viernes, mayo 25, 2012

La prostitución de la política : María Teresa Jardí

La prostitución de la política

María Teresa Jardí
http://www.poresto.net/

El salto a la elección de un producto para ser vendido como chatarra por parte de la mafia dueña de la telebasura le pasa la factura al PRI y para bien de México ha despertado de nuevo al movimiento estudiantil demandando transparencia y el regreso a la ética.


Acabar con las ideologías iba a traer consecuencias a los partidos políticos como las crónicas les anunciaban. Y el haber convertido en mero trámite la obtención del poder sin más sentido que el del enriquecimiento personal ha convertido en prostitutos de la política a los políticos. Lo que queda ampliamente demostrado en los saltos de un partido a otro, sin vergüenza y con enorme cinismo. Y no atinan ya los políticos a dar las respuestas que dan cohesión y permiten la permanencia. Las jerarquías partidarias dejaron de entender que en la lealtad y la defensa de los suyos está su única posibilidad de prevalencia.



Jorge Carrillo Olea se equivocó en el nombramiento de los funcionarios policíacos y encargados de la seguridad pública que nombró cuando llegó como gobernador de Morelos. Pero en otros rubros Carrillo fue un buen gobernante. Fomentó la cultura, limpió las barrancas, que eran lugares impunes donde se guardaban los delincuentes y se cometían toda clase de delitos. Elevó la educación y el pueblo morelense le reconoce la parte buena de gobernante que fue y le agradece la evidencia de que no tiene una fortuna inexplicable. Y Carrillo se pasea sin guaruras con su mujer por las calles y la gente lo saluda. Abre en solitario la puerta de su casa y vive sin el agobio que tienen los que cargan sobre sus espaldas el peso de las fortunas ilícitas.


Sujetos impresentables, con miras políticas a futuro, se alzaron como sus detractores exigiendo su salida y su partido no sólo no lo defendió. Lo dejó solo. Carrillo renunció y reconoció sus errores que han sido perdonados por el pueblo e incluso olvidados.


Y llegó el PAN a dar marcha atrás en todo lo ganado. En particular con todo lo que tenía relación con la socialización de la cultura en manos del pueblo. La corrupción se convirtió en divisa de la clase política y sentó sus reales la violencia en ese estado de la República. No quedan ni de manera mínima reflejados en la prensa nacional la cantidad de asesinatos y desapariciones forzadas de jóvenes que en ese estado se están dando.


El principal detractor de Jorge Carrillo —detracción con la que se encumbró como político— busca pasar la factura al PAN recordándole que él les abrió la puerta encargándose del trabajo sucio para deshacerse del gobernante priísta. Y se cree con el derecho a llegar, por el PRD, al gobierno a pesar de que el pueblo abomina en su conjunto a Graco Ramírez.


Otro tanto pasó con Humberto Moreira, a quien no van a poder probarle que haya estado involucrado en las mentiras para obtener dinero para el estado. Mentiras en las que sí estuvieron involucrados funcionarios de Moreira pero no en solitario. En cochupo, de la mano o escuchando al oído y tomando acuerdos en lo oscuro, a funcionarios panistas de Hacienda, que siguen sin ser tocados y gozando de impunidad absoluta y si nos descuidamos premiados, por la labor de zapa realizada para la derecha panista, en contra de Humberto Moreira.


Si Peña no fuera solamente un producto chatarra televisivo, le hubiera permitido a Moreira defenderse desde el primer día y lo habría mantenido como presidente del PRI por cuestiones de inteligencia y sobre todo de lealtad, incluso porque eso es lo que controla la prostitución política.


Y lo mismo pasa con Yarrington, quien es muy probable que sea un delincuente. Pero un delincuente que lo que hizo fue obedecer los mandatos de la DEA con el conocimiento y la tolerancia del PRI y del PAN, sin la menor de las dudas.


De una intervención política habla la hipocresía del Imperio yanqui y no podemos permitir los mexicanos que los gringos sigan manipulando, o ayudando en términos de “necesidades” electoreras, a la clase política en México.



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