Conjeturas
Por Alvaro Cepeda Neri
Peña (como Fox) pone en venta a Pemex (y se echa la cuerda al cuello)
Cuando Fox estaba en campaña, como ha estado Peña durante seis años con el camuflaje de la “información” sobre su mal gobierno mexiquense, afirmó en Nueva York que si ganaba las elecciones (que ganó con maniobras de Zedillo y su secretario particular Liébano Sáenz) de inmediato privatizaría Pemex, rematándola a los mejores postores estadounidenses y nacionales que quisieran entrarle al negocio. Ni siquiera lo intentó, pues las resistencias internas del PRI, PRD, PT, Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) y hasta los verdes, le salieron al paso. Y Fox, como buen cínico, veleta y miedoso, echó abajo su oferta, dio vuelta a la página y dejó que manejaran la presidencia su esposa y sus hijos (de ella, los de Fox andaban en otros asuntos, como las puntadas de Vicentillo de querer llevarse una vaca a Los Pinos para que su papá tuviera leche bronca y fresca).
Peña no tuvo que ir a Nueva York ni a Washington, pero indirectamente hizo la misma oferta que Fox mediante una entrevista al Finantial Times, que se edita en Londres y circula en el mercado estadounidense, con suscripciones para algunos banqueros e industriales que viven en nuestro país; el cual, en un estúpido error dice que el “partido de Peña Nieto nacionalizó (cuando fue una expropiación) la industria petrolera en 1938”. Fue el PRM de Lázaro Cárdenas, pues el PRI es una creación electoral de Alemán. Muchos quieren hacer creer que PNR, PRM y PRI son lo mismo, cuando indudablemente fueron cambiando desde Calles a partir de 1928; diez años después con Lázaro Cárdenas, hasta su nombre actual, en 1946.
Que Peña ponga en venta a Pemex, cuando es casi nuestra única riqueza no renovable (la otra es la minería en manos de canadienses, ingleses, estadounidenses y el desnacionalizado grupo de rapiña de los Larrea, con algunas inversiones del multimillonario Slim), mientras los japoneses y estadounidenses roban la pesca, implica que el país quede totalmente desvalido sin nada con qué respaldar el necesario desarrollo, en el último jalón de uso del petróleo y sus derivados. Y en la corrupción, antes del PRI ahora del PAN, sigue siendo fuente de ingresos que, en su mayoría, Calderón usa para aumentar salarios y lo que sobra guardarlo en reservas sin utilizar.
Con sus frases de: “Una mayor apertura del sector petrolero” y que la empresa es “rehén de una ideología” (cobardemente no mencionó el poco nacionalismo mexicano que defiende a Pemex, sin reclamar que sus ingresos impulsen el desarrollo), Peña se puso la soga al cuello que le descontará sufragios hacia el PRD-PT si apoyan a López Obrador con la posibilidad de que éste vuelva a ganar la elección sin modo de quitársela, como hicieron en el 2006. Para coronar lo hecho por Calderón, la promesa de Peña de privatizar Pemex, demuestra que nada sabe de macroeconomía, ni de políticas públicas y que está dispuesto a vendernos a cambio de que los extranjeros lo “ayuden” a realizar lo que dicen las encuestas de su asesor Liébano Sáenz, ya que sentado frente a un espejo, se pregunta quién es el más bonito y más popular para irse a vivir a Los Pinos.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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