jueves, septiembre 20, 2012

Jaime Ornelas Delgado : Un tiempo difícil con final optimista


Un tiempo difícil con final optimista
Por: Jaime Ornelas Delgado

Los últimos días han sido pródigos en acontecimientos y noticias que marcan rumbos. En las redes, circula un video donde se pueden ver a cientos de personas reunidas en el zócalo de la Ciudad de México la noche del 15 de septiembre, quienes al salir Felipe Calderón al balcón del Palacio para dar el grito lo recibieron con gritos de “asesino… fraude… y no a la imposición”.  La televisión pudo evitar que la audiencia escuchara los irritados reclamos de los ciudadanos, lo cual muestra cómo ese medio puede ocultar y deformar la realidad.
En su visita a Colombia, después de la primera pifia internacional, pues por evitar los cauces diplomáticos no se pudo realizar una reunión con los presidentes de Centro América, Enrique Peña Nieto insistió en que la lucha contra el narcotráfico en su gobierno, tendrá como referencia la guerra emprendida en ese terreno por el Estado colombiano. Lo que Peña Nieto seguramente ignora, pues lo conocemos, es que los gobiernos de ese país sudamericano han sostenido una lucha de exterminio total contra el narcotráfico –lo que hace inútil tal la estrategia–, para lo cual ha dado manos libres al aparato militar, con el resultado de mantener un estado de guerra permanente sostenido en buena medida por el Plan Colombia de origen estadounidenses.
Simultáneamente y sin quererlo, el novelista peruano–español Mario Vargas Llosa hizo declaraciones que cuestionan la estrategia antinarco basada en “la pura represión” e hizo una sombría advertencia: “México es el ejemplo de lo que puede ocurrir en el resto de América Latina si se va por ese camino”, y ese ejemplo se mostró realmente cuando supimos que se habían arrojado 17 cuerpos sin vida en el kilómetro 38 de la carretera Guadalajara–Morelia y más tarde, el martes, conocimos que los zetas planearon y realizaron la evasión de 131 reos del penal de Piedras Negras, Coahuila. La omisión o colaboración de las autoridades del penal, permitió que la fuga, según declararon sorprendidas otras “autoridades”,  se llevara a cabo con total “orden”, como si eso justificara la corrupta complicidad.
Y al carnal Marcelo se le “queman las habas”, y si bien aún no concluye el sexenio espurio de Calderón, ya se anda candidateando para la grande, “lo que sigue para mí –dijo– es la contienda de 2018”. A ver si no le pasa como lo que decía el inefable Fidel Velázquez de los ansiosos: “el que se mueve no sale en la foto”.             
Finalmente, desde que Andrés Manuel López Obrador anunció su “amistosa separación del PRD”, convocó a discutir el futuro de Morena. Partido o movimiento, pareciera ser la disyuntiva, aunque algunos proponen movimiento–partido o partido–frente. Por lo pronto, los debates ya comenzaron y cualquiera que sea el resultado, Morena se siente como bocanada de aíre fresco en la desolada situación de la política mexicana, tan necesitada de una renovación real y auténtica. Morena es, ciertamente, la esperanza.

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