viernes, septiembre 14, 2012

La hipocresía de Calderón y al cuarto para las doce

Conjeturas

Por Alvaro Cepeda Neri
La hipocresía de Calderón y al cuarto para las doce
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=191754

Parece que hay que dar gracias al PRI que regresa como en sus viejos tiempos, creyendo que es posible aquella frase de la grandiosa novela Gatopardo de Lampedusa: “Hay que cambiarlo todo, de tal manera que todo permanezca igual”. Por cierto, ¿quién y cómo financia Peña sus adelantados viajes al estilo de Calderón?; pues éste anda en sus últimos viajes de turista y en el abuso del poder regando confesiones y “reflexiones”, como que algunos panistas le pidieron apoyar a la entonces candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota; pero que él, el “señor presidente” los convenció de que eso no era honesto (que confunde con honradez) y que por ningún motivo lo haría (le faltó decir como hizo el PRI desde 1946 hasta 1994).

Por esto merece todos los sinónimos de hipócrita: disimulador, engañador, fingidor, cazurro, fariseo, doble, guatimaña, histrión, mosquita muerta, etc. El hipócrita es, por su origen griego, de hypokrisia, quien representa un papel en el teatro; pero Calderón ni siquiera es una copia de Nerón quien, agonizando veía arder los barrios cristianos que mandó incendiar y pulsando su arpa dijo: “¡Qué artista muere conmigo!”. No. Calderón ha engañado a la Nación durante seis años. Y la deja con un desastre que le estallará a Peña.


Si bien no se trataba de apoyarla con dinero y burocracia de panistas en los cargos (que sí lo hicieron con Calderón y hubieran apoyado a su favorito Cordero); tampoco tenía porqué combatirla. Y desde que Josefina, contra la orden de Calderón a sus incondicionales, comandados por Molinar Horcasitas (uno de los corresponsables del incendio de la Guardería ABC, en Sonora), logró la candidatura, la saboteó y exigió a empresarios y desgobernadores panistas que la ignoraran. No la ayudaría –dijo– porque era legalmente indebido. Pero la combatió como enemiga, simulando que la apoyaba. La pobre panista daba lástima y si logró 12 millones de votos fue porque los simpatizantes del PAN la apoyaron. Pero, Calderón la torpedeó y logró la agonía de su partido. Cumpliendo la maldición que le advirtió –entre otros– el ideólogo panista Carlos Castillo, ya que perdió el gobierno y perdió el partido.

Ahora sale con la hipocresía de que no la apoyó para no caer en el vicio corruptor de sostener candidaturas desde el gobierno. Pero la realidad es que no admitía que Josefina fuera la sucesora (¡mucho menos López Obrador!) y optó por traicionar sus juramentos y promesas de nunca favorecer al PRI. Hizo tratos con Peña que no sabemos, salvo que lo proteja dándole impunidad, para que no prospere el juicio político que le tienen reservado y protección en el extranjero, como Calderón le dio a Zedillo. Josefina hablará un día sobre las traiciones y felonías de Calderón. Hipócrita contumaz, esparce “virtudes” que no tiene. No fue un político siquiera mediocre. Fue un farsante y hundió al país. Nada dijo sobre las maniobras del IFE; se congratuló con la desfachatez del tribunal electoral y festejó la derrota del PAN, partido que su padre defendió a capa y espada. Josefina fue otra víctima de los abusos del poder de Calderón.



cepedaneri@prodigy.net.mx

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