Inteligencia incluso para prevalecer
María Teresa Jardí
Al tener como candidato a otro claro producto vendible de la telebasura que sufre el pueblo pobre, porque el que tiene dos pesos ante la adicción televisiva se contrata Cable o Dish y siempre puede elegir ver otras cosas en general también basura pero igual y hasta pesca de vez en cuando una buena película o un programa interesante sobre cuidado a los animales o sobre temas culturales, los gobernadores emanados del PRI han ido bajando el nivel elemental de pensamiento al punto de poner en riesgo su propia permanencia incluso como partido político. Y lo más increíble es que lo hacen en aras de la preservación de un sistema que también a los priístas se les vendió con la llegada de la derecha tecnócratas como el bueno para el mundo. Pero el que ya ha quedado demostrado, a nivel mundial, que no opera y que o se cambia o incluso se corre el riesgo de que desaparezca la especie humana de la Tierra.
Es increíble que el partido del que se vanagloriaban los priístas de antaño que no iba a desaparecer nunca porque se había convertido en la cultura nacional, se suicide en aras de hacer prevalecer el genocidio que contra los mexicanos comete la derecha emanada de El Yunque. Es incomprensible que no sean ya ni siquiera capaces de verse retratados, los gobernadores recién emanado del PRI, en Ivonne Ortega, la gobernadora priísta que sí ha entendido que lo que deja activos es justamente la condena a la derecha que El Yunque, con el PAN, encabeza.
Al tener como candidato a otro claro producto vendible de la telebasura que sufre el pueblo pobre, porque el que tiene dos pesos ante la adicción televisiva se contrata Cable o Dish y siempre puede elegir ver otras cosas en general también basura pero igual y hasta pesca de vez en cuando una buena película o un programa interesante sobre cuidado a los animales o sobre temas culturales, los gobernadores emanados del PRI han ido bajando el nivel elemental de pensamiento al punto de poner en riesgo su propia permanencia incluso como partido político. Y lo más increíble es que lo hacen en aras de la preservación de un sistema que también a los priístas se les vendió con la llegada de la derecha tecnócratas como el bueno para el mundo. Pero el que ya ha quedado demostrado, a nivel mundial, que no opera y que o se cambia o incluso se corre el riesgo de que desaparezca la especie humana de la Tierra.
Es increíble que el partido del que se vanagloriaban los priístas de antaño que no iba a desaparecer nunca porque se había convertido en la cultura nacional, se suicide en aras de hacer prevalecer el genocidio que contra los mexicanos comete la derecha emanada de El Yunque. Es incomprensible que no sean ya ni siquiera capaces de verse retratados, los gobernadores recién emanado del PRI, en Ivonne Ortega, la gobernadora priísta que sí ha entendido que lo que deja activos es justamente la condena a la derecha que El Yunque, con el PAN, encabeza.
Es imposible explicarse a los gobernadores emanados del PRI. Como ha sucedido con todos los que han llegado a ese puesto con las siglas del PRD. Es difícil explicarse a los que funcionan más como promotores de la derecha panista, impulsora incluso de un genocidio, que como seres inteligentes que obran de acuerdo con los intereses del partido que busca llegar al poder. Lo que con AMLO está a un tris de lograr el PRD. O que busca regresar al gobierno, luego de la más desastrosa de las “administraciones” posibles de Ejecutivo federal. Y si piensan que no puede ser peor. Puede. Y es criminal llevar a los mexicanos a comprobarlo si se impone a la Vázquez Mota con otro fraude.
A punto de una contienda electoral, donde los mexicanos nos jugamos el futuro, nada más llegar el gobernador de Michoacán solicitó el apoyo del “presidente” llegado como espurio, lo que ya nadie se atreve a negar, para combatir la violencia, que los michoacanos saben han impulsado los Calderón en aras de convertir a ese estado en su bunker particular. Mientras que el gobernador de Veracruz de inmediato tendría que haberse comprometido a encabezar en persona la investigación sobre el asesinato cometido en contra de la prestigiada periodista Regina Martínez. En el seguimiento a los casos, donde las violaciones a los derechos humanos eran flagrantes, en sus artículos, están seguramente los autores de ese abominable crimen. El pedir ayuda al gobierno federal lo que demuestra es la clara intención de que ese crimen, como el resto, quede en la misma impunidad impuesta por Calderón como regla de su atroz desgobierno.
Puede que a los del PRI tampoco les guste Peña Nieto, pero tendrían que cambiarlo como candidato en lugar de brindarle su apoyo a la panista.
Puede que no les guste a los priístas, como no les gusta a los del PRD, que se les recuerde que han mantenido a un usurpador al frente del Poder Ejecutivo a los largo de los peores seis años de que tenga memoria el pueblo mexicano. Es obvio que a los partidos no les gusta el recuerdo de haberse convertido en la peor de las legislaturas, la que acaba, por cierto, como empezó: como enemiga de la nación mexicana.
Como tampoco les gusta a las organizaciones no gubernamentales beneficiadas por el panismo con la limosna que reciben de quien usurpa. Como no le gusta a Sicilia la posibilidad de que no sea el PAN, como partido confesional, de nuevo el bueno.
El PRI para todos fue a lo largo de muchos años el enemigo a combatir. Pero el bueno no es el PAN. El único hoy es AMLO.
Y el PRI tendría que estar apoyando a AMLO incluso como miembro que fue de ese partido. Pero, claro, si ese fuera el nivel de inteligencia es diáfano que no llevaría a un producto vendible como candidato ese partido que se soñó invencible.
Nada justifica que en plena contienda electoral, o peor todavía reducida que ha sido esa contienda a meramente electorera, los gobernadores funcionen como enemigos de sus respectivos partidos, demostrando que en el fondo esperan que el PAN siga con su veta asesina de pobres en todos los sentidos. Porque Calderón ofrecía empleo para todos y convertido, además de en genocida, se encuentra en el causante del desempleo de millones de ciudadanos, en los que debieran pensar los integrantes, incluso de derecha, de los otros partidos.
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