viernes, febrero 18, 2011

Guillermo Fabela Quiñones : El atentado en San Luis Potosí

Apuntes
Por Guillermo Fabela Quiñones
El atentado en San Luis Potosí


Con el atentado a dos agentes migratorios estadounidenses en una carretera de San Luis Potosí, sube de tono la presión del gobierno estadounidense contra nuestro país, con el perverso propósito de crear condiciones para una intervención armada en territorio mexicano. La Casa Blanca anunció la creación de un grupo especial conjunto para investigar los hechos, con la particularidad de que estará encabezado por el FBI, según informó el procurador de Justicia de la nación vecina, Eric Holder. Cabe preguntar quién les dio autorización para realizar un acto intervencionista que socava la soberanía de México, pues hasta donde se tiene conocimiento, el Senado mexicano no lo ha otorgado, ni oficialmente el Ejecutivo mexicano.
En este momento no se sabe con precisión el número de agentes estadounidenses de las diferentes corporaciones que actúan en México, pero es claro que son bastantes, de acuerdo con declaraciones de funcionarios de la Secretaría de Estado y de la Secretaría de Seguridad Interior, semanas atrás, cuando comenzaron a hacer pública su preocupación sobre la realidad de la violencia en México, y particularmente en los estados fronterizos. En semejante situación, aumentan las posibilidades de atentados como el que segó la vida del agente Jaime Zapata y dejó herido a Víctor Ávila, sobre todo si actúan con la soberbia que los caracteriza.


Desde luego, son lamentables hechos como éste, que patentizan los altos índices de violencia alcanzados en poco más de cuatro años de iniciada la “guerra” de Felipe Calderón contra el crimen organizado. Sin embargo, también se prestan para la comisión de actos poco claros, que deben ser aclarados a fin de evitar que las presiones intervencionistas aumenten de nivel. Llama la atención que en Washington, el congresista republicano Michael McCaul afirmara que el ataque contra los agentes fue una emboscada intencional preparada por un cártel. ¿Cómo puede hacer tal afirmación?
¿Será que cuenta con datos confidenciales de los que ni siquiera disponen las autoridades mexicanas?
Es muy probable que así sea, no sólo por el número de agentes de la CIA, de la DEA, del FBI y de otras agencias de seguridad estadounidenses que operan en México sin ningún embozo, sino porque es ya un hecho el control del narcotráfico en México por parte de instancias gubernamentales del país vecino. Si allá se localiza el principal mercado de estupefacientes, es decir la fuente primordial de ingresos de los cárteles, resulta lógico que quieran que esos gigantescos recursos regresen a territorio estadounidense, particularmente cuando es un hecho que la economía de la nación vecina no ha podido superar la crisis del año 2009.
El hecho contundente, irrefutable, es que la Casa Blanca ha podido utilizar el incremento de la violencia criminal en México como un importante factor político para justificar la escalada intervencionista. El pasado mes de enero, el Congreso estadounidense dio a conocer un estudio elaborado por el Congressional Research Service (CRS), donde se puntualiza que la creciente violencia en México ha minado el sistema policíaco y judicial mexicano, lo que ha provocado una “creciente crisis de seguridad”. Indica el estudio que los cárteles mexicanos tienen presencia en 230 ciudades estadounidenses, que para Estados Unidos representan “la amenaza más grande”. Esta situación se caracteriza ya, según el CRS, como “terrorismo doméstico”, situación que significa el riesgo mayor para la nación vecina.
Vemos que están dadas las condiciones, de acuerdo con los parámetros estadounidenses, para una intervención armada en territorio mexicano por parte del gobierno de Barack Obama. Para ellos es inaceptable la presencia de “terroristas” en la franja fronteriza con nuestro país, de ahí el empeño de hacer creer al pueblo estadounidense que incluso existe el riesgo, según ellos, de que Los Zetas se involucren con la organización terrorista Al Qaeda. Esto, además de ser una soberana estupidez, es la demostración plena de los verdaderos propósitos de una crisis con México por el asunto del narcotráfico. Por eso no es descabellado suponer, mientras no se demuestre lo contrario, que el atentado contra los agentes estadounidenses de origen mexicano en San Luis Potosí, se preparó en alguna agencia de la nación vecina. ¿O será acaso que ya esas agencias están infiltradas por los cárteles? Sería el colmo que tal fuera el caso. Con todo, esto es muy improbable, de ahí que se refuerce la idea del autoatentado, lo que hace aún más obligatorio el deslinde de las pesquisas.

(gmofavela2010@hotmail.com)

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