lunes, septiembre 21, 2009

Carlos Fernández-Vega escribió este artículo



México SA
Calderón: del cuento del futuro venturoso, al país enfermo


Que no hay recursos para comprar vacunas y los ciudadanos “debemos generarlos”


Carlos Fernández-Vega

El Grito, de Edvard Munch ¿En qué momento se rompió la magia? ¿En cuál su país se le convirtió en calabaza?, porque del discurso de la solidez” interna, del cuerno de la abundancia, del nos pela los dientes la crisis, del “salvamos al mundo” y del futuro venturoso permanente, agresiva, soezmente pregonado desde el micrófono oficial, ¡zaz!, en un abrir y cerrar de ojos el siempre feliz inquilino de Los Pinos se dio cuenta de que el delicado zapato de plano no embona, ni a empujones, en el grotesco cuan deforme pie de su México de mentiritas, y pasó a describir un México dramático, sumido en la precariedad absoluta, y a utilizar, de nueva cuenta, la política del miedo y el chantaje para ver si así alguien le hace caso: se acabó el petróleo, las finanzas públicas están en shock, los tijeretazos presupuestales están a la orden del día, el futuro nos alcanzó y, para colmo, regresa la influenza y “no hay dinero para las vacunas”.

¿Qué haría un estadista ante una delicada situación como la que implica la nueva ola de influenza? De entrada, saldría a decir exactamente lo contrario: como sí hay dinero para las vacunas, como sí lo hay para generar empleo y sacar del hoyo a la economía, para recuperar la industria petrolera, para crecer económica y socialmente, para impulsar la educación, para desarrollar a este país, entonces se pueden ir al carajo las exigencias financieras de todos los demás (clase política, los privilegios fiscales para los de siempre, el alquiler de imagen, los grandes salarios y prestaciones, la compra de votos, el corporativismo, la credencialización y el millón de etcéteras que atrofian a esta nación), porque antes no hay más que los mexicanos el pueblo al que representó y dirijo.

Pero como Calderón ni en sueños será estadista y mucho menos representa a los mexicanos, entonces gasta más en su ajada imagen, en la compra de votos y apoyos; no deja de gastar en su proyecto de credencialización, no deja de soltar dinero a partidos y clase política en general, mantiene intocados los privilegios fiscales al gran capital y las prebendas al corporativismo. Entonces, obvio es que así no alcanza para las vacunas, ergo, no alcanza para los mexicanos.

Del inagotable cuento de la lechera, pasó al chantaje descarado. Leemos en La Jornada (Claudia Herrera Beltrán): “Felipe Calderón apeló a la responsabilidad del Congreso para que apruebe su paquete fiscal, ahora con el argumento de que su gobierno no dispone de recursos para comprar vacunas contra la influenza A/H1N1. En el segundo día que hace campaña en los estados en favor de esta iniciativa (…), demandó dinero no sólo para erradicar la pobreza, sino también para enfrentar ‘eventualidades catastróficas’; por ejemplo, para construir un blindaje sanitario. Lejos de la postura oficial expresada hasta hace poco de que México estaba preparado y contaba con fondos suficientes para enfrentar un nuevo brote de influenza, ahora el michoacano expuso que la compra de vacunas ‘implica recursos económicos que no tenemos’, y debemos ‘generarlos entre todos los mexicanos’”.

En realidad, lo que no tenemos y debemos generar entre todos los mexicanos es un estadista, y no lo que vive en Los Pinos.

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