Calderón: uno más de los
presidentes del montón
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=204875
Con fanfarrias peñistas y cuentas alegres, gozoso de sus iniciativas
“preferentes”, Calderón se hace el gracioso pidiendo que le canten “las
golondrinas” para emprender la huída. Su mal gobierno fue un desastre que
permitió a los empresarios llevarse las ganancias. Y que sus incondicionales se
batieran de corrupción. Deja 50 millones de pobres. 20 millones en el
desempleo; de ellos, 14 millones en el comercio informal, la piratería china y
las actividades callejeras (sin contar a los que roban, no a los Slim, sino a
los pobres que andan por las calles o les asaltan sus hogares). Incumplió con
la mayoría de las obligaciones del máximo poder que es el presidencial y deja
al país en la peor inseguridad, pues su fallida estrategia de guerra activó más
la rebelión de las delincuencias, que dejó miles de homicidios.
Calderón fue un presidente más del montón. No gobernó en beneficio del pueblo
como manda la Constitución. Sólo favoreció a los ricos con vítores a la
globalización del libre mercado y sus oleadas de capitalismo salvaje que
explota a los trabajadores, encarece productos, baja salarios y reduce
atenciones sociales de toda especie. El foxismo inició el relajamiento político
y la corrupción panista y Calderón los llevó al extremo. Sus amigos en los
cargos fungieron como cómplices. Intentó hacer candidato presidencial a un
gachupín naturalizado mexicano, al que ahora hacen homenajes post mortem,
privado de la vida sospechosamente, como uno de sus cinco secretarios de
Gobernación, ambos casos guardados en secreto.
Reñía con senadores y diputados, incluso de su propio partido, por lo cual hubo
una tensión estéril en el primer período legislativo. Maniobró para imponer
candidato a la sucesión presidencial, pero la mayoría de los consejeros
panistas prefirieron a Josefina y ésta fue sometida por los calderonistas.
Mientras combatía ferozmente a López Obrador, inició componendas para ayudar a
Peña como candidato del PRI a la Presidencia, y con el IFE, el TRIFE, Televisa
y TV-Azteca lo coronó. Este ahora le paga los favores, dejando que promulgue
una reforma-contrarreforma laboral que hace más poderosos a los patrones en
perjuicio de los trabajadores.
Un presidente del montón, junto a los Pedro Vélez, Melchor Múzquiz, José Justo
Corro; otro Echeverría, como el nefasto Luis, llamado Francisco Javier.
Valentín Canalizo. O Manuel María Lombardini… larga lista a la que se suma
Calderón. Y como en nuestro país el juicio político es un adorno constitucional
(salvo Benito Juárez que procesó a Santa Anna), Calderón se va con toda la
impunidad que le ha prometido Peña. Pero debe ser sentado en el banquillo de
los acusados para que responda de sus actos y omisiones. Sólo en la Corte de La
Haya se presentó una denuncia para que dé cuenta y razón de los miles de
homicidios, y los costos de su “guerra” que tiene al país al borde del golpismo
si se le ocurre a un coronel o general aprovecharse de la ocasión. Se va
Calderón dejando una Nación en crisis general que, si Peña no soluciona, tendrá
un desenlace mucho muy grave.
cepedaneri@prodigy.net.mx
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario