martes, enero 31, 2012

Peña Nieto y Montiel… y Moreira, y Marín y Ulises y etcétera : Alvaro Cepeda Neri



Por Alvaro Cepeda Neri
Peña Nieto y Montiel… y Moreira, y Marín y Ulises y etcétera


Hace más de un año, en un desayuno en la casa de gobierno de Toluca (con la sala tapizada de fotografías de sus hijos con su primera esposa, fallecida entre dudas y sospechas que lo persiguen); a una pregunta de Peña sobre la competencia por la Presidencia, de la cada vez menos República por los sabotajes antilaicos de Fox y Calderón, le contestaron que se esperara para el 2018. Siempre y cuando el PRI –como indicaban sus victorias en las elecciones intermedias– obtuviera la victoria en el 2012 con un candidato de lujo como el sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera, que en el cargo hubiera probado su evolución a Estadista con sus propuestas de Reformas políticas, económicas y sociales, que los diputados federales peñistas impidieron consumar como todo un programa.
Enrique, el galán de Televisa, desayunando con arreglo a su dietista y nueces de por medio (para combatir el colesterol), no estuvo de acuerdo… y helo ahora de candidato, tras comprar y controlar al priísmo, exhibiendo su inmadurez política y arrastrando una carreta con muertos (los feminicidios mexiquenses), corruptos politiquillos y su hijita insultando a quienes lo critican (reflejo de lo que se dice en su nuevo hogar con su cónyuge, la “estrella” apagada La Gaviota).


En cuanto Peña creyó (no lo pensó, pues otro gallo le cantaría) que las tenía todas consigo e ingenuamente supuso que Calderón no era tan perverso (pero es su única cualidad), impuso a Humberto Moreira como presidente del PRI. Después exigió su renuncia para ponerlo a salvo de las imputaciones sobre los más de 30 mil millones de pesos que dejó como deuda siendo desgobernador de Coahuila; cargo que heredó a su hermanito. En su último informe de “góber”, Peña se exhibió con su tío y padrino, el saqueador Arturo Montiel, por estos días en líos con su ex esposa, por la custodia de los hijos. Se dejaba ver con su hoy asesor, Carlos Salinas de Gortari. Y no se apartaba de él su hombre de confianza: Luis Videgaray, el “hombre del maletín” hinchado de “poderoso caballero es don dinero”, ahora su coordinador general de campaña (y para taparle el ojo al macho, puso a Felipe Solís Acero y a Ramírez Marín con sus más de 100 kilos).
Parte de sus apoyos son los depredadores Ulises Ruiz, Fidel Herrera, Mario Marín y el mexiquense Chuayffet, famoso por confesar haber bebido “dos o tres chincholes” cuando la matanza de Acteal, y con Zedillo, por esto acusado en una Corte estadounidense… muertos de miedo de que se les aparezca el mismísimo Don Diablo. Con fama de que si lo sacan del guión y sus asesores no le “soplan” por su “chicharito”, no sabe si reír o llorar, Peña ha tenido una mala salida y todavía no empieza la competencia. Pero cree que tiene ganada la presidencia y se muestra como el rey que, desnudo, creía andar vestido elegantemente. Malos presagios acompañan a Peña en otro de sus flancos sin defensa, con David López, en comunicación. En otra entrega me ocuparé del resto del “equipo” peñista que, de seguir así, volverá a ser derrotado y entonces sí… ¡adiós al PRI para siempre!
cepedaneri@prodigy.net.mx

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