Carlos Fernández-Vega
México SA
http://www.jornada.unam.mx/2012/11/12/opinion/028o1eco
La república precarizada
Salario mínimo a Calderón
Pago por hora a diputados
Con la aprobación de la reforma laboral,
gobierno y partidos políticos representados en el Congreso no sólo dotaron de
mayores herramientas al capital para explotar aún más a los trabajadores, sino
ratificaron su decisión de profundizar y acelerar la precarización del mercado
y las condiciones laborales en el país. Milagrosamente la dupla citada no
palomeó la gratuidad de la mano de obra, aunque con las nuevas disposiciones y
su buena voluntad muy cerca de ello se está.
Desde luego que gobierno y Congreso decidieron que la
nueva ley se aplique en los bueyes de mi compadre, porque ninguna de las dos
áreas fue afectada por la susodicha reforma. Así, sin resultados benéficos
para el país y con una jornada laboral más dedicada a la grilla y a negocios
particulares que a superar los grandes problemas nacionales, la burocracia
dorada cobrará íntegros sueldos y dietas, más todo tipo de prestaciones. Como
no hace mucho se exigía, qué tal si se repite aquella petición de los años 80:
salario mínimo (y por hora) al inquilino de Los Pinos, su gabinetazo y los
congresistas, para que sepan lo que se siente.
En vía de mientras, el Centro de Investigación en
Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de
México, advierte que la aprobación por la Cámara de Diputados de la reforma laboral enfrentará
un gran desafío (una vez que los senadores la avalen): revertir la
precarización del empleo en México. Las cifras más recientes dadas a conocer
por el Inegi marcan que durante el tercer trimestre del año el retroceso
laboral sigue su marcha, a pesar de que existe crecimiento económico. Aspectos
como el aumento histórico en la informalidad, el incremento de la subocupación
y el hecho de que las condiciones críticas de ocupación sigan avanzando
representan el claro ejemplo de que la generación de riqueza no necesariamente
llega al bolsillo de los trabajadores y, por ende, a sus familias.
De igual forma, los más de 30 millones de mexicanos con
ocupación pero sin acceso a la seguridad social ejemplifican la falta de
cumplimiento de las leyes y reglamentos laborales. Todo lo anterior convive con
la reducción del poder adquisitivo de los trabajadores y, en general, del
ingreso de los mexicanos. Además, durante los últimos años se ha registrado una
elevada inflación en alimentos, por lo que el resultado es la caída de 25 por
ciento en el poder adquisitivo del ingreso per cápita de las personas. El
deterioro de las condiciones sociales es la consecuencia directa, y seguramente
en las siguientes semanas se verá que los reportes del Coneval marcarán que la
pobreza sigue avanzando.
Después de que la cortina de humo se ha disipado, apunta
el CIEN, es decir, que no hay cambio en la forma en que se eligen y administran
los sindicatos, se han sacado adelante modificaciones laborales que
recargan nuevamente en los trabajadores el peso de incrementar la productividad
de la economía mexicana. El problema de fondo es que no hay medidas efectivas,
presupuestales, hacendarias, educativas e institucionales que transformen de
fondo los lastres que tiene el sector productivo mexicano. La mayor parte de
las unidades económicas son pequeñas empresas y micro negocios, las cuales no
tendrán los beneficios que teóricamente debe generar la reforma. Los comités
mixtos de productividad se formarán en las medianas y grandes empresas, las que
ya disfrutan de mejores condiciones de acceso al crédito y tecnología, la que
mayor capacitación le da a sus trabajadores, pero ¿qué pasa con las empresas
más pequeñas?
De acuerdo con el Inegi, más de 20 millones de mexicanos
laboran en micronegocios, de los cuales 11 millones lo hacen sin contar con un
establecimiento, es decir, realizan su actividad en la calle. Sobre ello la
reforma propuesta indica que las secretarías de Economía y del Trabajo se
encargarán de generar programas para elevar su productividad, pero ¿podrán
hacerlo? ¿De cuántos recursos físicos, humanos y financieros se necesita
disponer para hacerlo? La falta de memoria histórica es una falla de nuestra
sociedad: durante los últimos 30 años se ha indicado que con reformas como la
laboral México iniciaría una nueva etapa de crecimiento y desarrollo económico
y social. Los casi 60 millones de mexicanos en pobreza por ingresos son la
muestra fehaciente de que ello, ni lejanamente, ha ocurrido.
La Cámara de Diputados muestra que no es un contrapeso
efectivo respecto de las decisiones del Ejecutivo ni tiene capacidad de generar
propuestas alternativas que tengan el bienestar de la población como el
objetivo real de la política económica aplicada. En el proceso de aprobación
nunca se entregó el efecto de las reformas: inversión, PIB, salarios,
prestaciones sociales, pobreza, empleo y exportaciones, por citar algunos
ejemplos. Nunca fueron tratados con seriedad por quienes propusieron y
aprobaron la reforma. Con la fe ciega del dogma piensan que será exitosa.
Si se equivocan, la carga social nuevamente recaerá en la parte más pobre la
población.
El cierre del sexenio deja como resultado un mercado
laboral débil. En consecuencia existe un deterioro en importantes rubros: 4
millones de personas adicionales sin acceso a la salud (64 por ciento de las
ocupadas no cuentan con acceso a instituciones de salud); 14.8 millones de
mexicanos sin contrato escrito; un incremento del sector informal de 15.6 por
ciento; precarización del mercado laboral con 11 millones ocupados en
micronegocios sin establecimiento; 3.2 millones de trabajadores no remunerados,
y un incremento considerable de la desocupación (un millón adicional de
personas desocupadas). Además existe un crecimiento relevante del número de
personas que devengan hasta un salario mínimo (6.8 por ciento), entre uno y dos
(11.3) y entre dos y tres (10.4), en tanto los mexicanos que obtienen mayores
percepciones ha disminuido. De igual manera, se aprecia un incremento marginal
de los empleadores (0.5 por ciento), aspecto que se encuentra fuertemente
vinculado con el modesto desempeño de la economía, puntualiza el CIEN.
Las rebanadas del pastel
¡Felicidades!, mexicanos pagadores: con Fox y Calderón en
Los Pinos, la banca que opera en México, mayoritariamente extranjera, se
embolsó casi 600 mil millones de pesos en utilidades netas (sin considerar
pagarés Fobaproa), lo que da un promedio diario de 139 millones de pesos
limpios de polvo y paja, en promedio. Y lo mejor del caso es que el crédito a
sectores productivos se mantiene muy por debajo del registrado 18 años atrás.
¡Milagro! No presta, pero la banca cada día gana más.
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