Carlos Fernández-Vega
México SA
FC y sus cifras históricas
Creciente déficit de empleo
Logros virtuales vs. realidad
Se había tardado el inquilino de Los Pinos: mientras más
cercana está su salida de la residencia oficial, mayores logros virtuales
presume, amén de lo bien que, según él, hizo las cosas a lo largo de su
sexenio. Pero en su fatua kermés de autoelogios y autoapapachos faltaban las
fanfarrias y el confeti para celebrar el alcance, igualmente virtual, de las cifras
históricas del presidente del empleo, quien en realidad a la
administración peñanietista hereda un espeluznante déficit de puestos formales
de trabajo, sin considerar el que a su vez dejó Vicente Fox al propio Felipe
Calderón.
A escasos días de que termine la docena trágica panista,
no podía faltar su autoaclamación en materia laboral: “vale la pena destacar
que están por salir las cifras de empleo correspondientes a octubre. No las
quiero anticipar ahora pero, por lo que se ve, estamos hablando de la cifra, si
referimos al periodo de enero a octubre 2012, de enero a octubre, probablemente
estamos hablando de la cifra de mayor generación de empleo formal que se tenga
registro en México, la mayor de la historia. Eso significa que, a pesar de las
dificultades económicas que se registran en el mundo, México está saliendo
adelante, con una economía que crece y que genera empleos formales…”
Si existiera un premio a la cara dura sin duda alguna
Felipe Calderón se lo llevaría de calle, en un país en el que la competencia en
este renglón es por demás abundante. Entonces, claro que puede presumir cifras
históricas, pero no en creación sino en voluminoso déficit de empleo: más de 4
millones de plazas formales en seis años de estancia en Los Pinos. Lo anterior
quiere decir que 66 por ciento de los mexicanos que, en edad y condición
productiva, intentaron incorporarse al mercado laboral formal a lo largo del
sexenio calderonista no tuvieron cupo, por la sencilla razón de que las plazas
no fueron creadas. Esas son las verdaderas cifras históricas del
autodenominado presidente del empleo.
Más allá del cinismo con el que Calderón presume que la economía
crece(recuérdese: 1.84 por ciento de crecimiento anual promedio en su
sexenio, el menor en cinco lustros), las propias cifras oficiales revelan que
con él en Los Pinos sólo uno de cada tres mexicanos que se incorporaron a la
población económicamente activa logró emplearse en el sector formal de la
economía, sin considerar la creciente precariedad en las condiciones laborales.
El resto, a la informalidad, la desocupación abierta, la emigración o el crimen
organizado. Entonces, uno de cada tres sí es para presumir cifras
históricas, pero en el sentido inverso al cacareado por el susodicho.
Cómo olvidar que en plena campaña electoral (marzo de 2006),
el entonces candidato presidencial panista presumía su nuevo eslogan
propagandístico: para que vivamos mejor, Felipe Calderón, presidente del
empleo, y él mismo detallaba quepara que vivamos mejor los mexicanos
necesitamos empleo y no deudas, necesitamos empleo y no crisis económicas,
necesitamos un presidente que sepa conducir a México al futuro, y yo voy a
conducir a México al futuro. En los hechos, ya sentado en Los Pinos, concretó
exactamente lo contrario de lo que ofreció: muy poco empleo, mucha deuda crisis
económica y una conducción por demás fallida que a México le canceló el futuro.
Entre diciembre de 2006, cuando por la puerta de atrás se
instaló en Los Pinos, al tercer trimestre de 2012, la población económicamente
activa (PEA) en el país se incrementó en 6 millones 458 mil 892 personas, de
acuerdo con las cifras del Inegi. En ese lapso oficialmente se generaron 2
millones 172 mil 486 de empleos en el sector formal de la economía (eventuales
una tercera parte de ellos), de tal suerte que 4 millones 286 mil 406 mexicanos
que se incorporaron a la PEA quedaron totalmente fuera de la jugada, sin
considerar el rezago histórico en este renglón.
Las citadas son las cifras históricas que
Felipe Calderón no se atreve a presentar en público; de allí la necesidad de
armar la kermés del autoelogio. Sin considerar el rezago histórico, más de un
millón de empleos formales por año demandaron los mexicanos durante su sexenio;
sólo se generaron, en promedio e incluyendo los eventuales, 362 mil anuales en
números cerrados. Cada año el déficit de empleo formal aumentó en alrededor de
700 mil plazas, algo por demás espeluznante, por mucho que el aún inquilino de
Los Pinos presuma como logro y como elemento para afirmar que el
presidente del empleo cumplió.
De diciembre de 2006 a septiembre de 2012 la estadística
oficial documenta la generación de un millón 447 mil 387 plazas permanentes en
el sector formal de la economía, a las que se suman 725 mil 99 eventuales. Nada
más. En el desempleo, la informalidad, el exilio económico y/o el crimen
organizado todos los demás. Ese es ellogro real. El resto, sólo propaganda
barata.
En síntesis, muy poca generación de empleo y creciente
precarización del mismo. Como bien ha documentado el Centro de Investigación en
Economía y Negocios (CIEN) del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus
estado de México, la marginación que enfrentan millones de trabajadores
mexicanos va a todo galope. En el balance, con tendencia a empeorar, se cuenta
la incorporación de 15 millones de mexicanos al ejército de pobres;
más de 31 millones de mexicanos no cuentan con seguridad social (ni para su
familia); 15 millones no tienen un contrato legal que los vincule con sus
patrones; 14.2 millones sobreviven en la informalidad y carecen de
prestaciones; 11 millones laboran en micronegocios sin establecimiento; 6.7
millones cuando mucho obtienen un salario mínimo; 3.1 millones no reciben
remuneración; 11.3 millones de trabajadores tienen un ingreso de entre uno y
dos salarios mínimos, algo insuficiente para mantener a una familia fuera de la
pobreza.
Y la cereza es cortesía del Banco Mundial, organismo
decisivo en la imposición del fallido cuan aferrado modelo económico que se
aplica en México desde hace 30 años:la pobreza y el desempleo se han
incrementado en México en años recientes, mientras los salarios, medidos a
través de su poder de compra, se mantienen estancados. Una de las causas de
esta combinación radica en que dos terceras partes de la fuerza de trabajo del
país se emplean en el sector informal.
He allí las terroríficas cifras históricas.
Las rebanadas del pastel
¿Obama o Romney? Para el caso da lo mismo, porque para
ambos candidatos México se mantiene como patio trasero de Estados Unidos.
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