viernes, septiembre 25, 2009

De narcotráfico ni idea, María Teresa Jardí escribió este artículo


De narcotráfico ni idea

María Teresa Jardí

Por no estar enterado, Arturo Chávez Chávez, no lo está ni siquiera de lo que ocurre en su Estado con relación al narcotráfico. Pero seguramente ayer habrá sido aprobado por un Senado inconcebible incluso por lo que a guardar las formas toca. Bien comprados los legisladores involucrados están por igual que el Ejecutivo y que el Judicial en el saqueo de los bienes que pertenecen a la nación, pero los que se reparten en México entre políticos mafiosos adueñados del poder impunemente.


Es falso que la siembra se dé por hambre y que el tráfico y la venta se hagan por lucro. No, en la Tarahumara, al menos, por lo que a los indígenas toca. No en muchos lugares. No en la mayoría de los casos. Las siembras que valen la pena tienen como dueños, en Chihuahua, a ricos, muy ricos. Las siembras en Nuevo Casas Grandes descubiertas por un panista cuando yo era delegada lo demostraron ampliamente así. Y lo sabe perfectamente el impresentable socio de Diego Fernández de Cevallos y del aún más impresentable, si cabe, Antonio Lozano Gracia, sembrador de cadáveres usando brujas para cobrar las venganzas de Zedillo, asesinando lo que quedaba en pie de la antaño institución procuradora de justicia a nivel federal.
Inaudita comparecencia —porque inaudito es que alguien que aspira a ocupar el puesto de procurador no sepa de derecho penal contemporáneo lo que sabe un alumno de primer semestre incluso de la Libre de Derecho, que se ha convertido en productora de corruptos—, ante el Senado, que exhibe al que necesita como procurador a modo el usurpador mexicano, ante los cuatros mexicanos que seguimos la comparecencia, pero también ante los que en el mundo ven ese canal de Cable, como un inepto para procurar justicia.
Aunque apto efectivamente se le vio, aquí y en el extranjero, como el represor canalla que la usurpación fecalista sabedora de que ya casi logra reventar al país necesita tener a mano antes de huir a disfrutar de las inmensas fortunas que a la nación ha robado la mafia política adueñada del poder. Cuando se apuesta a reventar a un país, y claramente esa es la apuesta de la derecha fascista que hoy encabeza el fecalismo panista, aunque no mande y aunque ya sólo sea un instrumento más de la telebasura a modo convertida en el poder fáctico deseducativo que se alía a la Gordillo, se necesita un represor al frente de la instancia —a la que se ha cancelado previamente su estructura ética— que se sigue llamando procuradora de justicia aunque de la misma salgan solamente monstruosas injusticias.
Para encubrir la ineficiencia inconcebible que se permite tener, impunemente en México, a la clase política, para encubrir el abuso inaudito que sobre todos los bienes de la nación se permite la clase política en beneficio propio, incluyendo el impune robo del producto del remate que adentra al pueblo en el abismo sin salida, se necesitan los Chávez Chávez a modo que el prianismo impone desoyendo al pueblo que se opone al nombramiento de ineptos canallas que, está demostrado hasta la saciedad, se tornan en encubridores incluso de los asesinatos de mujeres que las madres y la sociedad también le reclaman.
En la Tarahumara —que queda claro que Chávez Chávez si acaso sólo la conoce como turista— las siembras en general están cifradas en el miedo a la policía, cuando no a los elementos de una partida militar, cuando no policías y milicos que, al alimón, obligan a punta de armas largas a sembrar la droga a rarámuris y a tepehuanes como política del desgobierno o a nombre del que les paga, que de ninguna manera sufre el hambre que sí tienen los que se ven obligados —por su miseria— a bajar un kilo de goma a Parral a cambio de los tres pesos que a ellos les dan y corriendo además el riesgo de acabar sus días en la cárcel como engrose del número necesario para fingir que en México se combate el narcotráfico. Sabedores todos, aquí y en el imperio gringo, de que el narcotráfico está en el lavado del dinero, sobre lo que todo finge ignorar, o realmente ignora, como ignora lo más elemental incluso del avance que ha tenido el derecho penal, Arturo Chávez Chávez, dejando en claro que la encomienda que el usurpador le hace nada tiene que ver con la persecución de los que lavan el dinero, que es donde se busca la cabeza del narcotráfico cuando realmente se trata de acabar con el narcotráfico. No le interesa al usurpador esa persecución porque los lavadores de dinero son los mismos que a él como usurpador lo impusieron y los que lo mantienen aunque a estas alturas estén tan hartos de su desgobierno como el resto de mexicanos que no salimos del asombro que causa la ausencia de sensibilidad para escuchar a los diversos sectores sociales a los que desprecian por igual el Ejecutivo usurpado que el Legislativo a su servicio.

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