Ecuador...
Dadas las circunstancias nacionales, y con el antecedente del michoacanazo, el presidente del PRD, Jesús Zambrano, sometió a la consideración del poder militar la lista de ciudadanos que aspiran a la candidatura a gobernador de la entidad todavía a cargo de Leonel Godoy, para saber si alguno de ellos tiene antecedentes o indicios que lo relacionen con el narcotráfico. Pragmática, la medida significa, sin embargo, una lamentable forma de claudicación, pues no debería ser un partido político, y menos “de izquierda”, el ente civil que reconozca autoridad a las instancias castrenses para regular, autorizar o vetar nombres de aspirantes a cargos populares. ¿Qué habría hecho Zambrano si en su reunión de ayer con el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional le hubieran dicho que, según indagaciones militares (sin valor judicial, sujetas incluso al sano escepticismo), algún precandidato estuviese tocado por el narcotráfico y por tanto no debiera ser postulado?
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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