viernes, septiembre 25, 2009

Dos panistas con discrepancias sobre el volcán, Alvaro Cepeda Neri escribió este artículo


Dos panistas con discrepancias sobre el volcán

Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas

Que no tengan a coro la misma opinión los empleados directos de Calderón, en las secretarías del despacho presidencial (que no integran gabinete, mientras la Reforma del Estado no aterrice implantando el régimen semipresidencial con un Jefe de Gobierno, casi Primer Ministro) está bien, sin que se contrapongan y mucho menos desmientan al todavía Jefe de Gobierno, Jefe de Estado, Jefe de Partido y Jefe Nato de las Fuerzas Armadas.


Pero que choquen sus puntos de vista en algo tan delicado como la posibilidad (y no una entre mil, sino una entre tres) de un estallido social por hambre, desempleo, desigualdad ante la ley, impunidad y etc., es de extrema gravedad. Y me refiero a las declaraciones del secretario de Desarrollo Social (Sedesol) y de Gobernación.
El pasado 28 de agosto, don Ernesto Cordero Arroyo (actuario, calderonista y, al parecer, panista de dientes para afuera), de visita en la capital yucateca (acompañado de la gobernadora Ivonne Ortega, de muchísimo parecido físico a la delegada en ciernes Clara Brugada, ya que “Juanito” se niega a dejar el cargo) no tuvo reparos en afirmar que preocupa “a los gobernadores de todo el país, el riesgo de un estallido social” (La Jornada: 28/VIII/09). Y que para mantener a raya esa explosión “se atiende de manera especial a los mexicanos en pobreza”.
Y tras entregar el informe por escrito, el eufórico titular de Gobernación: Fernando Francisco Gómez-Mont Ureña (quien ya se creyó que puede ser candidato presidencial) ha sostenido lo contrario.
Gómez-Mont (abogado penalista y defensor de presuntos narcotraficantes) sentenció: “en México no hay justificación ni condición que explique o dé lugar a una situación de ingobernabilidad o violencia” (La Jornada: 4/IX/09). Para este columnista que el actuario Cordero Arroyo o se fue de la lengua o de plano prefirió soltar su apreciación de la realidad social mexicana y estoy completamente de acuerdo con él.
No así con Gómez-Mont que, en lugar de fumar como “chacuaco” y comer de más (lo deducimos por su peso completo, aunque no está tan gordo como su amigo Carstens, mientras los pobres cada vez menos tienen para tortillas y frijoles, que se han encarecido) debió relativizar su juicio absoluto de que en nuestro país no hay condiciones para una rebelión social.
La sociedad civil anda repartida en miles de frentes para sobrevivir, pero esto no quita que en una de esas unan fuerzas y salgan a las calles, con todo su derecho constitucional (Art. 9) para protestar y plantear lo que ya solicitan diputados federales de la oposición: la renuncia de Calderón.
Los empleados de la élite calderonista-panista están sentados sobre un volcán a punto de estallar. El empobrecimiento masivo y la ineficacia del gobierno federal para implantar una política económica keynesiana, para el máximo empleo que provoque consumo y producción, han generado condiciones para la explosión que ve Cordero Arroyo y no Gómez-Mont. Que discrepen tan de fondo, es que uno está ciego y el otro, tuerto, pero como que ve venir el estallido.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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