CARPETA
Sufragio bajo protesta
SERGIO CORTÉS SÁNCHEZ
La mayoría de los ciudadanos del municipio de Puebla no suelen estar representados por los partidos políticos, les son ajenos a sus intereses e idiosincrasia. De cada 100 ciudadanos entrevistados el fin de semana pasado, 45 se identificaron con alguno de los partidos y 55 con ninguno de ellos. Respecto al veto ejercido, por cada 100 ciudadanos, 68 dicen que votan en contra de alguno de los partidos, seis lo hacen sólo por identidad con algún partido y 26 no ejercen veto porque le es indiferente el proceso electoral y la representación de partidos.
Un saldo sexenal de la gestión pública federal percibido negativamente por la mayoría y una gestión ineficiente, errática y corrupta, como lo ha sido la de Felipe Calderón hasta ahora, puede ser detonante de un voto de castigo o reactivo. En estos momentos, dos de cada tres ciudadanos encuestados telefónicamente el fin de semana pasada afirmaron que el presidente de la República no ha enfrentado adecuadamente los problemas del país; 45 por ciento de los ciudadanos desaprueba la gestión de Felipe Calderón, 43 por ciento la aprueba y 12 por ciento dijo que ni lo uno ni lo otro.
Sufragio bajo protesta
SERGIO CORTÉS SÁNCHEZ
La mayoría de los ciudadanos del municipio de Puebla no suelen estar representados por los partidos políticos, les son ajenos a sus intereses e idiosincrasia. De cada 100 ciudadanos entrevistados el fin de semana pasado, 45 se identificaron con alguno de los partidos y 55 con ninguno de ellos. Respecto al veto ejercido, por cada 100 ciudadanos, 68 dicen que votan en contra de alguno de los partidos, seis lo hacen sólo por identidad con algún partido y 26 no ejercen veto porque le es indiferente el proceso electoral y la representación de partidos.
Un saldo sexenal de la gestión pública federal percibido negativamente por la mayoría y una gestión ineficiente, errática y corrupta, como lo ha sido la de Felipe Calderón hasta ahora, puede ser detonante de un voto de castigo o reactivo. En estos momentos, dos de cada tres ciudadanos encuestados telefónicamente el fin de semana pasada afirmaron que el presidente de la República no ha enfrentado adecuadamente los problemas del país; 45 por ciento de los ciudadanos desaprueba la gestión de Felipe Calderón, 43 por ciento la aprueba y 12 por ciento dijo que ni lo uno ni lo otro.
Para conocer la valoración de la ciudadanía acerca de los partidos, además de la pregunta directa, suelen aplicarse otras dos: una de asociación libre (cuando escucha el nombre de... en qué piensa) y otra de respuesta inducida (cuando escucha hablar de..., con qué partido lo asocia). En ambas, las valoraciones negativas para el sistema de partidos superan a las positivas. De cada cien ciudadanos entrevistados entre el 11 y 13 de pasado mes de marzo, 33 asocian al PAN, PRI y PRD con atributos negativos (corrupción, mentira, fraude, desilusión, desinterés, decadente, violento, intolerante, provocador, prepotente, malo) y sólo 14 por ciento con atributos positivos (cambio, progreso, confianza, liderazgo, honestidad, responsable, bien, bueno, promete). En el último lustro, los años en que mayor ha sido el rechazo hacia el PAN, el PRI y el PRD, en respuesta espontánea, han sido 2008 y 2009. En respuesta inducida de atributos (mención de cinco preguntas positivas y otras tantas negativas), las valoraciones negativas (corrupción, violencia, narcotráfico, autoritarismo e intolerancia) de los partidos políticos son mayores que las positivas (democracia, progreso, bienestar, cambio y libertad).
En respuesta inducida, las valoraciones positivas del PAN superan a las negativas, siendo los años 2009 y 2010 cuando el saldo fue menor, tanto por la reducción de la valoración positiva como por incremento de las negativas. En respuesta inducida, las valoraciones positivas del PAN superan a las negativas para los años 2007 y 2011, y sucede lo contrario en 2008, 2009 y 2010, años en que se incrementan las valoraciones negativas hacia ese partido.
La valoración que los ciudadanos hacen del PRI, tanto en respuesta espontánea como en respuesta inducida, siempre tiene saldo negativo; en algunas elecciones, cuando hay empatía con su propuesta de candidatos, disminuye el rechazo hacia el PRI, pero no se incrementan las valoraciones positivas. En promedio, por cada valoración positiva del PRI hay tres negativas en respuesta inducida y casi cinco negativas en respuesta espontánea. En el PRD sucede lo mismo; la diferencia de valoraciones le es siempre desfavorable: en respuesta inducida, hay dos valoraciones negativas por una positiva y, en respuesta espontánea, hay cuatro valoraciones negativas por una positiva; cuando ese partido propone candidaturas que proyectan integridad y coherencia, como lo fue la de López Obrador, aumentan las valoraciones positivas del PRD y cuando ese partido hace alianzas con el PAN, disminuyen las valoraciones negativas y también las positivas.
Los precandidatos a la presidencia de la república mejor posicionados en Puebla (Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador) tienen mejores registros de intención de voto que sus respectivos partidos y a la inversa, el peor posicionado (Santiago Creel) tiene el partido con mayor aceptación electoral en este municipio. Más que las estructuras de partido, son los precandidatos quienes están siendo los protagónicos, la alianza del PRD se vislumbra con el PT, Convergencia y el Movimiento de Regeneración Nacional.
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