Perversiones del poder : Julio Pimentel Ramírez

Perversiones del poder
Julio Pimentel Ramírez

No cabe duda que bajo el imperio del capitalismo, sobre todo en la fase neoliberal y en particular en los últimos gobiernos, sean del PRI o del PAN, la clase política en el poder actúa con aguda perversión: crean problemas sociales de toda índole para después ofrecer recetas que no curan pero mantienen al paciente en estado de postración e indefensión; aprovechan la situación caótica generada por ellos mismos, la “atienden” sin resolverla porque eso les reditúa ganancias políticas y económicas.
El sistema crea los pobres -la política económica instrumentada por Calderón, que es la misma que se aplica desde el gobierno de Miguel de la Madrid, con el añadido de la ineficacia, ha sumado al universo de la pobreza a 12 millones de personas hasta tener en esta condición a más de la mitad de los mexicanos- para enseguida “administrarlos” con programas del corte de “Oportunidades”, que no rompen con el perverso círculo de la miseria, atacando sus causas, sino que únicamente palian sus efectos más nocivos al tiempo que convierten a esos seres humanos excluidos de los beneficios del “progreso” en capital político-electoral de los mercaderes de la indigencia.

En todos los ámbitos de la realidad está presente la perversidad de la clase política nacional. Durante años, al tiempo que Pemex se convierte en el sostén principal de las finanzas públicas y en una fuente inagotable, aparentemente, de corrupción que beneficia a líderes sindicales, funcionarios e incluso a empresarios, es objeto de una deliberada política de abandono que redunda en deterioro de su infraestructura y pérdida de competitividad.
La solución de los neoliberales, en este periodo Calderón y allegados, es seguir esquilmando a Pemex traficando influencias y abrir de manera ya no tan subrepticia las puertas a la inversión privada, extranjera y de grandes inversionistas “nacionales”, en áreas de actividad de la paraestatal que estaban reservadas para el Estado en la Constitución.
Tenemos el caso del ex director de Operaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) Néstor Moreno, funcionario de segundo plano, descubierto en actos de corrupción por autoridades extranjeras y ante esa presión acusado en México de enriquecimiento ilícito, lo que le permite salir libre bajo fianza. En todo caso se perseguirá a un pez mediano para dejar libre a los grandes tiburones, el ex director general de la CFE por ejemplo.
La apertura indiscriminada de mercados impuesta desde Washington con la firma de Tratados de Libre Comercio, se tradujo en el desmantelamiento de gran parte de la industria nacional y en el abandono creciente de las actividades agropecuarias, a excepción de productos de exportación controlados por grandes capitales nacionales o transnacionales. Esto derivó en la pobreza generalizada del medio rural y la emigración a las ciudades o, en gran medida mientras se pudo, hacia Estados Unidos.
El sistema genera el problema de la migración pero se aprovecha de las remesas enviadas con gran esfuerzo por los mexicanos que laboran y producen riqueza en tierras ajenas. Al lado del petróleo y superando al turismo, los envíos de dólares de los migrantes está entre las tres fuentes legales más importantes de divisas para el país.
La otra fuente de divisas de la que se habla mucho, pero se conoce poco, aunque sus efectos lucen en muchas grandes urbes y poblados de la república, es el narcotráfico y sus cadenas de “lavanderías” que se encargan de que esos multimillonarios recursos se incorporen a los canales legales de la economía.
Aquí cabe señalar que son cada vez más las voces que denuncian que la estrategia de Calderón de “guerra” contra algunos carteles del narcotráfico, lejos de avanzar en la disminución de este problema lo ha agudizado hasta alcanzar las espeluznantes cifras de 50 mil ejecuciones y 10 mil desapariciones, amén de los graves daños al tejido social y la erosión de las instituciones estatales.
El gobierno federal con su política de seguridad crea más de medio de medio millón de víctimas (esto no quiere decir que se trate de ignorar o atenuar la responsabilidad de los delincuentes, de dentro y fuera del gobierno, que deberían ser castigados dentro de los márgenes de un Estado de derecho que ahora no existe) y ahora, con manipuladora posición propone una fiscalía para víctimas.
Por supuesto que deben ser atendidas por las autoridades las víctimas y sus familiares pero el primer paso fundamental, si se actuara con responsabilidad y cordura, sería modificar las medidas simplemente punitivas que relegan las de carácter preventivo y que dan origen a que cada día se sumen decenas de víctimas más a las estadísticas de la muerte, de la barbarie