Cómo se construye
también la Historia
María Teresa Jardí
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=201905
Anoche habrán celebrado su aquelarre las brujas de Calderón que son, como
señala Savater, me parece que en “Malos y malosos”, las brujas no
reivindicables. Las que son dueñas de sindicatos y aspiran a, chantajeando y
amenazando, que la Secretaría respectiva le sea entregada a los yernos que,
presumen, los que a la fuerza son afiliados, que también les sirven como
amantes.
Las brujas con caldero que en Alemania se tienen en todas las cocinas que se
limpian hasta que queden brillantes de cara a la noche del 31 de octubre para
que puedan, en óptimas condiciones, celebrar su fiesta quienes propician la
abundancia de viandas en la mesa y el bienestar en el resto de lo que los
humanos consideramos necesario.
Hoy llegan los muertos que sólo se van del todo cuando ya no hay nadie que los
recuerde.
Pero esto, no entendido por un individuo como Calderón y por el resto de
represores y de genocidas dictadores que el mundo pareciera que se empeña en
coleccionar de manera cíclica. El recuerdo familiar, no entendido, de cada
asesinato que se deja impune por los órganos, que a sí mismo se invalidan, del
Estado. Cuando la muerte se convierte en el producto de una limpia de pobres
imposibilita la reconciliación, como sociedad, con nuestros propios fantasmas.
Reconciliación que pasa, necesariamente, por saber cómo, cuándo y porqué muere
cada uno y si es producto del asesinato la muerte, por que el hecho no quede
impune.
El asesinato impune de cada persona rasga el tejido social. Y con cien mil
impunemente ejecutados no existe país capaz de hacer un zurcido que permita el
seguir adelante ni siquiera en el mediano plazo.
Importante celebración la del Hanal Pixán, donde la conmemoración de los idos
se convierte a lo largo de un mes en la celebración de la vida de los yucatecos
que siguen vivos.
Es difícil que “el Haloween” sustituya nunca, no del todo al menos, o más bien
lo de deseable es que no suceda ni en Yucatán ni en otros lugares del país, la
conmemoración de los muertos. Incluso porque “el Halloween” en México, como la
madre y el padre y la enfermera y el vecino en fechas puramente comerciales se
han convertido y ante la economía familiar a la baja para millones y el hecho
de que cada vez queda más claro del daño que los gringos, apropiados de la
celebración del aquelarre de las brujas a su manera, le hacen al mundo con su
terca imposición de su imperialismo feroz que teme a la diferencia y en el que
millones no tiene cabida porque son pobres, como si la pobreza fuera el crimen
y no el abuso del poder con el que se ha asesinado también a la justicia.
En la colonia donde vivo en el Distrito Federal no se ven ni en los tendejones
ni en las casas arreglos de Halloween y en las canastas del supermercado nadie
lleva nada al respecto a pesar de que incluso en la entrada los ponen con toda
clase de ofertas.
No todo es moda, ni las costumbres de otros lugares debieran ser despreciadas
de entrada porque lo nuestro y lo de los otros mucho tienen de mágico y lo
mágico hace casi siempre más grata la vida. Recordar la historia no implica
despreciar lo otro excepto, como me parece que por fin se está haciendo aquí,
cuando lo otro es sólo negocio. Con la integración de lo ajeno a lo propio y
viceversa se ha construido la historia del mundo. El problema en todo caso es
aprender a discriminar lo que sólo es mercadotecnia.
La naturaleza no se cansa de enviar avisos de lo harta que se encuentra. Ahora
a los gringos les llegó el mensaje de la ofensa intolerable que para ella
representa la condena a muerte de millones de especies merced a la perversidad
del animal humano. Ojalá y lo entiendan los que podrían propiciar el bienestar
de todos si tan sólo dejaran de estar al servicio de los grandes capitales
depredadores.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario