Corrupción y deshumanización en el ISSSTE
VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO
Una de las metas veladas del neoliberalismo es la privatización de todos aquellos derechos que el Estado debiera cumplir a sus gobernados, como la educación, la seguridad y la salud, entre otros. El discurso neoliberal ha impulsado este proceso argumentando, entre otras cosas, que se obtendrá la excelencia en los servicios y prometen mejoras que, se supone, sólo se alcanzarán si se alcanza el propósito de la privatización.
La reforma al ISSSTE impulsada por el panista Miguel Ángel Yunez Linares, no ha redundado en beneficios para los derechohabientes, además de haber mutilado las pensiones y aumentado las edades para recibirlas, entre otras cosas, se terminaron de subrogar los servicios de farmacia de las clínicas y hospitales, con el cuento de que no habría más espera en la obtención de medicamentos, y que estos serían surtidos puntualmente, lo cual es una verdadera mentira.
Una buena amiga derechohabiente del ISSSTE acudió a consulta la semana pasada; al llevar su receta a la farmacia que a todas luces se ve desmantelada –sólo son estantes vacíos, adornados con unas cuantas cajitas–, el encargado, sin mirar la receta siquiera, le proporcionó un vale para que fuera cambiado en una farmacia externa, pero no en cualquier farmacia; el vale sólo podía ser cambiado en Farmatodo. Al acudir a la búsqueda de su medicamento, visitó varias farmacias de la cadena indicada, y ni el primero y ni el segundo día de búsqueda encontró el medicamento; al tercer día, ¡oh! sorpresa, que cree usted, el vale había caducado, tenía una vigencia de 48 horas para ser cambiado, lo cual obligará a mi amiga derechohabiente a acudir de nuevo a su clínica y veremos qué sucede. Ahora que si su enfermedad no le permite esperar por el medicamento y su bolsillo se lo permite, podrá usted comprarla en la farmacia de su preferencia, ¿y si no?
Servicios de salud competentes de primera deberían ser los que otorgue el Estado a los derechohabientes, pues estos son descontados quincena a quincena, no son gratuitos, pero para eso sería necesario acabar con toda la corrupción en el otorgamiento de concesiones. Es un secreto a voces que los funcionarios obtienen jugosas ganancias por contratos de exclusividad para la venta de medicinas en todas las farmacias del ISSSTE, los derechohabientes, no importan. En el sistema neoliberal lo que menos importa es la gente, mientras haya negocio, y ojo, el Instituto Mexicano del Seguro Social para allá va volando, sino es que ya se parece a estas ruinas en que los panistas han convertido al ISSSTE.
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