El Despertar
Peña: pesimismo obligatorio
José Agustín Ortiz Pinchetti
http://www.jornada.unam.mx/2012/11/11/opinion/008o1pol
La mejor vía para prever el destino de un gobernante es
combinar el análisis de su trayectoria con el de sus circunstancias. Era
previsible el mal resultado del gobierno de Calderón, porque su biografía no
mostraba capacidad para gobernar México y porque el desempeño del modelo
económico que estaba forzado a seguir era cada vez peor. Si aplicamos un
análisis semejante a Peña, abría pocas razones para sentir optimismo.
Su trayectoria: ningún priísta ha llegado a candidato
presidencial con menos méritos que él. Llegó a la gubernatura del estado de
México por decisión (dedazo brutal) de su padrino y pariente Arturo Montiel.
Antes, el puesto más alto que ocupó fue el de diputado y coordinador de la
bancada priísta en el Congreso local. Como gobernador, su misión fundamental
fue encubrir los desvíos de su protector. Gozó de cobertura mediática sin
precedentes, pagada con dinero público y generosas aportaciones privadas. Su
obra de infraestructura significó una derrama formidable hacia políticos y
empresarios. Los grupos hegemónicos lo eligieron candidato a la Presidencia por
dúctil. Fue inflado gracias a los servicios de Televisa, al punto de
convertirse en el gobernador más conocido de la República, y ganó la
Presidencia comprando millones de votos, sobre todo en cuencas de pobreza
extrema.
Las circunstancias: tendrá que enfrentar al desastre que
deja Calderón. El peor desempeño de la economía en 70 años, con una tasa de
crecimiento de 1.8 por ciento, más de 9 millones de mexicanos en el desempleo y
una violencia incontrolable. Además, soportará la presión de una economía
mundial en crisis.
La debilidad de Peña será un terrible lastre frente a los
grupos de interés. Es muy difícil que pueda desmontar la política neoliberal
que ha impedido el crecimiento durante 30 años; acabar con la elusión fiscal,
que llega a 800 mil millones de pesos, contener la voracidad burocrática, que
ha elevado el gasto corriente a casi un billón; contener la corrupción, que ha
crecido, según expertos, 400 por ciento en 15 años; terminar con la impunidad o
someter a juicio a los saqueadores y a los negociantes de las organizaciones
criminales dentro del sector público y privado. Y aunque lo lograra, ¿cómo
revertir los daños sociales? Después de 15 o 20 reformas
estructuralesMéxico sigue en declive. Si vende el petróleo, ¿de dónde obtendrá
recursos?; si impone un impuesto al consumo, ¿cómo manejar la irá popular?
La nómina del mexiquense y sus padrinos produce
escalofríos. Son lo peor del viejo sistema. El PRI está anquilosado, cada día
será más difícil gobernar a una sociedad agraviada y a una clase media
desilusionada.
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