Carlos Fernández-Vega
México SA
http://www.jornada.unam.mx/2012/11/10/opinion/028o1eco
La reforma laboral va
PAN: solidez ideológica
Gamboa: lapsus brutus
Puede estar tranquila la patronal, que su gobierno otra
vez les cumplió. El retraso en la aprobación de la contrarreforma laboral
apenas fue un lapsus brutus de Emilio Gamboa Patrón. Entonces, ya
pueden presumir que losrepresentantes populares les dieron lo ofrecido, y
para coronar el numerito sólo falta que el todavía inquilino de Los Pinos
promulgue las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo para que su sucesor
en la residencia oficial se convierta en elpresidente del empleo, segunda
parte.
Lo mejor del show fue la demostración pública
que el Partido Acción Nacional hizo de su solidez ideológica y programática; el
PAN en la Cámara de Diputados secundó al bloque PRI-PVEM-Panal para volver a
incluir en la reforma a la Ley Federal del Trabajo la elección a mano alzada de
los dirigentes sindicales y suprimir el derecho de los trabajadores a decidir
qué sindicato los representaría para la firma de un contrato colectivo; es
decir, avaló lo que tanto rechazó en el discurso. Aun cuando manejó el
discurso de que mantuvo el bloque con la izquierda hasta el final, Acción
Nacional aceptó modificar el artículo 371 para que el mecanismo de elección de
líderes por el voto libre, directo y secreto no fuera el único, y en una
cerrada votación para dejar fuera los artículos 388 y 390, relacionados con la
atribución de los trabajadores para elegir sindicato, se evidenció el doble
juego panista (La Jornada, Roberto Garduño y Enrique Méndez).
El aparente pataleo panista en el Senado por las
modificaciones que a la iniciativa original le practicaron en San Lázaro y las
airadas reclamaciones que sobre el particular realizaron los legisladores blanquiazules fueron
más de lo mismo, porque “aun cuando manejó el discurso de que mantuvo el bloque
con la izquierda hasta el final, Acción Nacional aceptó modificar el artículo
371 para que el mecanismo de elección de líderes por el voto libre, directo y
secreto no fuera el único, y en una cerrada votación para dejar fuera los
artículos 388 y 390, relacionados con la atribución de los trabajadores para
elegir sindicato, se evidenció el doble juego panista.
En la votación de estos dos artículos, PRI, PVEM y Panal
votaron por desecharlos, pero para ello contaron con el voto de ocho panistas,
entre ellos empresarios como el ex dirigente del Consejo Coordinador
Empresarial y presidente de la Comisión de Economía, Mario Sánchez Ruiz; del
líder transportista y presidente de la Comisión de Transportes, Juan Carlos
Muñoz Márquez; del textilero José González Serna; del dueño de maquiladoras en
Ciudad Juárez Carlos Angulo Parra, y del vicepresidente de la Confederación
Patronal de la República Mexicana en Veracruz, Humberto Alonso Moreli. Con esos
ocho sufragios prestados, el PAN garantizaba la eliminación de los citados
artículos, ya que PRI, PVEM y Panal sumaron 250, pues el ex secretario de
comunicación de la dirigencia del Partido Verde, Enrique Aubry, no asistió a la
sesión. Su ausencia forzaba un empate en esta decisión con el Frente
Legislativo Progresista que, sin embargo, habría perdido aun con todos los
votos de Acción Nacional, debido a que tampoco estaban cuatro legisladores del
Movimiento Ciudadano: Beatriz Córdova Bernal, Juan Luis Martínez, José Martínez
Soto y Aída Fabiola Valencia Ramírez. De esta manera, el pleno desechó ambos
artículos con 258 votos en favor y 237 en contra (ídem).
También esas cuatro bancadas autorizaron que el Senado
pueda publicar la reforma laboral, si en la revisión de la minuta hay nuevos
cambios en los artículos 371 y 373; este último obligaba a los sindicatos a
entregar información sobre el manejo de las cuotas. Cuando los integrantes del
Frente Legislativo Progresista (sólo a ellos se les ocurre hacer una alianza con
los blanquiazules) le reclamaron a los panistas haber roto el compromiso de
avalar juntos el cambio que hicieron los senadores para obligar a elecciones
libres, directas y secretas en los sindicatos, la respuesta del PAN fue de
altísimo nivel: dicen en mi pueblo (que) no te pelees con un cerdo, porque
al final ambos quedarán enlodados, con la diferencia que a él le va a encantar
y a ti no, respondió el diputado Rubén Camarillo, aunque no definió quién
resultó ser elencantado.
A Felipe Calderón le restan 20 días en Los Pinos, y ese
es el plazo máximo que tiene para promulgar la contra reforma laboral, si es
que quiere llevarse el galardón por la nueva ley, aunque en los hechos
sólo pondría una marca más en su de por sí amplio inventario de decisiones
nefastas en contra de la mayoría de los mexicanos. De cualquier suerte el que
podrá cobrar facturas a la patronal por el favorcito será el presidente
copetón, a quien el hasta ahora residente de la ex hacienda de La Hormiga le
hereda un espeluznante panorama laboral.
Como mencionamos el pasado miércoles en este espacio, tal
herencia es igual a un déficit superior a 4 millones de empleos formales sólo
en lo que a Calderón directamente corresponde (es decir, sin considerar el
rezago histórico en este renglón), lo que quiere decir que 66 por ciento de los
mexicanos que, en edad y condición productiva, intentaron incorporarse al
mercado laboral formal a lo largo del sexenio calderonista no tuvieron cupo,
por la sencilla razón de que las plazas no fueron creadas. Las propias cifras
oficiales revelan que con él en Los Pinos sólo uno de cada tres mexicanos que
se incorporaron a la población económicamente activa logró emplearse en el
sector formal de la economía, sin considerar la creciente precariedad en las
condiciones laborales. El resto, a la informalidad, la desocupación abierta, la
emigración o el crimen organizado.
Y como parte de esa herencia calderonista, Peña Nieto
tendrá que hacer frente a un inventario espeluznante en el que se cuenta la incorporación de
15 millones de mexicanos al ejército de pobres; más de 31 millones de mexicanos
sin seguridad social (ni para su familia); 15 millones de trabajadores sin
contrato legal que los vincule con sus patrones; 14.2 millones que sobreviven
en la informalidad y carecen de prestaciones; 11 millones que laboran en
micronegocios sin establecimiento; 6.7 millones que cuando mucho obtienen un
salario mínimo; 3.1 millones que no reciben remuneración; 11.3 millones de
trabajadores que tienen un ingreso de entre uno y dos salarios mínimos, algo
insuficiente para mantener a una familia fuera de la pobreza y más de 2.5
millones de desempleados, entre tantas otras gracias.
Las rebanadas del pastel
Para redondear, el Inegi informó ayer que de septiembre
de 2011 a igual mes de 2012, alrededor de 783 mil mexicanos adicionales pasaron
a engrosar las filas del ejército de la informalidad.
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