Derogar el Art. 80 constitucional... ¡y sanseacabó!
Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri
Ante lo devastadora de la crisis económica, por los excesos del neoliberalismo (puesto éste en vigor del salinismo al calderonismo) y el mal gobierno presidencial, sobre todo de Fox (quien se hizo pasar por demasiado tonto y mandilón, para abusar del poder con su cónyuge y los Bribones, perdón, Bribiesca, de sus hijastros) y, en otra dimensión, pero igualmente desastrosa administración de Calderón, se propone recortar los gastos de Los Pinos (se gastaron los calderonistas 15 millones de pesos... ¡durante abril-mayo-junio!, en boletos para circo, servicios de psicología (¿ya enloquecieron los inquilinos de la residencia presidencial?), galletas con malvavisco, adornos de macetas, encriptación de correos electrónicos y calcetines).
Y pasarle la guillotina a tres secretarías del despacho presidencial: Turismo (donde despacha el íntimo amigo de bohemia: Rodolfo Elizondo); Reforma Agraria (para de una vez por todas desatenderse de los campesinos, que sobran para los panistas); y, Función Pública, la dizque contraloría que sirve para maldita la cosa, y donde Calderón ha ido nombrando a sus cuates.
A la mejor sí sobran algunas dependencias, porque con Calderón sus titulares no han sido eficaces, como Lozano Alarcón, Genaro García luna, Medina-Mora Icaza, Patricia Espinosa, Gómez Mont (con su adicción al tabaco, que fuma como “chachuaco” y no respeta hacerlo en lugares cerrados); Cárdenas Jiménez, la Kessel, Carstens, Maximiliano Cortázar, Ruiz Mateos y hasta Juan Elvira Quesada, echándolos a la calle, se ahorrarían, en tres años, más de dos mil millones de pesos.
Y ya entrados en gastos sobre sugerencias para el recorte, de una vez vamos al fondo. Y si es que la Reforma del Estado contempla partir en dos la Presidencia de la República (para dividir al Jefe de Estado del Jefe de Gobierno) entonces suprimir el Artículo 80 constitucional (“Se deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión en un solo individuo...”), mientras dura la ingeniería constitucional (para decirlo con la jerga de Sartori) y que, como en la Roma Republicana, el Senado gobierne durante estos tres años, como lo ha estado haciendo en gran medida, y nos ahorraríamos más de 10 mil millones de pesos.
Hay que hacer las cosas desde la raíz... “y muerto el perro, se acabó la rabia”. Necesitamos, en verdad, recortarles las manos a los funcionarios, para, como escribió Gabriel Zaid: “Hay que acabar con la impunidad de los delincuentes del poder” (ver su ensayo publicado en Reforma: 30/VIII/09) quitándolos de sus cargos, al fin y al cabo que el aparato burocrático es el que hace funcionar el sistema como está actualmente, cuando los calderonistas no gobiernan y en cambio gastan como una monarquía.
De aquí a las próximas elecciones presidenciales, bien podemos prescindir de la presencia de Calderón y su nefasto grupo y ahorrar en gasto corriente (sueldos y boletos para circo). Démosle kaputt a la cúpula presidencial y resolvemos de raíz un problema de la crisis. No pasa nada y... ¡sanseacabó!.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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