miércoles, septiembre 26, 2012

Alejandro Gertz Manero : El último pleito en materia de trabajo

El último pleito en materia de trabajo
Alejandro Gertz Manero
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=194305 

El tema fundamental de la reforma laboral que presentó Calderón a última hora es el de la rendición de cuentas y el rescate del botín de los líderes sindicales explotadores, lo cual pudo haberse logrado en este sexenio si el gobierno, que es el proveedor y recaudador de las cuotas en sus sindicatos, hubiera controlado todo ese cochinero a través de normas existentes de carácter hacendario, laboral y administrativo que permiten darle seguimiento y sanción, en su caso, a la disposición de esos fondos de origen público, que van a dar al SNTE, y a los sindicatos de la CFE, el IMSS, el ISSSTE y a otros más, que fueron “intocables” en razón de su “gran ayuda” para ganar las elecciones en favor del PAN, pero ahora que están cambiando de camiseta para irse con el PRI, les llegó la hora de la venganza gubernamental, como ya les había ocurrido durante esta administración a los sindicatos revoltosos y contestatarios de izquierda, como el de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, que fue aniquilado sin necesidad de reformas legales, en razón de sus apoyos a López Obrador, más que por su mal servicio, su corrupción y soberbia que todos los usuarios teníamos que sufrir a diario. 


Esta parte de la reforma no prosperará en el Congreso, ya que agrede al nuevo gobierno priísta que obtuvo buena parte de su éxito electoral a través del SNTE, del sindicato de Pemex y de otras organizaciones obreras afines al PRI, cuyos líderes no van a aceptar ser exhibidos en sus cuentas y recursos.
Dicha propuesta también pretende flexibilizar contrataciones y horarios para así promover más fuentes de trabajo, lo cual aparentemente puede dar esos resultados a corto plazo, pero a un enorme costo, ya que quebrantará la estabilidad laboral, generando también erosión en los derechos, prestaciones y antigüedad de los trabajadores, en razón de la precariedad de los contratos a corto plazo o por hora, que debilitarán a toda la contratación laboral, como consecuencia del desempleo intermitente que promoverán y de la constante subasta salarial que habrán de provocar, convirtiendo esa política en una bomba de tiempo de carácter social.
También se propone reformar los procesos laborales para acotar las responsabilidades y los costos patronales en los juicios y huelgas, pero sin resolver a fondo la corrupción y la manipulación en las fatídicas juntas de conciliación y arbitraje.
El proyecto, asimismo, reglamenta el trabajo doméstico y minero, pero no toca ni protege y ni siquiera menciona la existencia de más de 14 millones de trabajadores y trabajadoras que laboran en la informalidad y en el ambulantaje, y que no cuentan con ningún tipo de tutela laboral, así como tampoco reciben salarios adecuados, ni tienen seguridad social, ni jubilación, ni horarios legales, y resulta que para ese inmenso número de mexicanos y mexicanas explotados y abandonados no hay proyecto alguno, lo cual es indignante e inaceptable.
Esta reforma tan cuestionada y obsoleta cuenta con muy pocas posibilidades de éxito frente a la inmensa injusticia y el desempleo que prevalecen, ya que lo que realmente se necesita es reconocer que el derecho a un trabajo justamente remunerado y bien realizado, con responsabilidad y compromiso, es una verdadera garantía constitucional y un derecho humano básico que debe ser protegido y garantizado por el Estado mexicano en forma integral y sin excepción alguna, para todos los trabajadores que desempeñen cabalmente sus tareas y obligaciones, en un modelo jurídico que no enfrente a empleados y patrones, pero que sí obligue a ambas partes ante un Estado rector, que les haga cumplir con lo que a cada uno le corresponde, más allá del simple arbitrio en la relación obrero-patronal, que sólo ha provocado corrupción y manipulación política, creando también una nueva estructura de justicia laboral dentro del Poder Judicial para acabar con las nefastas juntas de conciliación, agregándole a este modelo un verdadero instituto nacional de seguridad social, ciudadano y transparente, que garantice prestaciones, salud y jubilación plenas y universales, para que no ocurra lo que pasó con el IMSS y con el ISSSTE, que ya fueron robados y saqueados al borde de la quiebra.
Espero que después de que se aprueben parcialmente estos pobres “parches” legislativos podamos entrar a una etapa más responsable y patriótica en materia de legislación laboral.

Comentarios: editorial2003@terra.com.mx

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