jueves, mayo 24, 2012

Calderón no ha entendido que ya fue : María Teresa Jardí

María Teresa Jardí

Calderón no ha entendido que ya fue
http://www.poresto.net/

He pasado unos días en casa de mi hermana y mi cuñado que no viven en el Distrito Federal y como ellos tienen Cable y los canales de la telebasura abierta, me he dedicado a ver los noticieros y programas de entrevistas que no conocía, llevándome alguna grata sorpresa, y a ver los irredentos, que hace años no veía.


A pesar de los restiramientos de la cara de casi todos los comunicadores de manera generalizada tienen los gestos de enfado que les produce el saber que las cosas para la telebasura no marchan. Fingen regodearse con sus mentirosas encuestas diarias, pero saben que en los mítines y en manifestaciones a favor de AMLO son las que hablan de la decisión ciudadana tomada. Sesenta mil personas impunemente asesinadas han cambiado al país para siempre. Prepotente, la telebasura, como la clase política, no quisieron ni unos ni otros enterarse a tiempo, y vaya que si van a sufrir las consecuencias de sus actos. Cerca de la casa de mi hermana hay un Wall Mart y unas cuadras más arriba una Mega Comercial, que se mantenía mucho más vacía, hasta que se hicieron más públicos, digamos, lo de sus extorsiones. Aunque público era en el mundo, al menos desde la invasión a Irak por parte del ejército yanqui fincada además en una mentira de Bush, que de manera emblemática no había que comprar en las tiendas de esa cadena expulsada ya de algunos lugares y también desde antes se sabía del trato denigrante que dan a sus empleados los dueños de esas tiendas que en México han proliferado como malas yerbas. Desde que se hicieron más públicos los detalles de los sobornos recibidos por los políticos a la mexicana para llenar el país de Wall Mart, dando al traste con el pequeño comercio que da de comer a las familias, que así es como pasan a convertirse en parte de la condena a la limpia de pobres al verse obligados a engrosar los cordones de la miseria, que es lo único que crece, junto con la corrupción, en el México de la era panista, como certeza. Wall Mart se va vaciando y la Mega llenando. De una en una las personas se van restando aunque de momento sólo atinen a sumarle a otra cadena. Lo que tampoco es la solución, está claro.


En los países donde la sociedad entiende lo que la calidad de vida significa nunca permitieron la sustitución de las pequeñas tiendas con los productos orgánicos comprados al productor sin intermediario. No es la solución el cambiar al Wall Mart por otra macro tienda. Pero desde luego sí es una demostración del poder que tenemos los gobernados. Y podemos lograr que gane AMLO si ejercemos nuestro poder ciudadano.


Pero para empezar es importante entender lo claro que es que Calderón es un sociópata. Y, un sociópata, me explica un experto, es una persona que necesita causar daño a los otros y que además no sabe lo que es ni el remordimiento ni la culpa.


A Felipe Calderón le sale por la boca en cada palabra que ante un micrófono lanza que no está dispuesto a dejar el poder. Se le nota en cada gesto y en la mirada que se le ha tornado mucho más torva. La insistencia por lo que toca al necio seguimiento de su decisión errada, al punto de haberlo convertido en un genocida, de convertir a México en un cementerio, es alarmante. Y su pretensión, esbozada en los subtextos de cada una de las palabras que emite y de las peticiones que lanza tiene que ver con la decisión, alarmante, de imponerle al que quede, a García Luna como continuador al frente de la instancia con la que se ha generado la violencia genocida. De eso habla la masacre que con lo que queda de respeto al Ejército nacional impulsa por estos días con la detención de lo generales. Y AMLO tiene que cuidarse.

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