viernes, septiembre 16, 2011

Las paradojas del “machismo” : Guillermo Fabela Quiñones


Las paradojas del “machismo”
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes


Cada día que pasa son más dramáticas las noticias sobre la violencia en México, no obstante que el combate de las fuerzas armadas contra la delincuencia organizada es también más firme. Nadie en su sano juicio podría decir que esta “guerra” se está ganando, pues a pesar de la desinformación de que es objeto la sociedad nacional, la realidad acaba destrabando las amarras del control mediático, por la misma gravedad de los acontecimientos. ¿Cómo poder ocultar que hay poblados que comienzan a tomar las armas para defenderse de los abusos tanto del crimen organizado como de las tropas gubernamentales?
Esto es lo que está ocasionando la “valentía” del comandante supremo del Ejército y la Armada, Felipe Calderón Hinojosa, quien no tiene otra “solución” a la crisis estructural generalizada que vive la república. Pues según él, México está habitado por más de cien millones de “verdaderos compatriotas, auténticos y bragados, que se esfuerzan para dar fisonomía propia y grandeza a nuestro país”, como dijo la cadete que habló en le ceremonia conmemorativa de la gesta de los Niños Héroes de Chapultepec. En eso está convirtiendo a los mexicanos, en “auténticos y bragados” ciudadanos que no tienen otra salida que recurrir a la autodefensa, como está sucediendo en varias partes del territorio nacional.


En realidad, más que “auténticos y bragados” se trata de ciudadanos que han caído en la desesperación, quienes como un último recurso recurren al empleo de las armas, al ver que la máxima autoridad del país no tiene respuestas racionales, políticamente correctas, a la gravísima descomposición social que ocasionó el neoliberalismo en México. Es tal la situación que los pobladores han comenzado a organizarse para repeler las embestidas de “Los Zetas”, el grupo criminal netamente producto de la descomposición, el que llegó para aprovechar, sin ningún tipo de escrúpulo ni compromiso con la sociedad, una realidad propicia para sus desmanes.
En otros casos se ha visto que los habitantes de rancherías y poblados se unen con delincuentes organizados, no pertenecientes a “Los Zetas”, para defenderse mejor de los abusos de que son víctimas, lo que convierte a esos sicarios en “héroes” de las comunidades, como sucedió en días pasados en una región a 200 kilómetros de la capital de Zacatecas. Durante más de cinco horas, alrededor de 300 pistoleros ocuparon la cabecera municipal de Juchipila, dispuestos a enfrentar a “Los Zetas” para de una vez por todas acabar con ellos, una vez convencidos los pobladores de que no les quedaba otra salida, enfrentarlos con sus únicos aliados, sicarios comprometidos con el pueblo.
Este tipo de situaciones comienzan a darse en diversas partes del país, con lo que se está generando una realidad altamente explosiva, que podría calificarse de prerrevolucionaria. ¿Esto es lo que quería el inquilino de Los Pinos, para dar gusto a los ultraderechistas del Congreso estadounidense? Ahora ya tienen argumentos para pedir abiertamente una injerencia directa de fuerzas especiales en nuestro país, como lo hizo el representante Connie Mack, del Partido Republicano. “Ha llegado el momento de que reconozcamos la necesidad de una estrategia de contrainsurgencia”, así lo dijo, pues “aunque México no quiera admitirlo: hay una insurgencia en estos momentos junto a la frontera”. El único inconveniente es que ya consideran que “su” frontera llega hasta el Río Suchiate.
El problema mayor es que falta poco más de un año para que se termine el gobierno de facto de Calderón, lapso en el que podrían ocurrir cosas aún más graves, sobre todo si el Congreso de la Unión se mantiene prácticamente de espectador ante los despropósitos de una “administración” sin pies ni cabeza, cuya única prioridad es mantener a salvo a la macroeconomía, como si de ello dependiera la salvación de la patria. Vemos así cómo un país se desmorona cuando es “gobernado” por una oligarquía cuyo interés esencial es el de salvaguardar sus privilegios. Es preciso machacar en esto porque se trata de una verdad irrebatible que no se quiere modificar ni mucho menos corregir.
Por eso es muy lamentable que la tan cacareada reforma política en vías de aprobación en el Congreso, no tome en cuenta lo principal en estos momentos: la revocación de mandato, para darle plena vigencia al ordenamiento constitucional: “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo”, como indica el artículo 39. Es obvio que sin dar este paso, tal reforma no pasa de ser una reformita intrascendente. ¡Vaya manera de perder el tiempo en la Cámara de Diputados! Esto se entiende porque está en manos de los ultraderechistas del PAN y del PRI, encabezados por Carlos Salinas de Gortari, quien no tuvo empacho en “rajarse” a debatir con Andrés Manuel López Obrador. Esto es muy explicable: carece de argumentos.
(gmofavela2010@hotmail.com

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