Tenemos AMLO para rato
Gilberto Balam Pereira
A todo esto, ¿qué es la izquierda?
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=203175
Ser de izquierda no es aliarse a la política de EPN, ni a la del PAN, ni a la
del PRI. Ser de izquierda es pronunciarse y luchar por el cambio del sistema de
gobierno asumido por el poder después de Lázaro Cárdenas. Ser de izquierda es
combatir la corrupción y el autoritarismo que han caracterizado a la oligarquía
durante más de siete décadas. En fin, ser de izquierda es defenecer
(finiquitar) y luchar contra los intereses personales, los negocios, las
concertaciones punitivas de los grupos que demarcan el ejercicio del poder,
grupos cleptócratas (gobiernos de ladrones).
MORENA, Movimiento de Regeneración Nacional, ha blindado su proyecto de nación
al corto, mediano y largo plazo, ha demarcado la línea de la izquierda
consecuente y legítima que busca la reivindicación de los trabajadores pobres
mexicanos, al margen de gente oportunista y corrupta.
MORENA se ha ubicado en su propia órbita de honor y justicia aislada de los
“pseudos”, de los impostores, de los farsantes, de quienes usurpan
falsariamente (a base de mentiras, falsedades, disimulos) el título de
izquierda.
En este renglón de los usurpadores encontramos a las corrientes de los
inefables (insignificantes) “Chuchos” en devaneos ahora con el fraudulento EPN
(fariseos que buscan canonjías y prebendas, grandes ilusos e ingenuos, los
hipócritas); a los “bejaranos” fofos como la berenjena, buscando solamente
sobrevivir a expensas de las cuotas de los humildes vendedores ambulantes;
lejos también nos mantenemos de los “amalios” que se conforman con la rebanada
de pastel del subsidio de su PRD.
A los partidos PT y Movimiento Ciudadano les basta con conseguir el mínimo de
porcentaje del electorado para mantener su vigencia partidaria. Y esperan que
no se les comprometa con ninguna lucha. ¿No es cierto, Canaya?, perdón, ¿Anaya?
Ahora, los de medio pelo y los de plano, los contras nuestros, nos preguntan
maliciosamente con mala onda “¿y el Peje irá de nuevo en el 2018?, para
entonces ya estará muy viejo”. Este responde: “todavía bateo a más de 300”
refiriéndose al puntaje de los mejores bateadores de béisbol.
Lo que es cierto, es que Andrés Manuel sigue siendo un férreo y combativo líder
de la izquierda auténtica. Y lo tendremos para un gran rato todavía. Y las
masas cuando pierden un líder, se sabe, encuentran al sustituto idóneo para
dirigir las luchas. Han sido los casos de los memorables líderes de izquierda,
a saber:
Gral. Lázaro Cárdenas, eminente mexicano nacionalista, autor de la expropiación
petrolera, de reconocida honestidad y reciedumbre, en todo momento a prueba
cabal; Valentín Campa, líder ferrocarrilero, ejemplar hombre de lucha; Demetrio
Vallejo, también combativo líder ferrocarrilero; Othón Salazar, honesto
dirigente magisterial; Heberto Castillo, popular dirigente de principios
inalienables.
El turno es ahora de AMLO quien tiene todavía candela para rato. ¿Que irá al
cadalso por tercera vez? Sí, mis estimados. Y de los mexicanos de Izquierda
(con mayúscula) dependerá su próximo triunfo, no muy lejano. ¿Al cabo, qué son
seis años? Pasan como un soplo, pero que desde ahora los estamos trabajando
tras el objetivo del cambio de rumbo.
Somos conscientes de que algo que ha perjudicado a la izquierda es su desunión.
Pero los auténticos mexicanos que profesamos esta ideología (conjunto de ideas
y principios, así de sencillo) estamos luchando en primer término por la unidad
y la identidad de objetivos y estrategias. Pero la sangre, producto de las
desavenencias internas, nunca ha llegado al río como son los casos del PRI y
del PAN, partidos que han llegado hasta el sórdido crimen, aunque éstos llegan
a la unidad y alianza cuando así conviene a sus intereses.
En mi opinión, ya basta de alianzas con partidos que se dicen de “izquierda”.
Sólo han sido rémoras del prestigio personal del líder tabasqueño.
Recordemos que AMLO alcanzó más de 2.400,000 votos que los tres partidos de
“izquierda” juntos que lo postularon.
Estamos de acuerdo en alentar nuevas acciones unificadas en base a las
necesidades y opiniones de los grupos de población, y colaborar con ellos en su
solución en la medida de las posibilidades. No llegaremos en plan de oferentes
de promesas por realizar al mediano plazo, sino demostrar a la población
nuestro interés por sus problemas culturales, de salud, de educación y derechos
humanos.
Es cierto también que no estamos en tiempos de elecciones para pensar en términos
de territorio, distritos y secciones, pero la organización política debe
iniciarse ya. Trabajar con las poblaciones siguiendo estos límites.
Llegar a una comunidad a decir que estamos luchando contra la pobreza sería
demagogia, porque la correlación de fuerzas económicas en este momento no nos
favorece. El PRI, nos guste o no, tiene una presencia nacional y la izquierda
todavía no. Los vendedores de sus votos nos lo demostraron. La visión nuestra
es del mediano plazo. Los discursos incendiarios por ahora se los lleva el
viento. Estos tendrán su momento y oportunidad para las movilizaciones
populares. El próximo primero de diciembre tendrán los discursos un objetivo
preciso: protestar por la compra-venta de la Presidencia a favor de EPN.
La asignatura pendiente de la izquierda es ganarse la voluntad y la conciencia
de esos pobres que se vendieron al PRI. Dependerá de que esa corriente de
regeneración nacional venza la resistencia de la población al cambio.
Por otra parte, aquellos cuadros medios que logren una responsabilidad de
elección democrática enarbolando banderas de MORENA, como gobernadores,
alcaldes y legisladores han de mostrar un desempeño honesto y moral emulando el
ejemplo que ha representado el líder tabasqueño durante toda su vida política.
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