Por Laura Bolaños Cadena
Extrañeza y sobresalto causó a los perrechuchos la decisión de Andrés Manuel de pintar su raya con el PRD. ¿La causa? El contubernio de éste y el PAN en el Edomex para las próximas elecciones a la gubernatura de ese estado. ¡Cómo! ¡Renunciar a la posibilidad de ganar nada más por no presentar un candidato conjunto con el partido de la derecha! ¿Qué es eso? El Peje no ha entendido. De lo que se trata es de hacerse de los puestos, no importa cómo. El para qué, ya se sabe. Es cuestión de negocios, algo que no está relacionado con esa cosa que se llama principios.
Ya se había tardado Andrés Manuel en tomar distancia con los que detentan la dirección de ese partido, fue la opinión de la senadora Rosario Ibarra cuando se enteró. Muchos opinamos lo mismo. Cuauhtémoc Cárdenas no estuvo de acuerdo por el daño que esto significa para el PRD. Pero ¿cuál PRD? El partido de izquierda que él fundó no tiene nada que ver con el actual pese a conservar el nombre. Ha abandonado los principios que regían su actuación en aras de arrebatar puestos a como dé lugar.
¡López Obrador le está haciendo el juego al PRI!, gritan alarmados los perrechuchos. ¡Le está ayudando a Peña Nieto! Los que le han hecho el juego al PRI y al PAN son ellos. Gracias a sus buenos oficios, el PRI, convertido en tercera fuerza electoral, ha pasado al primer lugar. ¡Está dividiendo a la izquierda!, dicen. ¿A cuál izquierda? Más bien está deslindando los campos. No puede ser izquierda la que se confunde con el PAN, subordinado a los EU, entreguista de la economía, privatizador, enemigo del laicismo, de los derechos de la mujer y de los trabajadores. Un partido fracasado como gobierno, desprestigiado por haber metido al país en un baño de sangre y repudiado hasta por los que de buena fe votaron por él.
Los principios son lo que hace la diferencia entre un partido y otro, y son lo único que a fin de cuentas puede llevar a un triunfo legítimo. Pero para los perrechuchos lo que importa es el hueso, no los principios.
Salario mínimo al presidente pa’ que vea lo que se siente
De acuerdo a la Constitución Mexicana y a la Ley Federal del Trabajo, el salario mínimo debe bastar para cubrir dignamente las necesidades del trabajador y su familia. El secretario de Hacienda Ernesto Cordero acaba de puntualizar, por fin, cuál es la cantidad necesaria para los gastos de una familia: seis mil pesos. Con eso alcanza para pagar la hipoteca de una casa, los abonos del auto y hasta para dar educación privada a los hijos, dice. Muy bien. Entonces en vez de 1,500 o 1,700 pesos mensuales que se pagan en la actualidad, don Ernesto propone implícitamente cuánto es lo que deberá pagárseles.
Y luego con el acostumbrado “no dije lo que dije, lo que quise decir...”, la acaba de componer, pues reconoce que con seis mil pesos las familias hacen milagros para cubrir sus gastos. Y si con seis mil se tienen que hacer milagros, ¿qué tal con lo que ganan en la actualidad? Pero don Ernesto dice que nos quejamos por exigentes.
El bisnes es primero
La oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en inglés), envió a la Cámara de Representantes de EU una petición “de emergencia” para controlar el contrabando de armas a México. Se trata de obligar a los vendedores de armas fronterizos a informar sobre la compra, por una sola persona, de dos o más rifles y armas de asalto. Petición denegada. Pues no faltaría más. Cómo se va a coartar el negocio a unos honrados comerciantes. Eso iría contra la libre empresa, la libertad más cara en los EU. Por fortuna los representantes Dan Boren y Denny Rehberg, el primero demócrata y el segundo republicano, promovieron el bloqueo a esa petición. Para que se vea cómo tanto los unos como los otros están atentos a defender el bisnes. En esto, como en muchas cosas, da lo mismo Chana que Juana.
Pobre Felipe, le llueve en su milpita
Felicidades al auditorio de Carmen Aristegui por el triunfo obtenido. El día de hoy (martes 22 de febrero), volvió al aire el programa de esta digna y valiente periodista. Dos semanas duró la suspensión.
El que salió raspado con el asunto fue Felipe Calderón, porque “haiga sido como haiga sido”, ya no se quita con nada un nuevo tache. Si los de MVS se adelantaron por lambiscones a una posible molestia de la Presidencia por el comentario de Carmen, o lo hicieron por obedecer indicaciones, de todos modos el que quedó mal fue el ocupante de Los Pinos. La rectificación no lo libra de cargar con la culpa.
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